Endesa mantendrá su nivel de inversiones en Chile, afirma su presidente

Endesa España, controlada por la italiana Enel, mantendrá su nivel de inversiones en Chile, según afirmó su presidente, Borja Prado, que se entrevistó con la mandataria Michelle Bachelet, informa hoy la prensa local.

Prado arribó este jueves a Santiago, pero un retraso en su vuelo procedente de Madrid le impidió asistir a la inauguración oficial de la planta de gas natural licuado (GNL) de Quintero, situada a unos 140 kilómetros al noroeste de la capital, frente al Pacífico.

La propia Bachelet inauguró esa planta, en la que se invirtieron cerca de 1.100 millones de dólares y que es propiedad de la empresa británica BG Group, la chilena Metrogas, la estatal Empresa Nacional del Petróleo (Enap) y la generadora Endesa Chile, filial de Endesa España.

"Para Endesa es muy importante Chile y desarrollar inversiones en este país, siendo uno de los mercados más relevantes, como también puede ser Brasil, pero en segundo lugar", afirmó Borja tras reunirse por la tarde con Bachelet durante cerca de 40 minutos.

"Todo el plan de inversiones se mantiene normal, con absoluta normalidad", agregó Borja, que se encuentra por primera vez en Latinoamérica desde que el pasado marzo asumió su cargo como presidente de España Endesa.

Borja también descartó que la firma esté aplicando un plan de desinversión en Latinoamérica, y recalcó que si en algún caso la compañía se ha desprendido de negocios, lo hizo "por una decisión estratégica, para invertir en nuevas oportunidades".

Al ser preguntado por la salida de Rafael López Rueda de la gerencia general de Chilectra y de otros posibles cambios en la dirección Enersis y Endesa Chile, Borja declaró que "pueden ocurrir ciertas situaciones que son naturales en este tipo de procesos".

Chilectra es la filial distribuidora y Enersis el brazo inversor en Latinoamérica de Endesa Chile, controlada a su vez por Endesa España.

En cambio, Borja declinó referirse al proyecto de HidroAysén, impulsado por Colbún y Endesa Chile para construir cinco represas en la Patagonia chilena (sur), lo que ha desatado la férrea oposición de grupos ecologistas y otras asociaciones civiles.