Púcuro tendrá luz
Publicado 2005/09/12 23:00:00
- Humberto Cornejo O
LOS INDÍGENAS kunas de Púcuro, en Darién no esperaban el helicóptero de la Policía Nacional ese martes. La llegada los tomó por sorpresa, pero se repusieron pronto para asegurarse que la promesa se cumpliera.
Ese día se confirmaría el proyecto de electrificación para el área. José Rodríguez, director de Electrificación Rural y Armando De Gracia, del Fondo de Inversión Social (FIS) eran los comisionados para darle la noticia al pueblo reunido en la casa comunal.
Desde que ambos pisaron las apartadas tierras de Púcuro, a pocas horas de la frontera con Colombia, comenzaron un recorrido por el pueblo guiados por Rodrigo Tovar, representante de corregimiento, para hacer lo que técnicamente se conoce como un "replanteo de la comunidad" y decidir así, dónde se instalarían los postes de luz.
"Se trata de una inversión de alrededor de B/. 300,000 que debe iniciarse a mediados del 2006", adelantó Rodríguez. Se interconectará a Púcuru con el poblado de Boca de Cupe, lo que comprende unos 16 kilómetros.
Los lugareños están claros en las repercusiones que traerá la energía eléctrica a su pueblo y por tanto parecen estar decididos a trabajar arduamente para que se concrete la obra.
Tan es así, que Tovar dio a conocer que ellos, con recursos propios, proporcionarán cerca de B/. 700 en concepto de alimentación para los indígenas que se encargarán de abrir la trocha hasta Boca de Cupe. La Oficina de Electrificación Rural (OER) aportará otros B/.400. A ello sumarán otros B/. 10,000 de la partida del Programa de Inversión Local (PROINLO).
Quieren luz para sus "negocios" y para que "el arroz no les quede sala"o". Eso fue lo que respondieron Dixie y luego Lucía, en Paya.
Pero, su petición llegó más allá. Los más de 400 residentes de Púcuro pensaron de inmediato en el tema seguridad.
"Con luz en el pueblo nos sentiríamos más seguros", sostuvieron otros dos, mientras observaban cómo avanzaba la inspección del personal del FIS.
Y es que la mala experiencia ya la tuvieron. En enero del 2003, insurgentes colombianos se tomaron Púcuro, el saldo: un muerto. Sus vecinos de Paya perdieron otros tres indígenas kunas.
Sin embargo, Dixie, la hija del Sáhila Arturo Garrido, prefiere imaginar lo bueno. Ella es una mujer elocuente, hospitalaria y de sonrisa contagiosa.
"Cuando tengamos luz yo voy a poder tener agua fría para brindarle a las visitas.. como usted".
Lo cierto es que aunque todavía no hay energía eléctrica, Dixie tiene ya instalado su DVD y su televisión de 21 pulgadas en la sala. En su cocina está la refrigeradora, en la que el óxido ya empezó a hacer de las suyas.
Le sobra talento, sus molas así lo demuestran, por lo que no descarta que aumente la producción cuando pueda coser "hasta muy tarde".
Tovar, el representante, quería escuchar de viva voz del director de Electrificación Rural el anuncio y no era el único.
En poco menos de media hora, hombres, mujeres y niños ocuparon la "casa de reuniones". Es el rancho en el que discuten los "aspectos de importancia".
Fue allí donde Rodríguez, y Degracia, del FIS, les hicieron saber las reglas del juego.
El proyecto en Púcuro consiste de dos etapas. En la primera se electrificará la red interna de la comunidad y en la segunda, se iniciará la interconexión con Boca de Cupe. Cada 50 metros se colocará una luminaria, incluyendo el puerto.
Los indígenas correrán con el pago de B/. 20 para el medidor y al menos en ese instante, no hubo oposición.
Por lo pronto, unos 80 hombres se comprometieron a trabajar, desde ese mismo día, en la trocha hasta Boca de Cupe.
Unas dos horas después y luego de un almuerzo que ofrecieron a los visitantes como agradecimiento, el helicóptero partió con destino a Paya. Los indígenas se despidieron confiados en que la promesa no se quede en papel.
Ese día se confirmaría el proyecto de electrificación para el área. José Rodríguez, director de Electrificación Rural y Armando De Gracia, del Fondo de Inversión Social (FIS) eran los comisionados para darle la noticia al pueblo reunido en la casa comunal.
Desde que ambos pisaron las apartadas tierras de Púcuro, a pocas horas de la frontera con Colombia, comenzaron un recorrido por el pueblo guiados por Rodrigo Tovar, representante de corregimiento, para hacer lo que técnicamente se conoce como un "replanteo de la comunidad" y decidir así, dónde se instalarían los postes de luz.
"Se trata de una inversión de alrededor de B/. 300,000 que debe iniciarse a mediados del 2006", adelantó Rodríguez. Se interconectará a Púcuru con el poblado de Boca de Cupe, lo que comprende unos 16 kilómetros.
Los lugareños están claros en las repercusiones que traerá la energía eléctrica a su pueblo y por tanto parecen estar decididos a trabajar arduamente para que se concrete la obra.
Tan es así, que Tovar dio a conocer que ellos, con recursos propios, proporcionarán cerca de B/. 700 en concepto de alimentación para los indígenas que se encargarán de abrir la trocha hasta Boca de Cupe. La Oficina de Electrificación Rural (OER) aportará otros B/.400. A ello sumarán otros B/. 10,000 de la partida del Programa de Inversión Local (PROINLO).
Quieren luz para sus "negocios" y para que "el arroz no les quede sala"o". Eso fue lo que respondieron Dixie y luego Lucía, en Paya.
Pero, su petición llegó más allá. Los más de 400 residentes de Púcuro pensaron de inmediato en el tema seguridad.
"Con luz en el pueblo nos sentiríamos más seguros", sostuvieron otros dos, mientras observaban cómo avanzaba la inspección del personal del FIS.
Y es que la mala experiencia ya la tuvieron. En enero del 2003, insurgentes colombianos se tomaron Púcuro, el saldo: un muerto. Sus vecinos de Paya perdieron otros tres indígenas kunas.
Sin embargo, Dixie, la hija del Sáhila Arturo Garrido, prefiere imaginar lo bueno. Ella es una mujer elocuente, hospitalaria y de sonrisa contagiosa.
"Cuando tengamos luz yo voy a poder tener agua fría para brindarle a las visitas.. como usted".
Lo cierto es que aunque todavía no hay energía eléctrica, Dixie tiene ya instalado su DVD y su televisión de 21 pulgadas en la sala. En su cocina está la refrigeradora, en la que el óxido ya empezó a hacer de las suyas.
Le sobra talento, sus molas así lo demuestran, por lo que no descarta que aumente la producción cuando pueda coser "hasta muy tarde".
Tovar, el representante, quería escuchar de viva voz del director de Electrificación Rural el anuncio y no era el único.
En poco menos de media hora, hombres, mujeres y niños ocuparon la "casa de reuniones". Es el rancho en el que discuten los "aspectos de importancia".
Fue allí donde Rodríguez, y Degracia, del FIS, les hicieron saber las reglas del juego.
El proyecto en Púcuro consiste de dos etapas. En la primera se electrificará la red interna de la comunidad y en la segunda, se iniciará la interconexión con Boca de Cupe. Cada 50 metros se colocará una luminaria, incluyendo el puerto.
Los indígenas correrán con el pago de B/. 20 para el medidor y al menos en ese instante, no hubo oposición.
Por lo pronto, unos 80 hombres se comprometieron a trabajar, desde ese mismo día, en la trocha hasta Boca de Cupe.
Unas dos horas después y luego de un almuerzo que ofrecieron a los visitantes como agradecimiento, el helicóptero partió con destino a Paya. Los indígenas se despidieron confiados en que la promesa no se quede en papel.
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