Peligra industria del cuero
- Zenaida Vásquez
La confección de cutarras, taburetes, mecedoras y otros artículos de cuero está a punto de desaparecer porque se les está exigiendo personería jurídica a quienes venden el material para curtir el cuero de vaca.
Celestino Villarreal, comerciante dedicado a la curtiembre en La Pasera de Guararé, dijo que el pasado mes de marzo venció la resolución que les permite comprar la cáscara de mangle molido, que procede de Chiriquí, utilizada para curtir el cuero, que quede duro y darle el color rojizo.
Según Villarreal, la Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP) exige a quienes venden el producto, que deben tener personería jurídica.
Anteriormente (gobiernos pasados) solo se les pedía que cumplieran con el requisito de reforestación, el pago de los inspectores de tala y el pago por cada árbol.
Cada año invierten en el proceso de reforestación entre 800 y 1000 dólares por la compra de 30 mil arbolitos a una escuela en Puerto Pedregal, Chiriquí, que se dedica a hacer viveros de árboles de mangle.
A pesar del cumplimiento de todos los requisitos, la curtiembre de Villarreal tiene una pérdida de 8 mil dólares y 20 tinas con productos que están a punto de perderse.
Manifiesta que de continuar la situación dejará de trabajar la curtiembre, porque tendría que traer cuero de afuera que le costaría 500 dólares, a diferencia de los 100 ó 150 que invierte.
“Es por ello que difícilmente la gente podrá contar con cutarras, con un taburete o una silla mecedora con cuero”, aseguró Villarreal.
Las pérdidas en el cuero se deben a que el proceso de curtiembre es muy delicado, pues si no se agrega en la cantidad y tiempo requerido, el cuero se raja y no sirve.
Pide al Gobierno que se les dé un permiso hasta que las personas que se dedican a vender el producto puedan sacar la personería jurídica, ya que es un proceso largo.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.