Temucuicui, centro de la protesta mapuche y reflejo de la división interna
Temucuicui, una comunidad de la provincia araucana de Malleco, es el corazón de la lucha de los mapuches contra las empresas forestales y agrícolas que ocupan las tierras de sus antepasados, pero también es el reflejo de la división que vive hoy la principal etnia chilena.
En un recorrido por esta zona de la Araucanía, a 600 kilómetros al sur de Santiago, un grupo de corresponsales extranjeros pudo comprobar que las 120 familias de Temucuicui viven distanciadas por por dos formas distintas de reclamar sus derechos.
"Entendemos de manera diferente la política; la movilización que nosotros hacemos está más relacionada con la cultura mapuche, con la reivindicación de los territorios y de todos los demás derechos que se nos están negando", declaró a Efe el "lonko" (jefe) de la Comunidad Autónoma de Temucuicui, Víctor Queipul Huaiquil.
"Ellos -dice refiriéndose a los miembros de la comunidad tradicional- están muy vinculados al Gobierno, pertenecen a la Alianza Territorial Mapuche, son funcionarios, son organizaciones que forma el Estado para confundir, dividir y apagar la lucha de los mapuches", asegura este "lonko".
Víctor Qeipul tiene a un hijo y a un hermano presos en la cárcel de Angol, acusados de asociación ilícita, homicidio frustrado, incendio y robo con intimidación, la mayoría delitos tipificados en la ley antiterrorista aprobada durante la dictadura militar (1973-1990).
Desde hace años, la Araucanía es escenario de un conflicto entre las comunidades mapuches que reclaman tierras ancestrales y los actuales propietarios, fundamentalmente empresas agrícolas y forestales.
El gobierno de Michelle Bachelet ha optado por comprar tierra y repartirla entre los comuneros, pero las 600.000 hectáreas distribuidas hasta ahora no han supuesto el fin del conflicto porque algunas comunidades más radicalizadas consideran que es una medida insuficiente y quieren el reconocimiento constitucional de la autonomía mapuche.
Éste es el caso de Temucuicui, que en el año 2002 recibió el fundo Alaska, asta entonces propiedad de Forestal Mininco.
"Muchos de nosotros dijimos entonces que aquello era la base para seguir recuperando nuestro territorio, pero hubo otra gente que no lo entendió", explica uno de los comuneros.
Ante las reiteradas tomas de tierras por parte de los mapuches, los grandes propietarios pidieron al Gobierno que aumentara la proteción policial.
"Eso hizo que la comunidad de Temucuicui quedara aislada, totalmente rodeada de carabineros, y que nos acusaran de ser unos terroristas, pero a pesar de toda esa represión, nosotros vamos a seguir adelante", asegura.
Al igual que los Municipios Autónomos Rebeldes bajo control del movimiento zapatista en el estado mexicano de Chiapas, la Comunidad Autónoma de Temucuicui reclama autogobierno y no reconoce la autoridad del Estado chileno.
"Los allanamientos de nuestras casas, los malos tratos a las mujeres y los niños no han conseguido callarnos; ahora nos aplican la ley antiterrorista, pero igual vamos a seguir luchando; la Comunidad Autónoma de Temucuicui, queremos ser un ejemplo", enfatiza el "huerkén" (portavoz), Jorge Huenchullán.
En la cárcel de Angol hay nueve comuneros de Temucuicui, cinco de ellos fueron recluidos hace un mes acusados de violación a la ley antiterrorista y arriesgan penas que podrían sumar hasta 40 años de cárcel.
"Los 'pelli' (hermanos) no tienen defensa; cuando cayeron detenidos rechazaron la defensoría penal mapuche, porque no es justo que el Gobierno les aplique la ley antiterrorista y al mismo tiempo les asigne un abogado que les va a defender", explica Huenchullán.
Mientras tanto, los comuneros de Temucuicui que reconocen la autoridad tradicional mapuche, que están dirigidos por el veterano "lonko" Juan Catrillanca, formaron hace tres meses la Alianza Territorial Mapuche, una organización integrada por unas 60 comunidades de la Araucanía pertenecientes a las comunas de Angol, Ercilla, Purén, Los Sauces, Freire, Villarrica, Lago Budi y Loncoche.
Aunque esta nueva organización, liderada por el propio Catrillanca, es menos radical que la Coordinadora Arauco Malleco (partidaria de la resistencia activa), también ha surgido con un afán reivindicativo.
"No queremos más migajas, queremos recuperar nuestro territorio original, pero el Gobierno no nos escucha. Por eso nos unimos para movilizarnos", explicó entonces Catrillanca, quien anunció que a partir de ese momento, los mapuches empezarían a movilizarse en conjunto "para recuperar lo que les corresponde".
Mientras tanto, el Gobierno sostiene que después de unos meses de agitación, la situación en la Araucanía ahora está más tranquila.
El ministro coordinador de Asuntos Indígenas, José Antonio Viera-Gallo, señaló este viernes que ello se debe al compromiso alcanzado con 115 comunidades mapuches para el reparto de nuevas tierras y también a la "eficacia de la acción policial" frente a los grupos violentos.
Manuel Fuentes
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