Palacio Legislativo, víctima de los años (primera parte de dos entregas)
Publicado 2001/05/16 23:00:00
La construcción o no de un nuevo Palacio Legislativo se mantiene como un asunto no prioritario para la actual administración de la Asamblea Legislativa, pero la necesidad de una nueva sede para este órgano del Estado sigue latente, ante la posibilidad de un colapso de la estructura actual.
Por la falta de recursos y quizás por el temor al costo político, la actual administración de la Asamblea Legislativa, encabezada por Laurentino Cortizo, se ha visto obligada a postergar, por el momento, la construcción de un nuevo edificio para este órgano del Estado.
Lo cierto es que la Asamblea Legislativa ocupa el mismo edificio desde 1956 y el paso del tiempo ha dejado sus huellas imborrables y muy difíciles de reparar en el Palacio Justo Arosemena, local en el que se han aprobado muchas de las leyes que han regido y rigen el destino de este país.
Los bomberos y la Sociedad Panameña de Arquitectos (SPIA), al igual que muchos legisladores coinciden en que la Asamblea Legislativa requiere de un nuevo edificio para funcionar adecuadamente en los próximos años.
Mientras que la arquitecta, Esther Rivera, encargada de realizar una serie de remodelaciones en el Palacio Justo Arosemena, opinó que el edificio actual todavía está en capacidad de rendir más años, además por razones históricas debería mantenerse funcionando, pero siempre y cuando la estructura sea reforzada y se hagan algunas ampliaciones.
En su opinión personal, la Asamblea Legislativa podría comprar algunos terrenos o edificios adyacentes al Palacio Justo Arosemena para ampliar el área que hoy ocupa la institución.
Opinó que el problema de la falta de mantenimiento institucionalizado es la principal causa del deterioro que evidencia el Palacio Justo Arosemena, no basta con la pintura y otros cambios cosméticos, se requiere una atención estructural.
Durante la administración del presidente Gerardo González, se trató de concretar una fórmula que permitiera la construcción de un nuevo edificio, por medio de una operación que según sus proponentes podría dar como resultado que la obra saliera gratis al Estado panameño.
Sin embargo, la "danza de millones" que se vio involucrada en la ejecución de esta obra que tendría un costo de B/.30.4 millones despertó la desconfianza de parte de algunos sectores que en ese entonces conformaban la oposición política al Partido Revolucionario Democrático (PRD).
UNA BATALLA JURIDICA PODRIA GENERARSE
La construcción del nuevo Palacio por más de B/.30.4 millones y el cumplimiento del contrato-ley firmado entre el Estado panameño y la HNTB Design/Build Inc., volverá a ser motivo de grandes titulares en las próximas semanas, cuando este órgano tenga que decidir si demanda a la empresa o por el contrario se convierte en la parte demandada.
Según lo dispone el contrato-ley, la empresa consignó una fianza por un monto de B/.7 millones, de los cuales B/.3 millones son para garantizar el cumplimiento de la obra, otros B/.3 millones para el pago de servicios personales, alquileres y materiales y el millón restante para el cumplimiento del contrato.
Esta cifra podría pasar a manos del Estado en compensación por los daños ocasionados por la empresa ante el incumplimiento del contrato de parte de la compañía HNTB.
Sin embargo, no se descarta la posibilidad de que la empresa también pueda hacer algo similar e interponer una demanda legal contra el Estado panameño, pero en los últimos meses no se ha pronunciado ni ha dado señales de qué es lo que pretende hacer.
La situación parece estar en una especie de "limbo" y nadie se atreve a dar el primer paso y empezar la batalla jurídica por estos B/.7 millones.
Mientras la situación está en este suspenso, la mayoría de los términos legales establecidos en el contrato se han vencido y otros que están próximos a hacerlo.
En fechas pasadas, hubo una reunión con la directiva de la Asamblea Legislativa, pero la empresa no definió cuáles serían las acciones a tomar en los próximos días con respecto al contrato.
Al parecer intereses político-partidistas, económicos, legales, empresariales y de otro tipo parecen constituirse en el obstáculo que impide que alguno de los dos sectores involucrados den el primer paso.
Laurentino Cortizo, presidente de la Asamblea Legislativa, ha dicho en reiteradas ocasiones que mientras sea presidente de este órgano del Estado, "no habrá nuevo Palacio".
UN VIEJO EDIFICIO QUE YA NO DA MAS
El presupuesto de este año incluye una cifra de más de B/.600 mil para reparar el edificio actual que data de 1956; ya se realizaron los actos públicos y se han iniciado los trabajos de remozamiento, pintura e impermeabilización del vetusto edificio, el cual, a pesar del desgaste que ha sufrido en medio siglo no pretende ser abandonado por sus inquilinos, conocidos como los "padres de la Patria".
Tales reparaciones, a juicio del presidente de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA), Ulises Pitty, permitirán prolongar la vida útil de esta construcción unos tres, cuatro o cuando más, otros cinco años, lo que hace obligatorio ir pensando en mudarse a otro lugar en un mediano plazo.
Hay daños estructurales que no son evidentes; cualquier edificio que tenga rajaduras y que sus columnas o sus paredes sean penetradas por agua de lluvia o cualquier elemento, se debilita, aunque se tapen las rajaduras, el daño está hecho y la mayoría de las veces es irreversible, sentenció Pitty.
La Oficina de Seguridad del Cuerpo de Bomberos de Panamá fue clara y dijo que este edificio es una "trampa de muerte" por el defectuoso sistema eléctrico, los problemas en la plomería, la ausencia de salidas adecuadas y tantas otras fallas estructurales existentes.
Hace algunos meses elaboraron un informe completo en el cual recomendaron que este edificio fuera desalojado, antes que se suscitara una desgracia que pudiera provocar la pérdida de varias vidas humanas.
El presidente de la SPIA dijo que este inmueble, al igual que la mayoría de los que albergan oficinas públicas, no reciben el mantenimiento que requieren, lo cual acorta su vida útil. Si fue construido para durar cuarenta años, sólo llega a veinte o quizás menos.
Insistió en que la Asamblea Legislativa no puede seguir donde está, la misma requiere de nuevas instalaciones para funcionar.
Mencionó que incluso el terreno sobre el cual está construido el actual Palacio Justo Arosemena, podría servir de capital semilla para la construcción de la nueva sede de la Asamblea.
Al considerar que el terreno es bastante amplio y tiene una excelente ubicación, lo cual lo convierte en un área con buena vocación comercial y con mucho interés para los inversionistas.
Mientras que la Cámara Panameña de la Construcción (CAPAC), a través de su director Ejecutivo, Eduardo Rodríguez, prefirió no opinar al respecto, alegando que no tiene los suficientes elementos para emitir un criterio con respecto a la construcción del nuevo edificio legislativo.
A PESAR DEL DETERIORO, LA OBRA SE POSTERGA
El presidente de la Asamblea Legislativa, Laurentino Cortizo, reconoció que la situación es bien delicada, pero actualmente no existen los recursos para la construcción de la nueva sede, porque hay muchas otras necesidades apremiantes, lo que lo obliga a postergar la obra, razón por la cual ha decidido no incluirla entre sus planes.
Mientras que la vicepresidenta de la Asamblea, Teresita de Arias, coincidió plenamente con el legislador Cortizo y dijo que construir un nuevo edificio en este momento sería un "verdadero disparate", si se toma en cuenta la situación económica que vive el país.
Sin embargo, insistió en que hay que hacer algo urgente, por el "pésimo" estado en que se encuentra este edificio que fue construido a mediados del siglo pasado y nunca ha recibido el mantenimiento adecuado.
La legisladora Arias señaló que hace un par de meses se hizo un estudio técnico a través del cual se dictaminó que si de aquí a cinco años, no se hacía algo por reforzar la misma estructura, se podría suscitar un hecho desagradable.
Indicó que la polilla se está comiendo este edificio; mencionó que incluso el área sobre la cual se ubica, la junta directiva estaba sustentada sobre una acumulación de un pie de alto de polilla, además los baños estaban totalmente deteriorados e inservibles, lo que resulta insalubre y antihigiénico. En el caso del edificio, nunca había sido "impermeabilizado", lo cual permitió que durante décadas se registraran filtraciones en esta obra, los pisos permanecían recubiertos por alfombras podridas y llenas de polvo.
El legislador arnulfista Alberto Cigarruista, al momento que se discutía la firma del contrato con la HNTB, comparó este edificio con un "chiquero de puercos o un cucarachero", opinó que se requiere la construcción de un nuevo palacio porque este es el primer órgano del Estado y se merece tener una sede digna de ser presentada a quienes la visitan.
Afirmó que le da vergüenza cuando tiene que recibir a un invitado, ya sea nacional o extranjero y lo tiene que invitar a su oficina donde no tiene siquiera las comodidades para sentarlo; si le piden el baño, debe responder que está dañado o tiene que subir o bajar uno o varios pisos para encontrar uno que funcione adecuadamente o esté al menos presentable.
No obstante, expresó que el nuevo edificio debe construirse de acuerdo a las necesidades que tiene el país o la capacidad financiera que hay para edificar el novedoso palacio legislativo.
No se pueden invertir millones para la construcción de un palacio, mientras que el resto de la población sigue viviendo en un mar de pobreza, afirmó.
A pesar de que se firmó un contrato con la empresa estadounidense HNTB Design/Build Panamá para el financiamiento, diseño, construcción y equipamiento del nuevo edificio, bajo la modalidad de "llave en mano", no es posible hacerlo en este momento, recalcó el legislador.
La modalidad de "llave en mano" quiere decir que la empresa HNTB se compromete a dotar de todo el mobiliario y equipo requerido a la Asamblea Legislativa para que la institución pueda trabajar sin necesidad de mudarse de su sede actual, sólo habría que trasladar al personal, los documentos y programas de computadoras.
FALTA DE MANTENIMIENTO, CAUSA DEL DETERIORO
Esther Rivera, arquitecta encargada de la supervisión de los últimos trabajos de remodelación de la Asamblea, insistió en que el problema central está en la falta de mantenimiento institucionalizado que hay en la Asamblea Legislativa, prácticamente desde el año en que fue inaugurado el edificio no se le ha brindado el cuidado adecuado, lo cual lo mantienen con un evidente deterioro.
No es suficiente con la pintura de las paredes y ver el aspecto cosmético de las áreas que se proyectan al público, lo importante es la parte estructural que es la que realmente sostiene la obra y a la cual no se le ha dado la atención debida en las últimas décadas.
La plomería, la electricidad, los sistemas de aires acondicionados, son sólo algunos de los elementos que ameritan una atención especial y que no se les ha brindado desde el momento en que se inauguró este edificio.
El Palacio Legislativo siempre ha crecido de manera desordenada, se le han añadido anexos, modificado la estructura, sin tomar en cuenta ni respetar el diseño básico y original, así como la armonía del edificio.
Lo ideal sería que las nuevas edificaciones tuvieran un crecimiento cónsono, armónico y ordenado que haga que todo el entorno tenga un ambiente desarrollado de acuerdo a la majestuosidad de esta obra, lamentablemente ya no hay más terrenos para ampliar la sede de este órgano del Estado.
Rivera dijo que las próximas administraciones deben considerar las recomendaciones hechas por diversos profesionales e incluir en el presupuesto las partidas para la ampliación del área de la institución, sin que fuera necesario pensar en mudarse del edificio actual, ya que esta obra tiene una historia que forma parte de este país.
La arquitecta Rivera opinó que lo que corresponde a la Asamblea Legislativa es extender sus límites territoriales actuales y expandirse a edificios o áreas aledañas. Por ejemplo, comprar el inmueble que ocupaba la antigua Biblioteca Nacional y un edificio abandonado que está al frente del Palacio Justo Arosemena para ampliar su sede central.
Rivera estuvo encargada de la supervisión de algunas obras menores como la remodelación del pleno legislativo, el Salón Azul, Chanchoré, así como el remozamiento de los nueve pisos y la pintura de los edificios del área revertida.
SE CONOCE DE LA NECESIDAD, PERO HAY OTRAS PRIORIDADES
Surge la pregunta: ¿a cambio de qué la compañía HNTB Design estaría en disposición de construir el nuevo palacio totalmente gratis?
La respuesta es fácil, el contrato dispone que el Estado se compromete en proveer un globo de terreno y aunque no especifica de cuánto; previamente la Autoridad de la Región Interoceánica (ARI) había cedido para este fin 16 hectáreas en el área revertida, frente al Colegio Chino Panameño detrás del Supercentro El Dorado.
Además del terreno, el Gobierno daría toda la infraestructura para los servicios públicos de luz, agua y telecomunicación, así como las calles que lleguen hasta el sitio determinado.
También se obliga a exonerar al proyecto del pago de todas las licencias, permisos e impuestos, ya sean municipales o nacionales.
Los terrenos fueron cedidos por la ARI y se mostró la disposición del Estado para cumplir con todos sus compromisos.
Tal y como lo dispone el contrato, la orden de proceder ya fue dada, sin embargo, hasta el momento no se ha colocado ni la primera piedra para dar inicio a la construcción del nuevo palacio.
En estos terrenos además del nuevo palacio legislativo, se construiría un centro comercial y un hotel que sería explotado por la compañía por un período de treinta años prorrogables a veinte más.
La Ley 41 del 18 de noviembre de 1997, mediante la cual se aprueba el contrato que autoriza la construcción de un nuevo palacio legislativo por un monto de B/.30.4 millones, se mantiene vigente, pero no se ejecuta.
Lenín Sucre, quien fungía como legislador al momento que se negoció el contrato y lleva más de treinta años dedicado al negocio de los bienes raíces, considera que esta obra está sobrevalorada en por lo menos B/.12 millones, fácilmente se podría construir una obra de tal magnitud, por un poco más de veinte millones.
Mencionó que la calidad de los materiales de construcción no está al nivel de lo que se pretendía cobrar. Mencionó que el valor del metro de construcción era de aproximadamente de B/.1,500, pero los mosaicos y muchos otros de los materiales a utilizar eran de fabricación nacional y no tenían la mejor calidad.
El contrato fue aprobado durante la primera administración del legislador Gerardo González, en ese entonces presidente del poderoso Partido Revolucionario Democrático (PRD).
También participaron en la negociación Carlos Alvarado, del PRD; Rodrigo Arosemena, del MOLIRENA; y otros que hoy se constituyen en el piso político que sostiene a Cortizo como presidente de la Asamblea Legislativa.
Por su parte, el presidente de la Democracia Cristiana y legislador, Rubén Arosemena, quien se perfila como el nuevo presidente de este órgano del Estado, opinó que el país tiene necesidades más urgentes que la construcción de un nuevo palacio legislativo y hay que saber establecer prioridades.
Reconoció que el edificio en que funciona actualmente la Asamblea Legislativa no es digno de ningún país en el mundo, pero insistió en que sería un contrasentido que se invirtiera ahora el dinero de la Nación en una obra como ésta, cuando hay que aprender a establecer prioridades y saber que se puede postergar.
La presidenta del opositor Partido Revolucionario Democrático (PRD), Balbina Herrera, se mostró de acuerdo conque se construya un nuevo edificio porque va a llegar el momento en que la sede actual no soporte más el uso que se le da.
Sin embargo, indicó que hay que tener cuidado con la construcción del nuevo palacio, antes de cualquier gasto, hay que definir de manera clara cuánto se puede destinar para este fin y cómo se va a invertir para la construcción de la nueva sede de la Asamblea Legislativa.
Hay que tomar en cuenta que este edificio fue construido hace medio siglo y en ese momento el número de legisladores era menor y el número de funcionarios era inferior al que atiende actualmente las necesidades de la institución, dijo Herrera.
El legislador Miguel Bush, también miembro del PRD, coincidió con sus colegas en la necesidad de construir un nuevo palacio, pero consideró que esta decisión debe ser muy bien analizada.
Hay que tomar una decisión basada en las necesidades reales de la Asamblea Legislativa y la capacidad financiera del Estado y no por temor a las críticas que puedan hacer sectores ajenos a este órgano del Estado que no conocen la forma en que se trabaja en la institución, añadió Bush.
Muchos hablan mal de la Asamblea, pero no saben cuántas veces se ha atorado el ascensor o cómo tienen que hacer ellos cuando tienen ganas de ir al baño o tomar agua, denunció este legislador perredista.
Enrique Garrido, expresidente de la Asamblea Legislativa, informó que durante su administración se ordenó la limpieza del tanque de agua de la institución y dentro del mismo se encontraron diversos objetos, hasta zapatillas y ese líquido era el que ingerían los legisladores y los funcionarios.
Son muchas las críticas que se hacen, pero la gente no conoce las condiciones en que está el Palacio Justo Arosemena y el peligro que corren quienes trabajan allí o los problemas que se suscitan cuando hay que recibir una visita del extranjero y no hay siquiera un salón para brindarle la atención que se merece.
Continuará mañana
Por la falta de recursos y quizás por el temor al costo político, la actual administración de la Asamblea Legislativa, encabezada por Laurentino Cortizo, se ha visto obligada a postergar, por el momento, la construcción de un nuevo edificio para este órgano del Estado.
Lo cierto es que la Asamblea Legislativa ocupa el mismo edificio desde 1956 y el paso del tiempo ha dejado sus huellas imborrables y muy difíciles de reparar en el Palacio Justo Arosemena, local en el que se han aprobado muchas de las leyes que han regido y rigen el destino de este país.
Los bomberos y la Sociedad Panameña de Arquitectos (SPIA), al igual que muchos legisladores coinciden en que la Asamblea Legislativa requiere de un nuevo edificio para funcionar adecuadamente en los próximos años.
Mientras que la arquitecta, Esther Rivera, encargada de realizar una serie de remodelaciones en el Palacio Justo Arosemena, opinó que el edificio actual todavía está en capacidad de rendir más años, además por razones históricas debería mantenerse funcionando, pero siempre y cuando la estructura sea reforzada y se hagan algunas ampliaciones.
En su opinión personal, la Asamblea Legislativa podría comprar algunos terrenos o edificios adyacentes al Palacio Justo Arosemena para ampliar el área que hoy ocupa la institución.
Opinó que el problema de la falta de mantenimiento institucionalizado es la principal causa del deterioro que evidencia el Palacio Justo Arosemena, no basta con la pintura y otros cambios cosméticos, se requiere una atención estructural.
Durante la administración del presidente Gerardo González, se trató de concretar una fórmula que permitiera la construcción de un nuevo edificio, por medio de una operación que según sus proponentes podría dar como resultado que la obra saliera gratis al Estado panameño.
Sin embargo, la "danza de millones" que se vio involucrada en la ejecución de esta obra que tendría un costo de B/.30.4 millones despertó la desconfianza de parte de algunos sectores que en ese entonces conformaban la oposición política al Partido Revolucionario Democrático (PRD).
UNA BATALLA JURIDICA PODRIA GENERARSE
La construcción del nuevo Palacio por más de B/.30.4 millones y el cumplimiento del contrato-ley firmado entre el Estado panameño y la HNTB Design/Build Inc., volverá a ser motivo de grandes titulares en las próximas semanas, cuando este órgano tenga que decidir si demanda a la empresa o por el contrario se convierte en la parte demandada.
Según lo dispone el contrato-ley, la empresa consignó una fianza por un monto de B/.7 millones, de los cuales B/.3 millones son para garantizar el cumplimiento de la obra, otros B/.3 millones para el pago de servicios personales, alquileres y materiales y el millón restante para el cumplimiento del contrato.
Esta cifra podría pasar a manos del Estado en compensación por los daños ocasionados por la empresa ante el incumplimiento del contrato de parte de la compañía HNTB.
Sin embargo, no se descarta la posibilidad de que la empresa también pueda hacer algo similar e interponer una demanda legal contra el Estado panameño, pero en los últimos meses no se ha pronunciado ni ha dado señales de qué es lo que pretende hacer.
La situación parece estar en una especie de "limbo" y nadie se atreve a dar el primer paso y empezar la batalla jurídica por estos B/.7 millones.
Mientras la situación está en este suspenso, la mayoría de los términos legales establecidos en el contrato se han vencido y otros que están próximos a hacerlo.
En fechas pasadas, hubo una reunión con la directiva de la Asamblea Legislativa, pero la empresa no definió cuáles serían las acciones a tomar en los próximos días con respecto al contrato.
Al parecer intereses político-partidistas, económicos, legales, empresariales y de otro tipo parecen constituirse en el obstáculo que impide que alguno de los dos sectores involucrados den el primer paso.
Laurentino Cortizo, presidente de la Asamblea Legislativa, ha dicho en reiteradas ocasiones que mientras sea presidente de este órgano del Estado, "no habrá nuevo Palacio".
UN VIEJO EDIFICIO QUE YA NO DA MAS
El presupuesto de este año incluye una cifra de más de B/.600 mil para reparar el edificio actual que data de 1956; ya se realizaron los actos públicos y se han iniciado los trabajos de remozamiento, pintura e impermeabilización del vetusto edificio, el cual, a pesar del desgaste que ha sufrido en medio siglo no pretende ser abandonado por sus inquilinos, conocidos como los "padres de la Patria".
Tales reparaciones, a juicio del presidente de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA), Ulises Pitty, permitirán prolongar la vida útil de esta construcción unos tres, cuatro o cuando más, otros cinco años, lo que hace obligatorio ir pensando en mudarse a otro lugar en un mediano plazo.
Hay daños estructurales que no son evidentes; cualquier edificio que tenga rajaduras y que sus columnas o sus paredes sean penetradas por agua de lluvia o cualquier elemento, se debilita, aunque se tapen las rajaduras, el daño está hecho y la mayoría de las veces es irreversible, sentenció Pitty.
La Oficina de Seguridad del Cuerpo de Bomberos de Panamá fue clara y dijo que este edificio es una "trampa de muerte" por el defectuoso sistema eléctrico, los problemas en la plomería, la ausencia de salidas adecuadas y tantas otras fallas estructurales existentes.
Hace algunos meses elaboraron un informe completo en el cual recomendaron que este edificio fuera desalojado, antes que se suscitara una desgracia que pudiera provocar la pérdida de varias vidas humanas.
El presidente de la SPIA dijo que este inmueble, al igual que la mayoría de los que albergan oficinas públicas, no reciben el mantenimiento que requieren, lo cual acorta su vida útil. Si fue construido para durar cuarenta años, sólo llega a veinte o quizás menos.
Insistió en que la Asamblea Legislativa no puede seguir donde está, la misma requiere de nuevas instalaciones para funcionar.
Mencionó que incluso el terreno sobre el cual está construido el actual Palacio Justo Arosemena, podría servir de capital semilla para la construcción de la nueva sede de la Asamblea.
Al considerar que el terreno es bastante amplio y tiene una excelente ubicación, lo cual lo convierte en un área con buena vocación comercial y con mucho interés para los inversionistas.
Mientras que la Cámara Panameña de la Construcción (CAPAC), a través de su director Ejecutivo, Eduardo Rodríguez, prefirió no opinar al respecto, alegando que no tiene los suficientes elementos para emitir un criterio con respecto a la construcción del nuevo edificio legislativo.
A PESAR DEL DETERIORO, LA OBRA SE POSTERGA
El presidente de la Asamblea Legislativa, Laurentino Cortizo, reconoció que la situación es bien delicada, pero actualmente no existen los recursos para la construcción de la nueva sede, porque hay muchas otras necesidades apremiantes, lo que lo obliga a postergar la obra, razón por la cual ha decidido no incluirla entre sus planes.
Mientras que la vicepresidenta de la Asamblea, Teresita de Arias, coincidió plenamente con el legislador Cortizo y dijo que construir un nuevo edificio en este momento sería un "verdadero disparate", si se toma en cuenta la situación económica que vive el país.
Sin embargo, insistió en que hay que hacer algo urgente, por el "pésimo" estado en que se encuentra este edificio que fue construido a mediados del siglo pasado y nunca ha recibido el mantenimiento adecuado.
La legisladora Arias señaló que hace un par de meses se hizo un estudio técnico a través del cual se dictaminó que si de aquí a cinco años, no se hacía algo por reforzar la misma estructura, se podría suscitar un hecho desagradable.
Indicó que la polilla se está comiendo este edificio; mencionó que incluso el área sobre la cual se ubica, la junta directiva estaba sustentada sobre una acumulación de un pie de alto de polilla, además los baños estaban totalmente deteriorados e inservibles, lo que resulta insalubre y antihigiénico. En el caso del edificio, nunca había sido "impermeabilizado", lo cual permitió que durante décadas se registraran filtraciones en esta obra, los pisos permanecían recubiertos por alfombras podridas y llenas de polvo.
El legislador arnulfista Alberto Cigarruista, al momento que se discutía la firma del contrato con la HNTB, comparó este edificio con un "chiquero de puercos o un cucarachero", opinó que se requiere la construcción de un nuevo palacio porque este es el primer órgano del Estado y se merece tener una sede digna de ser presentada a quienes la visitan.
Afirmó que le da vergüenza cuando tiene que recibir a un invitado, ya sea nacional o extranjero y lo tiene que invitar a su oficina donde no tiene siquiera las comodidades para sentarlo; si le piden el baño, debe responder que está dañado o tiene que subir o bajar uno o varios pisos para encontrar uno que funcione adecuadamente o esté al menos presentable.
No obstante, expresó que el nuevo edificio debe construirse de acuerdo a las necesidades que tiene el país o la capacidad financiera que hay para edificar el novedoso palacio legislativo.
No se pueden invertir millones para la construcción de un palacio, mientras que el resto de la población sigue viviendo en un mar de pobreza, afirmó.
A pesar de que se firmó un contrato con la empresa estadounidense HNTB Design/Build Panamá para el financiamiento, diseño, construcción y equipamiento del nuevo edificio, bajo la modalidad de "llave en mano", no es posible hacerlo en este momento, recalcó el legislador.
La modalidad de "llave en mano" quiere decir que la empresa HNTB se compromete a dotar de todo el mobiliario y equipo requerido a la Asamblea Legislativa para que la institución pueda trabajar sin necesidad de mudarse de su sede actual, sólo habría que trasladar al personal, los documentos y programas de computadoras.
FALTA DE MANTENIMIENTO, CAUSA DEL DETERIORO
Esther Rivera, arquitecta encargada de la supervisión de los últimos trabajos de remodelación de la Asamblea, insistió en que el problema central está en la falta de mantenimiento institucionalizado que hay en la Asamblea Legislativa, prácticamente desde el año en que fue inaugurado el edificio no se le ha brindado el cuidado adecuado, lo cual lo mantienen con un evidente deterioro.
No es suficiente con la pintura de las paredes y ver el aspecto cosmético de las áreas que se proyectan al público, lo importante es la parte estructural que es la que realmente sostiene la obra y a la cual no se le ha dado la atención debida en las últimas décadas.
La plomería, la electricidad, los sistemas de aires acondicionados, son sólo algunos de los elementos que ameritan una atención especial y que no se les ha brindado desde el momento en que se inauguró este edificio.
El Palacio Legislativo siempre ha crecido de manera desordenada, se le han añadido anexos, modificado la estructura, sin tomar en cuenta ni respetar el diseño básico y original, así como la armonía del edificio.
Lo ideal sería que las nuevas edificaciones tuvieran un crecimiento cónsono, armónico y ordenado que haga que todo el entorno tenga un ambiente desarrollado de acuerdo a la majestuosidad de esta obra, lamentablemente ya no hay más terrenos para ampliar la sede de este órgano del Estado.
Rivera dijo que las próximas administraciones deben considerar las recomendaciones hechas por diversos profesionales e incluir en el presupuesto las partidas para la ampliación del área de la institución, sin que fuera necesario pensar en mudarse del edificio actual, ya que esta obra tiene una historia que forma parte de este país.
La arquitecta Rivera opinó que lo que corresponde a la Asamblea Legislativa es extender sus límites territoriales actuales y expandirse a edificios o áreas aledañas. Por ejemplo, comprar el inmueble que ocupaba la antigua Biblioteca Nacional y un edificio abandonado que está al frente del Palacio Justo Arosemena para ampliar su sede central.
Rivera estuvo encargada de la supervisión de algunas obras menores como la remodelación del pleno legislativo, el Salón Azul, Chanchoré, así como el remozamiento de los nueve pisos y la pintura de los edificios del área revertida.
SE CONOCE DE LA NECESIDAD, PERO HAY OTRAS PRIORIDADES
Surge la pregunta: ¿a cambio de qué la compañía HNTB Design estaría en disposición de construir el nuevo palacio totalmente gratis?
La respuesta es fácil, el contrato dispone que el Estado se compromete en proveer un globo de terreno y aunque no especifica de cuánto; previamente la Autoridad de la Región Interoceánica (ARI) había cedido para este fin 16 hectáreas en el área revertida, frente al Colegio Chino Panameño detrás del Supercentro El Dorado.
Además del terreno, el Gobierno daría toda la infraestructura para los servicios públicos de luz, agua y telecomunicación, así como las calles que lleguen hasta el sitio determinado.
También se obliga a exonerar al proyecto del pago de todas las licencias, permisos e impuestos, ya sean municipales o nacionales.
Los terrenos fueron cedidos por la ARI y se mostró la disposición del Estado para cumplir con todos sus compromisos.
Tal y como lo dispone el contrato, la orden de proceder ya fue dada, sin embargo, hasta el momento no se ha colocado ni la primera piedra para dar inicio a la construcción del nuevo palacio.
En estos terrenos además del nuevo palacio legislativo, se construiría un centro comercial y un hotel que sería explotado por la compañía por un período de treinta años prorrogables a veinte más.
La Ley 41 del 18 de noviembre de 1997, mediante la cual se aprueba el contrato que autoriza la construcción de un nuevo palacio legislativo por un monto de B/.30.4 millones, se mantiene vigente, pero no se ejecuta.
Lenín Sucre, quien fungía como legislador al momento que se negoció el contrato y lleva más de treinta años dedicado al negocio de los bienes raíces, considera que esta obra está sobrevalorada en por lo menos B/.12 millones, fácilmente se podría construir una obra de tal magnitud, por un poco más de veinte millones.
Mencionó que la calidad de los materiales de construcción no está al nivel de lo que se pretendía cobrar. Mencionó que el valor del metro de construcción era de aproximadamente de B/.1,500, pero los mosaicos y muchos otros de los materiales a utilizar eran de fabricación nacional y no tenían la mejor calidad.
El contrato fue aprobado durante la primera administración del legislador Gerardo González, en ese entonces presidente del poderoso Partido Revolucionario Democrático (PRD).
También participaron en la negociación Carlos Alvarado, del PRD; Rodrigo Arosemena, del MOLIRENA; y otros que hoy se constituyen en el piso político que sostiene a Cortizo como presidente de la Asamblea Legislativa.
Por su parte, el presidente de la Democracia Cristiana y legislador, Rubén Arosemena, quien se perfila como el nuevo presidente de este órgano del Estado, opinó que el país tiene necesidades más urgentes que la construcción de un nuevo palacio legislativo y hay que saber establecer prioridades.
Reconoció que el edificio en que funciona actualmente la Asamblea Legislativa no es digno de ningún país en el mundo, pero insistió en que sería un contrasentido que se invirtiera ahora el dinero de la Nación en una obra como ésta, cuando hay que aprender a establecer prioridades y saber que se puede postergar.
La presidenta del opositor Partido Revolucionario Democrático (PRD), Balbina Herrera, se mostró de acuerdo conque se construya un nuevo edificio porque va a llegar el momento en que la sede actual no soporte más el uso que se le da.
Sin embargo, indicó que hay que tener cuidado con la construcción del nuevo palacio, antes de cualquier gasto, hay que definir de manera clara cuánto se puede destinar para este fin y cómo se va a invertir para la construcción de la nueva sede de la Asamblea Legislativa.
Hay que tomar en cuenta que este edificio fue construido hace medio siglo y en ese momento el número de legisladores era menor y el número de funcionarios era inferior al que atiende actualmente las necesidades de la institución, dijo Herrera.
El legislador Miguel Bush, también miembro del PRD, coincidió con sus colegas en la necesidad de construir un nuevo palacio, pero consideró que esta decisión debe ser muy bien analizada.
Hay que tomar una decisión basada en las necesidades reales de la Asamblea Legislativa y la capacidad financiera del Estado y no por temor a las críticas que puedan hacer sectores ajenos a este órgano del Estado que no conocen la forma en que se trabaja en la institución, añadió Bush.
Muchos hablan mal de la Asamblea, pero no saben cuántas veces se ha atorado el ascensor o cómo tienen que hacer ellos cuando tienen ganas de ir al baño o tomar agua, denunció este legislador perredista.
Enrique Garrido, expresidente de la Asamblea Legislativa, informó que durante su administración se ordenó la limpieza del tanque de agua de la institución y dentro del mismo se encontraron diversos objetos, hasta zapatillas y ese líquido era el que ingerían los legisladores y los funcionarios.
Son muchas las críticas que se hacen, pero la gente no conoce las condiciones en que está el Palacio Justo Arosemena y el peligro que corren quienes trabajan allí o los problemas que se suscitan cuando hay que recibir una visita del extranjero y no hay siquiera un salón para brindarle la atención que se merece.
Continuará mañana
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