Nuevos datos refuerzan la tesis del asesinato del ex presidente Joao Goulart de Brasil
- Mayra Madrid
La familia del ex presidente brasileño Joao Goulart presentó hoy a la Fiscalía nuevas pruebas de que éste era vigilado por las dictaduras de Uruguay y Brasil, y dijo que los documentos refuerzan la tesis de que hubo un complot comandado por la CIA y militares para asesinarlo.
Joao Goulart, conocido como Jango y considerando un líder progresista simpatizante de la izquierda de los años 60 en plena Guerra Fría, fue derrocado por un golpe de Estado en 1964 y murió en extrañas circunstancias en un hotel en Mercedes (Argentina), en diciembre de 1976.
La familia sostiene que la muerte -nunca esclarecida oficialmente- fue orquestada por un "sindicato del crimen" precursor de la Operación Cóndor y con el patrocinio financiero de la CIA, del Gobierno estadounidense y conocimiento del entonces presidente de Brasil, el general Ernesto Geisel.
Esta vez los Goulart entregaron a la Fiscalía de la ciudad de Porto Alegre documentos desclasificados por el Gobierno uruguayo, provenientes de Servicio de Información y Defensa (SID) que prueban que Jango era estrechamente vigilado en su hacienda El Milagro, en Maldonado (Uruguay).
Entre los archivos uruguayos se comprueba que hasta la cocinera de la familia, Margarita Suárez, era del servicio secreto de Brasil, dijo Joao Vicente Goulart, hijo del ex presidente, en una entrevista con Efe.
"Se refuerza una vez más la evidencia de que había una monitorización permanente de Uruguay y el tipo de complicidad entre los dos países", afirmó el hijo del ex presidente.
Los documentos uruguayos también prueban que Jango ya no tenía estatus de asilado político ni la protección formal del Estado uruguayo cuando murió oficialmente de un infarto.
La familia ya había recibido del Gobierno brasileño fotos tomadas por agentes del Servicio Nacional de Información (SNI), la agencia de espionaje de la dictadura, en las que aparece Goulart en actividades cotidianas.
Desde hace más de un año la familia intenta que el Ministerio Público (Fiscalía) inicie un proceso ante la justicia de Brasil para investigar el supuesto envenenamiento, que fue revelado por un ex agente del servicio secreto uruguayo, preso desde 2003 en la cárcel de Charquedas, de Porto Alegre, por tráfico de armas.
El ex agente Mario Neira Barreiro, hoy de 54 años, afirma que Goulart fue envenenado con píldoras adulteradas, en la "Operación Escorpión" coordinada por Uruguay, Brasil y Estados Unidos en una época de fervor anticomunista.
Las afirmaciones de Barreiro a la prensa de Brasil y Uruguay fueron ratificadas en un interrogatorio ante la Policía Federal de Brasil hecho el 29 de enero de 2008.
"Fue decidido que la muerte de Jango sería hecha por el servicio secreto uruguayo a través de la sustitución de medicamentos de efecto antagónico, tomando en cuenta que Jango tenía un histórico de problemas cardíacos", según el texto de las declaraciones de Barreiro, obtenido por Efe.
Según el reo, el líder de la operación era el comisario Sergio Fernando Paranhos Fleury un jefe del Departamento de Investigaciones Criminales (Deic) de Brasil, que murió a los 46 años en 1979 y es señalado como uno de los principales torturadores del régimen militar brasileño (1964-1985).
"La justicia brasileña no ha actuado porque el Ministerio Público no ha hecho nada", se quejó el hijo de Jango.
El "Instituto Presidente Joao Goulart" creado por la familia para el rescate de la memoria histórica del ex presidente, intenta resucitar el caso y la tesis del asesinato, que fue investigada por el Congreso a comienzos de esta década, sin llegar a ninguna conclusión.
"Cuando se comenzó a levantar la tesis, nadie quería asumir tal posibilidad. Era un enorme problema, un presidente legalista, con 80% de aceptación, asesinado en Argentina, por una operación conjunta de tres países con supervisión de la CIA... ¿quién iba a querer tocar eso?", dijo el abogado de la familia, Daniel Renout da Acunha, también en conversación con Efe.
La familia también prepara una solicitud al Supremo Tribunal Federal de Brasil para que le envíe una "carta rogatoria" a la Corte Suprema de Estados Unidos con el fin de que escuche al ex agente de la CIA Frederick Latrash, señalado por Neira Barreiro como uno de los supervivientes de aquella época oscura.
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