Los detienen con tubos de aluminio
Publicado 2005/08/27 23:00:00
- Aleida Samaniego C.
Es responsabilidad de los peatones velar por su vida. Sin embargo, muchos prefieren correr riesgos, a pesar de que hay puentes elevados y líneas de seguridad. Por ello, los transeúntes no van a poder cruzar más la calle frente del Centro Comercial La Gran Estación, ya que se construyó una cerca de tubos de aluminio para obligar a las personas a utilizar el puente peatonal.
Sin embargo, hay quienes se las ingenian para cruzar entre los tubos y no utilizar el puente.
Ella indicó que los programas promueven los valores humanos, a través de una variedad de técnicas que nos enseñan: cómo hacer amigos; el secreto de la popularidad; responsabilidad personal; la aceptación de otros; empatía, respeto y confianza; a dar desinteresadamente; cómo verse y sentirse bien, entre otros.
Agrega que los cursos se desarrollan en una atmósfera divertida mediante dinámicas educativas.
Se imparten técnicas de respiración y yoga, que incrementan el enfoque y la claridad mental, además de instruir en el manejo de las emociones negativas como la frustración, la ira, el miedo y el estrés.
No sólo los niños que padecen de leucemia y cáncer son beneficiados. Junto con Casa Esperanza, también están impartiendo clases a infantes del área de Curundú y Samaria.
La fundación también tiene clases para jóvenes y adultos donde aprenderán Purna Yoga, Pranayamas, y el Sudarshan Kriya poderosa herramienta de respiración regenarativa. Destacó que estas clases le cambiaron su vida, pues ella trabajaba en una empresa de comunicaciones en Estados Unidos, donde sufría de estrés, además pensaba constantemente en su futuro. "Al terminar el curso, una inmensa felicidad me invadió y desde hace diez años trabajo con la fundación".
Durante el año, ella visita diferentes países del mundo para dictar estas clases.
Priti, quien nació en la India, no es la única voluntaria, panameñas, como Cristina Chen también trabajan con la fundación desde hace cuatro años.
Sin embargo, hay quienes se las ingenian para cruzar entre los tubos y no utilizar el puente.
Ella indicó que los programas promueven los valores humanos, a través de una variedad de técnicas que nos enseñan: cómo hacer amigos; el secreto de la popularidad; responsabilidad personal; la aceptación de otros; empatía, respeto y confianza; a dar desinteresadamente; cómo verse y sentirse bien, entre otros.
Agrega que los cursos se desarrollan en una atmósfera divertida mediante dinámicas educativas.
Se imparten técnicas de respiración y yoga, que incrementan el enfoque y la claridad mental, además de instruir en el manejo de las emociones negativas como la frustración, la ira, el miedo y el estrés.
No sólo los niños que padecen de leucemia y cáncer son beneficiados. Junto con Casa Esperanza, también están impartiendo clases a infantes del área de Curundú y Samaria.
La fundación también tiene clases para jóvenes y adultos donde aprenderán Purna Yoga, Pranayamas, y el Sudarshan Kriya poderosa herramienta de respiración regenarativa. Destacó que estas clases le cambiaron su vida, pues ella trabajaba en una empresa de comunicaciones en Estados Unidos, donde sufría de estrés, además pensaba constantemente en su futuro. "Al terminar el curso, una inmensa felicidad me invadió y desde hace diez años trabajo con la fundación".
Durante el año, ella visita diferentes países del mundo para dictar estas clases.
Priti, quien nació en la India, no es la única voluntaria, panameñas, como Cristina Chen también trabajan con la fundación desde hace cuatro años.
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