El senderismo es dividido por la pandemia
Entre la espada y la pared se hallan los propietarios de hostales y “ángeles del sendero” como Odie Norman, que ayudó a cientos de excursionistas a abandonar el sendero este año, y también a docenas más a reabastecerse para quedarse.
- Alan Yuhas
- - Publicado: 03/6/2020 - 06:00 pm
Cuando Kelsey Foster comenzó su recorrido por el Sendero de los Apalaches a principios de marzo, había dejado atrás toda su vida: su empleo, su departamento, su familia.
El ánimo aún era relajado cuando empezaron a llegar a cuentagotas las noticias del coronavirus a los excursionistas en esos primeros días.
“Empezaron siendo chistes al respecto, como, ‘dejaste la sociedad en el momento correcto’”, dijo Foster. “Y ‘no hay mejor forma de sana distancia que ser mochilero’”.
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Sin embargo, para finales de mes, la Appalachian Trail Conservancy (ATC), la organización que encabeza la administración del sendero, que cruza 14 Estados a lo largo de su ruta de 3 mil 524 kilómetros desde Georgia hasta Maine, estaba instando a los excursionistas a alejarse. Eso desencadenó un éxodo del sendero y un amargo debate respecto a aquellos que continuaban. Después de semanas de batallar para decidirse, Foster finalmente se fue a casa.
Justo cuando empezaba la temporada anual de senderismo, la pandemia ha devastado a poblados a lo largo de senderos por toda la Costa Este, causado rupturas en una comunidad muy unida y dejado a excursionistas, pequeñas empresas y cuidadores del sendero frente a preguntas casi imposibles.
¿Aún es seguro mochilear o pone en peligro a los excursionistas y a los poblados que visitan? ¿Debe un hostal al que le ordenaron cerrar aún atender a un senderista necesitado? ¿Qué pasa si el excursionista se niega a usar cubrebocas?
Oficialmente, el sendero en sí no está cerrado. Pero el acceso a él depende de la jurisdicción. A medida que algunos Estados comenzaron a relajar las órdenes de quedarse en casa, la ATC ofreció una actualización de seguridad para los excursionistas diurnos y nocturnos, mientras seguía pidiendo a los “thru-hikers” —quienes intentan recorrer la ruta completa— que pospusieran sus viajes.
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Sandra Marra, presidenta de la organización, declaró que la petición de que la gente se mantenga alejada del sendero no se hizo a la ligera. Aunque el senderismo puede parecer un ejercicio en aislamiento, dijo Marra, “no se puede caminar por el sendero más de un día o dos antes de llegar a pueblos, carreteras, negocios y personas”. Normalmente, entre 3 mil y 4 mil personas intentan completar la ruta —sólo una de cada cuatro lo logra— y 3 millones de personas visitan parte del sendero cada año.
Marra dijo que la abrumadora mayoría de quienes buscaban recorrer todo el sendero acató la petición de mantenerse alejados. Pero unos cientos de excursionistas se han quedado.
Entre la espada y la pared se hallan los propietarios de hostales y “ángeles del sendero” como Odie Norman, que ayudó a cientos de excursionistas a abandonar el sendero este año, y también ayudó a docenas más a reabastecerse para quedarse.
“Mi corazón ha elegido servir a la comunidad de excursionistas, y eso es en ambos lados de la moneda en este momento”, señaló.
Colin Gooder, dueño del hostal Gooder Grove, en Franklin, Carolina del Norte, fue uno de los primeros portadores de advertencias a los excursionistas, incluso antes de que cerrara a mediados de marzo. Si bien la mayoría de los senderistas cumplió la recomendación oficial, dijo, algunos se ofendieron de que se les pidiera que usaran cubrebocas.
“Había casi una subcultura de indignación al respecto”, comentó. “La división que ha afectado a toda la sociedad ahora está afectando a la sociedad y la cultura del Sendero de los Apalaches”.
Algunos hostales han tratado de seguir atendiendo a quienes intentan recorrer el sendero completo. David Magee, dueño de la Estación en 19E en Roan Mountain, Tennessee, dijo que ha tenido a excursionistas varados de Europa y Hawai.
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“¿Qué debo hacer? ¿Cerrar e irme a casa mientras tengo a estos excursionistas sucios aquí?”, preguntó. “No puedo darles la espalda a los excursionistas”.
Muchos senderistas, dentro y fuera de la ruta, sugirieron que no había una respuesta correcta para todos. Incluso aquellos que no estaban de acuerdo con la decisión de la ATC dijeron que respetaban a la organización y entendían el razonamiento de sus líderes.
“Tenían que protegerse y hacer algo”, declaró una “thru-hiker” que pidió ser identificada por su nombre de senderista, Caboose. “La pregunta que todos se hacen es qué podría haber hecho la ATC para asegurarse de que podíamos aún tener a los excursionistas y aún tener el distanciamiento. No lo sé”.
David Chandler, un “thru-hiker” de 39 años, dijo que la mayoría de los excursionistas con los que se topó se había quedado para realizar “un viaje espiritual” y estaban tratando de actuar de manera responsable usando cubrebocas en los poblados y minimizando el tiempo fuera del sendero.
“No hay nadie aquí que quiera violar la ley federal. Queremos caminar por los parques”, dijo desde un hostal cerca de Pearisburg, Virginia.
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