Práxedes vio como el mar se tragó a ocho personas
- Massiel Arosemena
Práxedes Ibargüen por poco se convierte en una de las víctimas de la tragedia de la embarcación que llevaba su nombre. Mientras estaba en el agua rezaba el Salmo 91.
Última entrega
La vida de Práxedes Ibargüen, de 47 años, jamás volverá a ser la misma. Ella vio desaparecer a ocho de las once víctimas del naufragio de la embarcación que llevaba su nombre, "La Práxedes", ocurrido en Punta Caracoles, provincia de Darién.
Aunque no perdió a ningún hijo en la tragedia, sufre mucho, pues cada vez que cierra los ojos llega a su mente aquella imagen de un mar enfurecido que se tragó a ocho jóvenes y niños, a quienes vio crecer en el pueblo de Jaqué.
Acostada en un colchón de su humilde residencia, con la voz quebrantada por el llanto, relató aPanamá América, aquellas cinco horas de agonía en el mar, que ahora constituyen su más amarga experiencia.
Contó que siempre rezó el Salmo 91 y que nadaba con confianza y fe de que los once saldrían de la odisea, pero pronto afrontaría la multiplicada pena de ser testigo de la muerte de gente conocida. Denis, Jorge, José y Edilma fueron los primeros en desaparecer de su vista.
Al narrar esto, Práxedes hizo una pausa, los ojos se le llenaron de lágrimas, mientras intentaba hablar, fue cuando recordó aquellas desgarradoras palabras de Ulda Arboleda: "Se me ahogaron mis dos hijos", "se me ahogaron mis dos hijos", no lo podía creer, sostuvo.
Kiara Panezo y Johnny Panezo, "El Negro", de 5 años, hijos de Arboleda se habían hundido junto a Edwin Rivas, quien llevaba a "El Negro", sobre los hombros.
Momentos después de esta exclamación, Nilka Pulgarín, de 13 años, hija adoptiva de Arboleda sufrió un aparente infarto.
Ante tal tragedia, Práxedes dejó de pensar en su hija discapacitada, Kenia Hinestroza, recuerdo que la mantenía con ánimos de sobrevivir, para afrontar como suyo el triple dolor de Arboleda, por la irreparable pérdida.
En ese momento, la prioridad de Práxedes era la de estar cerca de Arboleda, pues tenía la certeza de que si la dejaba sola, ella soltaría el tanque de gasolina que le servía como flotador, para sumergirse junto a sus tres hijos.
Poco después, apareció una lancha que salvó de morir a Arboleda, a Práxedes y a su esposo Luis Hinestroza.
Los jugadores.
Denis Ibargüen, Edwin Rivas y el desplazado colombiano Jorge Leudo, conocido como "Chicúe", eran amantes del fútbol, fueron catalogados por lugareños como buenos jóvenes, laboriosos y respetuosos.
Denis tenía 18 años y era estudiante, iba para IV año en un colegio de Yaviza, en Darién. Edwin Rivas, de 23, trabajaba en construcción y vivía con su padre en Jaqué.
Mientras José Luis Mosquera, de 17 años, no estudiaba, pero ayudaba a su padrastro en los trabajos de agricultura.
"Chicúe" tenía 19 años, vivía con su madrina Marta e iba mucho a la iglesia.
Nery Arias, de 19 años, también desapareció, pero no en presencia de Práxedes. Este joven estaba de vacaciones en Jaqué, pero era oriundo del lugar. Didier Zúñiga compartió igual suerte, él era alegre, le gustaba la pesca y trabajaba en construcción.
Irving Denis De La Rosa, fue calificado como un joven muy callado.
Cecilio Dámaso era un joven indígena de 18 años, quien vivía con sus padres en Jaqué. Estudió agricultura, afirmaron sus conocidos.
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