Chola no quiso cholo
- Fernando Gómez Arbeláez
La generación de los abuelos disfrutó como ninguna otra de la música del siempre recordado compositor panameño Arturo "Chino" Hassán (1911-74). Autor de numerosos éxitos, el popularísimo "Chino" alegró a multitudes con sus gustados boleros y tamboreras, destacándose entre estas piezas típicas aquella en que repetidamente se canta: "Mi chola no quiere cholo, porque está civilizada. Ella dice que su amor es un gringo de la Zona". A través de las décadas, la contagiosa tamborera sobre una chola que por su desmedida ambición abandonó lo suyo para irse con un extraño se mantiene como verdadero clásico de la auténtica música panameña.
Y no es para menos. Aunque hace años desapareció la Zona del Canal junto a sus residentes, los llamados "gringos zonians", aún existe en Panamá quien se hace llamar "chola" -por más millonaria residente en la antigua Zona que sea- y sin el menor desparpajo decida juntarse con quien apenas unos días antes la insultaba y vilipendiaba públicamente.
La chola del "Chino" Hassán no tenía Internet, pero de haber leído las barbaridades que el "zonian" escribía de ella en sus mensajes al calor de la campaña anterior, de seguro habría regresado con el cholo encabangado mucho más pronto que ligero.
Pero no así la nueva chola. A ella no le importó que el nuevo "gringo" la calificara de mujer sin palabra, de amiga de gorilas dictadores y de traidora. No le importó que la amenazara, con ultimátum de plazo fatal incluido, advirtiéndole que únicamente él podía ser su "parejo" escogido y que de lo contrario ella, sus simpatizantes y pretendientes se atendrían a las "consecuencias".
Tampoco le importó que despotricara contra el líder partidario y antiguo jefe de la chola, del que ahora reniega e insiste no ser amigo. Menos que como a mal gobernante le achacara todos los males del país, en especial los escalofriantes índices de criminalidad en la creciente ola de inseguridad ciudadana.
Al primer indicio de la derrota, la nueva chola entró en pánico y cayó rendida ante los pies del nuevo gringo. Al infierno mandó su promesa de que jamás lo escogería para nada, mucho menos para compartir con él una simulada convivencia electoral sin ningún matrimonio a la vista.
La reacción del cholo no se ha hecho esperar en las encuestas. Con su intención de voto está dejando a la inusual pareja cada vez con menos posibilidades de futuro.
La chola del "Chino" Hassán estaba lejos de ser perfecta, pero era mujer de palabra y tenía dignidad. No se dejaba intimidar por presiones maquiavélicas ni electoreras. Tampoco era suicida, pues evitaba a "parejos" cuyo único fin era sacarla de la convivencia para quedarse solitos con el mandado. Todas estas cosas sí han cambiado muchísimo desde la generación de los abuelos.
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