Atención primaria de la salud y el coronavirus
El coronavirus ha desnudado no solo las dificultades directas, sino que también ha permitido ver la crudeza de la falta de atención preventiva.
El coronavirus ha desnudado no solo las dificultades directas, sino que también ha permitido ver la crudeza de la falta de atención preventiva.
En varios países de Latinoamérica, Ecuador, Perú, México, personal del sistema de salud ha protestado por la falta de insumos y la inseguridad a la cual se enfrentan. Foto: EFE.
En 1978, en la ciudad de Alma Ata, antigua capital de Kazajistán, tuvo lugar la Conferencia internacional sobre atención primaria de salud.
Fue un evento innovador: un emplazamiento a adoptar la Atención Primaria de Salud (APS), como eje fundamental de la salud pública y a tomar, como bandera, el esquema preventivo en salud pública.
El lema de esta reunión fue: "Salud para todos en el 2000", similar a la consigna del Ministerio de Salud de Panamá: "Salud igual para todos." Idea basada en la filosofía del eminente médico panameño José Renán Esquivel, quien siempre insistió en la prevención y promoción en salud pública.
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La Declaración de Alma Ata, ofrece esta definición de salud: "La Conferencia reitera firmemente que la salud, estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades, es un derecho humano fundamental y que el logro del grado más alto posible de salud es un objetivo social sumamente importante en todo el mundo, cuya realización exige la intervención de muchos otros sectores sociales y económicos, además del de la salud.
"Al ponerse el énfasis en lo social y no en lo biológico, médico, se abre la oportunidad de visualizar un fenómeno con múltiples variables actuando a la vez, dando paso a un abordaje integral, con un alcance más universal para toda la población.
El espíritu de la Declaración de Alma Ata, es recogido en 6 puntos importantes:
1. Cooperación y paz mundial;
2. Un nuevo orden económico mundial justo y equitativo;
3. Reconocimiento de los determinantes sociales de la salud;
4. Involucrar a todos los sectores en la promoción de la salud;
5. Participación comunitaria en la planificación, implementación y regulación de la APS;
6. Equidad en salud como resultado de este enfoque.
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A partir de la declaración, hubo esfuerzos posteriores plasmados en documentos como la Carta de Ottawa sobre Promoción de la Salud (1986), o la Comisión de los Determinantes Sociales de la Salud de la OMS (2005).
Poco sirvió para poner en evidencia las carencias del modelo curativo porque, a la par, ocurrió otro fenómeno político: el Consenso de Washington (1989).
Se radicalizaron las concepciones capitalistas que imponían la privatización de todas las empresas estatales y la tercerización de otros servicios prestados por el sector público.
Los servicios de salud fueron puestos en la mira y la prevención pereció por completo; representó el abandono de las tareas estatales, para privilegiar la salud como negocio.
En nuestros países eso ha traído consecuencias funestas, se dejaron de lado programas de atención masiva a la población, la educación para la salud pasó a segundo plano, pobre inversión en salud preventiva, enfermedades controladas o erradicadas reemergieron, así como los intentos por privatizar los fondos de pensiones y la seguridad social.
Relacionando este contexto con la enfermedad por el nuevo Covid-19, es claro que la falta de atención a las recomendaciones de salud preventiva, ha contribuido en alto grado al desastre sanitario que se ha visto en países como Estados Unidos, España, Italia, Francia, Reino Unido, etc., que abanderaron la causa del neoliberalismo, incluyendo la privatización de los servicios de salud.
¿Panamá marcha en ese sentido?
El doctor José Renán Esquivel dijo en una ocasión: "La proliferación de hospitales representa el fracaso de la salud pública."
La doctrina neoliberal promueve la privatización de todas las empresas y servicios que son parte de la operación estatal, asumiendo el falaz supuesto de que el sector privado es más eficiente y se muestra favorable a la reducción del "gasto social" (educación, vivienda, salud, y otros); aducen que propiciar la libre competencia, de las grandes corporaciones, incluyendo las del sector salud, promueve un mayor desarrollo económico.
Falso.
Resulta evidente, la razón del colapso hospitalario visto en los medios occidentales no solo en Estados Unidos, sino también en Europa, cuyos países son gobernados conforme al modelo neoliberal. Panamá da la impresión de ser un aventajado alumno en asumir tales ideas, no solo en salud, en América Latina.
Hoy, la falta de previsión de los Estados, incluido el nuestro, deja ver las falencias más crudas del modelo curativo, por lo cual se obvia la participación de la sociedad civil (no los grupos de interés económico que abundan en Panamá).
El coronavirus ha desnudado no solo las dificultades directas, sino que también ha permitido ver la crudeza de la falta de atención preventiva.
Una buena proporción de fallecidos han sido personas con patologías crónicas asociadas, prevenibles de por sí: hipertensión, insuficiencia renal, diabetes, problemas respiratorios por consumo de tabaco, y otros problemas
La salud preventiva ayuda a lidiar con problemas como colapsos en el sector salud, pobre capacidad de cobertura, de calidad, a los pacientes afectados, falta de insumos y materiales, la nula organización comunitaria efectiva y eficaz.
Magíster. Psicólogo social.
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