Mujeres escasean en los bancos centrales

FRANKFURT — El Banco Central Europeo podría haber parecido un lugar improbable para celebrar una conferencia sobre igualdad de género.

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Sólo un miembro del Consejo de Gobierno del Banco es mujer. La situación es similar en otros bancos centrales importantes. Hay sólo una mujer en el Consejo de Política Monetaria del Banco de Inglaterra, y las mujeres son una minoría en el peldaño superior de la Reserva Federal de Estados Unidos.

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El mes pasado, miembros de la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y Banco Central Europeo se reunieron para examinar por qué hay tan pocas mujeres en la política monetaria y qué se puede hacer al respecto.

“La escasa representación de las mujeres quizás en ninguna parte es tan visible como en los bancos centrales”, dijo Ana Lamo, economista senior en el Banco Central Europeo.

Hay más mujeres entre los economistas del staff y otros expertos que preparan el trabajo preliminar para la política monetaria. Aun así, hay evidencia de que es menos probable que los bancos centrales les publiquen sus investigaciones económicas a las economistas, de que es menos probable que sean ascendidas, y de que es más probable que sus trayectorias se vean afectadas cuando se vuelven madres que las de los hombres cuando se vuelven padres.

El 1 de noviembre, Christine Lagarde se convirtió en la primera presidenta del Banco Central Europeo. Lagarde es la única mujer en el  difícil consejo de 25 miembros hasta que se designe una sustituta para Sabine Lautenschläger, miembro del Comité Ejecutivo de seis personas del Banco Central, que renunció el mes pasado.

Se espera que Lagarde, ex directora administrativa del Fondo Monetario Internacional, haga del género un tema en su cargo de ocho años. La conferencia en las oficinas generales del Banco Central Europeo analizó por qué las mujeres tienen problemas para ascender y ofreció algunas soluciones.

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Laura Hospido, economista en el Banco de España, presentó un estudio que muestra que las investigaciones económicas de mujeres tienen menos probabilidades que las de los hombres de ser aceptadas para su publicación.

Deepa D. Datta, una economista en la Reserva Federal, examinó 3 mil monografías de investigación publicadas por el banco central estadounidense y halló que era más probable que los hombres colaboraran con otros hombres en investigaciones. Datta dijo que su estudio no demostraba que hubiera discriminación involucrada, aunque era una implicación obvia. La publicación de estudios de investigación es crucial para el avance de la carrera.

Numerosos participantes en la conferencia dijeron que las mujeres necesitan más estímulo para estudiar economía. Ese es particularmente el caso para las minorías raciales, cuyos problemas no reciben suficiente atención, dijo Rhonda Sharpe, presidenta del Instituto Femenil para Ciencia, Equidad y Raza en Virginia.

Iris Bohnet, directora académica en la Escuela Kennedy de Harvard, citó investigaciones que arrojan que las orquestas de EU incrementaron el número de mujeres músicos cuando permitieron que los aspirantes audicionaran detrás de una cortina. Los bancos centrales pueden lograr el mismo resultado, por ejemplo, al retirar los nombres de los currículums y estandarizar las preguntas de las entrevistas.

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La Reserva Federal ha buscado incrementar su contratación de mujeres y personas de grupos minoritarios al reclutar de una variedad más amplia de universidades y al analizar criterios como experiencia laboral, no sólo las calificaciones académicas.

Pero nadie en la conferencia abordó cómo solucionar el desbalance en lo más alto de los bancos centrales. Ese problema está fuera de su control. Los miembros de los organismos creadores de políticas son elegidos por líderes políticos, que particularmente en Europa han mostrado una fuerte inclinación a favor de los hombres.