Perito de la UTP rechaza informe de la PTJ sobre tragedia del bus 8B-06
- William Sala
Vicedecano de la Universidad Tecnológica asegura que la causa del accidente no se produjo por un corto circuito.
La tragedia registrada en la Cresta el pasado 23 de octubre de 2006, en la que murieron calcinadas 18 personas a bordo de un bus, no fue causada por un cortocircuito en el aire acondicionado como lo planteó el informe inicial de la PTJ, informó el vicedecano de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), Alcibíades Mayta.
Mayta, ingeniero de profesión, fue uno de los peritos que levantó el informe para la UTP en la investigación de esta tragedia.
De acuerdo con el experto, su informe atribuye el incendio a una combinación de causas, entre estas, el mal estado de las mangueras de los compresores del aire acondicionado y el gas HC12-A, el cual es considerado altamente volátil.
De acuerdo con Mayta, cuando el Ministerio Público lo designó en diciembre de 2006 para el peritazgo, las evidencias del incendio “ya estaban alteradas”, pues habían transcurrido dos meses.
Según el docente, los peritos de la PTJ ahora Dirección de Investigación Judicial cortaron cables y se llevaron los compresores del bus accidentado.
El perito aseguró que eso no impidió que las bobinas fueran sometidas a una prueba de laboratorio, en la que se comprobó que funcionaban bien, por lo que se descartó el primer diagnóstico de que a través de ellas se produjo el incendio.
Mayta además dijo que esas pruebas fueron filmadas y presentadas a la fiscal que inició la investigación, Zuleika Moore, y a los otros peritos, quienes reconocieron que “hubo un error” en el informe de la PTJ.
Aclaró que ambos informes se anexaron al expediente, pero que el suyo (UTP), al parecer, fue ignorado por los tribunales de justicia.
Cabe destacar que, con base en el informe considerado errado por Mayta, la Corte negó la demanda de indemnización que presentaron los familiares de las víctimas y adujo que los únicos responsables de la tragedia son los hermanos Ariel y Próspero Ortega, propietario y conductor del bus incendiado.
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