Abandono hace estragos en Howard, Albrook y Clayton
Publicado 2001/01/19 00:00:00
- Staff
El Panamá América
Howard, Diablo, Albrook, y Clayton están en el abandono bajo la administración panameña, y el deterioro invade viviendas, locales, calles , todo lo que antes relucía bajo administración norteamericana, gracias al constante mantenimiento, según comprobó El Panamá América en un recorrido efectuado por equipos de reporteros y fotógrafos.
Desde la entrada de Howard hasta la escuela de oficiales de la Policía Nacional, la Autoridad de la Región Interoceánica (ARI) ha mantenido cuadrillas de mantenimiento. Sin embargo, al final existe un área residencial que se encuentra completamente abandonada.
La maleza se ha apoderado de los parques y paradas de buses, y amenaza entrar a las salas y cuarto de las casas.
Lo más impresionante es que en Howard existe una potabilizadora de agua y dos bombas de gasolina completamente abandonadas.
En Diablo, a pesar de ser un área casi vendida en su totalidad, pudimos encontrar un parque frente a la Autoridad Marítima de Panamá, que parecía ser una reserva forestal.
En el mismo sitio, se encuentra una residencia con visibles muestras de ocupación por piedreros furtivos. Aprovechando la falta de vigilancia, los drogadictos han improvisado camastros con cartones. No queda duda que vandalizaron los servicios higiénicos y los vidrios de las ventanas. Sólo les faltó vender las escaleras, pero llegaron tarde porque las mismas ya han sido devoradas por la polilla.
En Albrook, también hay rastro de la desidia. Frente a la Autoridad de Nacional del Ambiente (ANAM) la ARI ha instalado un cementerio de autos del Estado, en su mayoría de la Contraloría General de la República, según los stickers .
La antigua base militar es la que está mejor cuidada se encuentra, pero también hay rastro de abandono, en las últimas casas. Hay allí un hospital militar, que no logramos visitar . La pregunta que nos hicimos fue por qué no se utiliza ese hospital para atender a los centenares de pacientes que se hacinan en los establecimientos sanitarios oficiales.
Uno de los principales inversionistas de Panamá, Hermán Bern sostuvo que a la ARI le hace falta dinamismo, y una restructuración de su estrategia.
Indicó que el proceso de venta se encuentra muy lento.
En tanto, el economista Rubén Lachman calificó de lamentable al manejo que se le ha dado a la administración de la ARI.
Manifestó que la gestión de Nicolas Ardito Barletta había dejado en la ARI un rumbo bien definido, lo que ha sido cambiado por la venta de canchas, parques y casita por casita.
"El proceso de venta no se encuentra a la velocidad que tiene que ir, hay muchos proyectos que están parados", expresó Lachman.
Howard podría estar jugando un papel estelar en lo que es el sistema multimodal del transporte y no ocurre nada.
"Falta dinamismo y actitud empresarial, ese es el problema", resaltó Lachman.
El gobierno paga millones de dólares, cuyo monto exacto es todavía un misterio, en alquileres en edificios de propiedad privada que ocupan ministerios, institutos autónomos y otros locales públicos, mientras en las áreas revertidas, patrimonio de la nación, no se ocupan innumerables instalaciones donde podrían caber holgadamente diversas dependencias estatales. Dos palabras extrañas en el lenguaje de los burócratas explican la situación: falta de mantenimiento.
¿AREAS REVERTIDAS O ABANDONADAS?
Hasta la víspera del retiro de las fuerzas militares del Comando Sur, fue un local donde se servía el mejor brunch dominical de la ciudad con la asistencia de centenares de norteamericanos y panameños. Desayunos casi pantagruélicos con champagne, pierna, frutas, quesos, pastas, que más parecían almuerzos. Allí también había hapy hours y se efectuaban rumbosos matrimonios y toda suerte de actividades sociales.
Hoy sólo quedan los vestigios de un viejo caserón, poblado de alimañas, lleno de agujeros, pisos y puertas derruidos, y cerrado a piedra y lodo , que ya no sirven de nada. De la administración de Nicolás Ardito Barletta a la de Alfredo Arias, no se conoce ningún esfuerzo por entregar la concesión de ese inmenso local a empresarios locales. Aunque no pudiese ofrecer el mismo servicio, mucho se podía hacer con imaginación y espíritu empresarial.
Si usted escucha esta descripción sin mencionar por ningún lado las áreas revertidas, jamás imaginará que se trata del famoso Club de Oficiales de Amador. Ahora es un testimonio del abandono que impera en la entrada del causeway, desde que quedó en manos de la ARI. Es la otra cara de las áreas revertidas , que en esa y otra zona ha empezado a llamarse "áreas abandonadas".
Según las estimaciones gubernamentales en 1999, la conjugación de los factores naturales de Amador y su localización beneficiaría el desarrollo de grandes proyectos turísticos.
En alguna medida, los fines de semana este lugar ha logrado mantenerse como el centro de reunión de numerosos caminantes y ciclistas. Sin embargo, al asomar la mirada más allá de los frondosos árboles que han pasado a segundo plano por las anchas veredas ahora construidas, usted encontrará casas abandonadas, lavanderías condenadas, salas de cine destruidas por las inclemencias del tiempo y un club de entretenimiento que no volvió a abrir sus puertas y es un testimonio de la dramática falta de mantenimiento de la ARI.
Amador fue declarado " Zona Turística de Calidad Internacional", y se aseguró que contaría con hoteles, villas de tiempo compartido, cafés, restaurantes, áreas de esparcimiento cultural, recreativo, deportivo, museos y hasta casinos.
Pero por el momento, el único de estos mega proyecto realmente consolidados han sido el Amador Resort and Marina. Lo demás son proyectos fantasmagóricos.
La misma suerte de Amador, la corrieron las viviendas aún no vendidas de Quarry High.
Polillas y basura son los únicos habitantes de las viviendas que en algún momento ocuparon los oficiales norteamericanos como oficinas, viviendas, restaurantes, canchas deportivas.
Estas propiedades si así se pueden llamar, son fuertemente custodiadas por policías y guardias de seguridad contratos por la Autoridad de la Región Interoceánica (ARI).
Las casas que aún portan el letrero de " se vende" contrastan con viviendas casi reconstruidas con paredes de cemento, nuevas tejas, diversidad de colores y jardines.
De las canchas de tenis ni hablar: la maleza las ha tomado por asalto . La superficie que supuestamente deber permanecer plana para el paso expedito de las pelotas, en la actualidad se encuentra toda resquebrajada.
La pregunta pertinente en este caso sería, ¿si ya se tenía un plan de esparcimiento cultural, porque no se utilizaron las instalaciones existentes o le dieron el mantenimiento adecuado para que no se deterioraran?
Algunos economistas y expertos en bienes consideran las estrategias utilizadas por la ARI para la promoción de estas áreas carecen de dinamismo, pero esta institución se defiende al expresar que son políticas heredadas a un paso de ser cambiadas.
El presidente de la Asociación de Promotores de Bienes y Raíces de Panamá (ACOBIR), Roberto Domínguez, indicó que siempre hay ofertas de inversionistas interesados en estas propiedades, pero mientras se realizan las largas licitaciones, el interés se pierde y las instalaciones se deterioran.
Además "le hemos dicho a los directivos de la ARI que tienen que movilizar los procesos de adquisición y promover leyes que faciliten la venta y mantenimiento de las áreas revertidas" agregó Domínguez.
La ARI dispone de 2 millones de dólares dentro de su presupuesto para el mantenimiento de las propiedades y las áreas verdes. Pero no hay señales que en las áreas abandonadas se haya gastado en pintar casas, podar la hierba, limpiar los servicios, o en mantener la vigilancia para que no se roben , por ejemplo, los servicios higiénicos.
A juicio de Alfredo Arias, administrador de la ARI, el problema es que los contratos de mantenimiento acordados con contratistas no eran específicos de los bienes que tenían que cuidar.
" Se hablaba de kilómetros cuadrados y no de propiedades en sí", pero esto podría cambiar dentro de poco, porque la institución hace los avalúos para determinar las prioridades en materia de mantenimiento." expresó a El Panamá América.
En cuanto a los centros deportivos abandonados, Arias recalcó que 19 fueron transferidos al Instituto Nacional de Deportes, por lo que habría que preguntarle a ellos, porque no han hecho nada con las tierras.
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