Universidades a distancia, una alternativa en la educación
Publicado 2003/11/06 00:00:00
- José Eduardo Sánchez S.
“Si tienes 18 años, no hay ningún impedimento económico, todo el tiempo para estudiar y una buena universidad, estudia en presencia. Pero si tienes 25 ó 30 años, una familia que atender, una situación laboral y limitaciones geográficas para aprender entra a una buena universidad a distancia y tendrás un título igualmente válido”, Dra. Fanny Aguirre de Moreira.
Laura María, una joven de 30 años que desde muy temprano adquirió responsabilidad familiar y que trabaja hace más de 10 años en una entidad bancaria como cajera donde labora de 8 a 4 de la tarde, ha visto frustrado por mucho tiempo sus deseos de superarse debido a que no cuenta con el tiempo para asistir a una universidad presencial.
Al igual que ella, Licy, su compañera de secundaria con un estilo de vida similar o tal vez más apretado, ocupa hoy un importante cargo en una compañía privada donde ha podido escalar gracias a que tomó la decisión de continuar preparándose, no en la Universidad de Panamá, porque sus responsabilidades no se lo permitían, sino en una universidad de educación a distancia donde se tituló de licenciada y posteriormente tomó una maestría.
Y es que hoy los centros superiores de educación a distancia se están convirtiendo en una alternativa para personas que como Laura no tienen la disponibilidad de tiempo para estar de lunes a viernes en un horario de 5 horas en un salón de clases, pero que optan por esta modalidad para alcanzar sus metas profesionales.
Fanni Aguirre de Moreira, de la Universidad Técnica Popular de Loja, Ecuador, sostiene que la universidad a distancia lucha contra la opinión pública para demostrar su validez. Hace algunos años el panorama era totalmente negativo para la educación a distancia en América Latina, pero esta visión está cambiando.
Ha sido una lucha permanente para que la gente, los ministerios y las entidades públicas reconozcan que es tan válida esta educación como la presencial, viéndose hoy esta modalidad como la solución a la educación del futuro.
Podemos decir que la educación a distancia es válida, asegura la Dra. Aguirre de Moreira. La formación presencial y este nuevo tipo son como dos caras de una misma moneda. Ambas persiguen formar al individuo, prepararlo para un campo profesional y que tenga relación con la sociedad, es decir, que se forme como hombre y como profesional a través de un rigor científico para servir a la sociedad.
Si nos preguntamos: ¿Qué medios utiliza la modalidad presencial? Diríamos que utiliza el aula, el profesor y elementos de apoyo que pueden darle la tecnología para usar en clases, pero la pieza predominante es el profesor que ayuda, guía, orienta y casi se podría decir que facilita el aprendizaje que muchas veces lo va desarrollando.
En la modalidad a distancia por su parte, el profesor o facilitador planifica desde el inicio del curso todas las actividades que puedan hacer que el alumno se involucre por sí mismo en buscar las metodologías apropiadas para aprender. Lo cierto es que por uno u otro camino se llega al mismo resultado.
La especialista en este tipo de educación considera que el profesional que sale de uno de estos centros es tan profesional como el de una universidad presencial. Esto lo corroboran probadas experiencias, de hecho en algún momento con esta modalidad se enseña en cierto sentido, al igual que el sistema presencial en cuanto a cumplimiento de cursos, el uso de profesores que no tienen que estar necesariamente en el lugar, que son limitantes en ciudades pequeñas que se encuentran lejos en un punto geográfico.
La educación a distancia por otra parte permite que el estudiante se involucre activamente con las nuevas tecnologías de la información y de esa manera se convierte en activo propulsor del desarrollo. Por otro lado, los alumnos que optan por ir a estos centros especializados significa una decisión de vida madurada, ya que no lo hacen porque simplemente quieren una titulación, sino porque en un momento descubren que necesitan aprender más. Actualmente, en la región y en Panamá estos títulos son igualmente válidos, asimismo el reconocimiento que los colegios de profesionales hacen de ellos.
En nuestro país existen varias universidades de esta clase, entre ellas la Universidad Abierta y a Distancia de Panamá (UNADP), la Universidad Interamericana de Educación a Distancia (UNIEDPA) y el Instituto Superior de Administración y Educación (ISAE-Universidad), que forman profesionales a través de esta metodología. Todas ellas con planes de estudios reconocidos por la Universidad de Panamá, que las fiscaliza.
En cuanto al profesional que sale de este tipo de universidades, señala Rosa Elida Sánchez Ponce, rectora de la UNADP, es de la misma calidad que uno de una entidad presencial. Prueba de ello es que quienes egresan no tienen ningún impedimento para ingresar al mercado laboral y obtener un puesto de trabajo e igualmente se desempeñan de una manera satisfactoria.
Explica que a estas universidades acuden generalmente personas adultas que saben lo que quieren y que tienen compromisos familiares, laborales y que buscan más que todo un tiempo especial para la dedicación a los estudios.
Los facilitadores (profesores) de estos centros es un personal idóneo con un perfil para trabajar con metodología andragógica, ya que hay que saber manejar esta técnica, pues son personas adultas física y psicológicamente que tienen mucha experiencia de trabajo que puede ser aprovechada y sólo necesitan un título que les permita crecer o especializarse.
La calidad del servicio educativo que se ofrece es excelente, sostiene la rectora de la UNADP.
Reconoce que en un principio se produjeron situaciones de incredulidad, pero la calidad del servicio, los egresados y la proyección que se tiene ha ayudado a ir dejando atrás la renuencia a este tipo de educación. Se ha hecho docencia sobre lo que es la educación a distancia.
Al igual que ella, Licy, su compañera de secundaria con un estilo de vida similar o tal vez más apretado, ocupa hoy un importante cargo en una compañía privada donde ha podido escalar gracias a que tomó la decisión de continuar preparándose, no en la Universidad de Panamá, porque sus responsabilidades no se lo permitían, sino en una universidad de educación a distancia donde se tituló de licenciada y posteriormente tomó una maestría.
Y es que hoy los centros superiores de educación a distancia se están convirtiendo en una alternativa para personas que como Laura no tienen la disponibilidad de tiempo para estar de lunes a viernes en un horario de 5 horas en un salón de clases, pero que optan por esta modalidad para alcanzar sus metas profesionales.
Fanni Aguirre de Moreira, de la Universidad Técnica Popular de Loja, Ecuador, sostiene que la universidad a distancia lucha contra la opinión pública para demostrar su validez. Hace algunos años el panorama era totalmente negativo para la educación a distancia en América Latina, pero esta visión está cambiando.
Ha sido una lucha permanente para que la gente, los ministerios y las entidades públicas reconozcan que es tan válida esta educación como la presencial, viéndose hoy esta modalidad como la solución a la educación del futuro.
Podemos decir que la educación a distancia es válida, asegura la Dra. Aguirre de Moreira. La formación presencial y este nuevo tipo son como dos caras de una misma moneda. Ambas persiguen formar al individuo, prepararlo para un campo profesional y que tenga relación con la sociedad, es decir, que se forme como hombre y como profesional a través de un rigor científico para servir a la sociedad.
Si nos preguntamos: ¿Qué medios utiliza la modalidad presencial? Diríamos que utiliza el aula, el profesor y elementos de apoyo que pueden darle la tecnología para usar en clases, pero la pieza predominante es el profesor que ayuda, guía, orienta y casi se podría decir que facilita el aprendizaje que muchas veces lo va desarrollando.
En la modalidad a distancia por su parte, el profesor o facilitador planifica desde el inicio del curso todas las actividades que puedan hacer que el alumno se involucre por sí mismo en buscar las metodologías apropiadas para aprender. Lo cierto es que por uno u otro camino se llega al mismo resultado.
La especialista en este tipo de educación considera que el profesional que sale de uno de estos centros es tan profesional como el de una universidad presencial. Esto lo corroboran probadas experiencias, de hecho en algún momento con esta modalidad se enseña en cierto sentido, al igual que el sistema presencial en cuanto a cumplimiento de cursos, el uso de profesores que no tienen que estar necesariamente en el lugar, que son limitantes en ciudades pequeñas que se encuentran lejos en un punto geográfico.
La educación a distancia por otra parte permite que el estudiante se involucre activamente con las nuevas tecnologías de la información y de esa manera se convierte en activo propulsor del desarrollo. Por otro lado, los alumnos que optan por ir a estos centros especializados significa una decisión de vida madurada, ya que no lo hacen porque simplemente quieren una titulación, sino porque en un momento descubren que necesitan aprender más. Actualmente, en la región y en Panamá estos títulos son igualmente válidos, asimismo el reconocimiento que los colegios de profesionales hacen de ellos.
En nuestro país existen varias universidades de esta clase, entre ellas la Universidad Abierta y a Distancia de Panamá (UNADP), la Universidad Interamericana de Educación a Distancia (UNIEDPA) y el Instituto Superior de Administración y Educación (ISAE-Universidad), que forman profesionales a través de esta metodología. Todas ellas con planes de estudios reconocidos por la Universidad de Panamá, que las fiscaliza.
En cuanto al profesional que sale de este tipo de universidades, señala Rosa Elida Sánchez Ponce, rectora de la UNADP, es de la misma calidad que uno de una entidad presencial. Prueba de ello es que quienes egresan no tienen ningún impedimento para ingresar al mercado laboral y obtener un puesto de trabajo e igualmente se desempeñan de una manera satisfactoria.
Explica que a estas universidades acuden generalmente personas adultas que saben lo que quieren y que tienen compromisos familiares, laborales y que buscan más que todo un tiempo especial para la dedicación a los estudios.
Los facilitadores (profesores) de estos centros es un personal idóneo con un perfil para trabajar con metodología andragógica, ya que hay que saber manejar esta técnica, pues son personas adultas física y psicológicamente que tienen mucha experiencia de trabajo que puede ser aprovechada y sólo necesitan un título que les permita crecer o especializarse.
La calidad del servicio educativo que se ofrece es excelente, sostiene la rectora de la UNADP.
Reconoce que en un principio se produjeron situaciones de incredulidad, pero la calidad del servicio, los egresados y la proyección que se tiene ha ayudado a ir dejando atrás la renuencia a este tipo de educación. Se ha hecho docencia sobre lo que es la educación a distancia.
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