El 'Caño' Ibagaza recupera su mejor versión en el momento clave
- Villarreal (Castellón)
El gol logrado en Grecia el martes en la Liga de Campeones, pero sobre todo la asistencia del segundo gol a Joseba Llorente, que le dio la clasificación a cuartos de final, vinieron a refrendar que el 'Caño' Ibagaza ha recuperado su mejor versión en el momento importante de la temporada.
Ariel Miguel Santiago Ibagaza, más conocido por todos por el "Caño", suerte futbolística que maneja a la perfección y que le dio su sobrenombre, ha sido fundamental en las últimas semanas en la recuperación de su equipo en la Liga, así como en la clasificación entre los ocho mejores equipos de Europa.
El argentino llegó esta temporada al Villarreal para intentar la aventura en la Liga de Campeones, ya que desde el club castellonense se le veía como al jugador que podía alternar con Robert Pires en la banda izquierda, sin que ésta perdiera calidad y veteranía, en los momentos claves del campeonato.
Pero su aportación no venía siendo la mejor ni la más productiva, tras la primera vuelta del campeonato. No lograba la titularidad, ni ser un asiduo en su equipo e incluso la duda empezaba a planear sobre su rendimiento.
Más o menos las cosas transcurrían como lo hicieron en su otra aventura lejos de Mallorca, donde destacó en España y donde siempre ha desarrollado su mejor fútbol y sus mayores logros. Como fueron una copa del Rey, una Supercopa de España o una final de la ya extinguida Recopa de Europa.
Lejos de la isla, en el Atlético de Madrid, Ariel alternó buenos detalles de calidad, pero mucha irregularidad. Sus dos temporadas en Madrid no dieron sus frutos y no ayudaron a que Ibagaza lograra el reconocimiento en un gran reto, como es el de jugar en uno de los llamados grandes.
Su vuelta al Mallorca se quiso ver como una renuncia a luchar por estar en la primera línea futbolística, aunque el Villarreal le brindó este verano una segunda oportunidad.
El pasado martes Ibagaza volvió a demostrar como hizo en el Mundial sub-20 de 1995, que podía alcanzar la gloria y hacerlo con su fútbol.
Un fútbol de toque, inteligente y sobre todo de calidad, ya que sus condiciones físicas tan solo le dejaban esa opción. No en vano su metro sesenta y seis, en un deporte muy físico, sólo le dejaba el camino de ser más listo, más rápido y más espabilado.
Y así fue el martes en Atenas ante el Panathinaikos, apareció un tipo listo, vivo y con una técnica exquisita, para apagar el fuego del infierno griego y volver al olimpo de los mejores.
Ibagaza parece que esta ante la oportunidad de demostrar que sí que puede y que mantiene ese fútbol, que le puede llevar a él y su equipo a lo más alto.
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