Complemento
Publicado 2005/05/04 23:00:00
- Nathali Reyes
Como complemento a nuestra columna del jueves pasado, deseamos referirnos a los términos apóstrofe y apóstrofo.
Apóstrofe, conforme al diccionario de la Real Academia Española, significa dicterio, insulto. Podríamos considerarlo como increpación. Eso, exclusivamente eso es el apóstrofe. Nada tiene que ver con el signo ortográfico consistente en colocar una coma o una rayita vertical en algunas palabras o nombres, como por ejemplo, D´Annunzio. Esto es lo que mucha gente menciona como apóstrofe, erróneamente.
Por otra parte, notamos que personajes destacados de la vida pública, siguen usando la palabra empleomanía como plaza de trabajo. Se comete el error de decir de alguien que montará una fábrica, que estará creando empleomanía. Esta palabra lo que significa es la búsqueda de entrada a la burocracia.
Apena, pensarán algunos, que un abogado esté tratando temas tan triviales, pero es el caso que nuestro vulgo está tan confundido que no podemos sustraernos al impulso de corregir. Así sacamos a muchos de su error, pues "Nunca es tarde cuando la dicha llega", expresión que es la correcta y no la comúnmente usada de "cuando la dicha es buena", como si hubiera una dicha mala.
Hace una semana señalábamos que los enmascarados son los individuos más peligrosos de los que participan en marchas y acciones callejeras. Se cubren el rostro para no tener que huir ante el peligro de ser identificados, puesto que llevan el firme propósito de lograr sus cometidos criminales. Decíamos, y lo repetimos, que por lo peligrosos que son, hay que perseguirlos, prioritariamente, donde quiera que estén y donde quiera que se refugien al ser perseguidos. No obstante, ellos abundaron en la marcha del viernes 3, gracias a la inacción de nuestras autoridades.
Es una vergüenza que nuestra Constitución Nacional tenga establecido que las autoridades tienen el deber de proteger la vida, honra y bienes de los ciudadanos, y que ello sea letra muerta por la indolencia y pusilanimidad de aquellos a quienes corresponde actuar.
Sería oportuno que el señor Presidente de la República acuda y sacuda a algunos de sus colaboradores.
Hasta que estos pasos no se tomen decisivamente, la competitividad panameña no mejorará sus niveles, no importa qué reformas a nivel macroeconómico sean realizadas.
Apóstrofe, conforme al diccionario de la Real Academia Española, significa dicterio, insulto. Podríamos considerarlo como increpación. Eso, exclusivamente eso es el apóstrofe. Nada tiene que ver con el signo ortográfico consistente en colocar una coma o una rayita vertical en algunas palabras o nombres, como por ejemplo, D´Annunzio. Esto es lo que mucha gente menciona como apóstrofe, erróneamente.
Por otra parte, notamos que personajes destacados de la vida pública, siguen usando la palabra empleomanía como plaza de trabajo. Se comete el error de decir de alguien que montará una fábrica, que estará creando empleomanía. Esta palabra lo que significa es la búsqueda de entrada a la burocracia.
Apena, pensarán algunos, que un abogado esté tratando temas tan triviales, pero es el caso que nuestro vulgo está tan confundido que no podemos sustraernos al impulso de corregir. Así sacamos a muchos de su error, pues "Nunca es tarde cuando la dicha llega", expresión que es la correcta y no la comúnmente usada de "cuando la dicha es buena", como si hubiera una dicha mala.
Hace una semana señalábamos que los enmascarados son los individuos más peligrosos de los que participan en marchas y acciones callejeras. Se cubren el rostro para no tener que huir ante el peligro de ser identificados, puesto que llevan el firme propósito de lograr sus cometidos criminales. Decíamos, y lo repetimos, que por lo peligrosos que son, hay que perseguirlos, prioritariamente, donde quiera que estén y donde quiera que se refugien al ser perseguidos. No obstante, ellos abundaron en la marcha del viernes 3, gracias a la inacción de nuestras autoridades.
Es una vergüenza que nuestra Constitución Nacional tenga establecido que las autoridades tienen el deber de proteger la vida, honra y bienes de los ciudadanos, y que ello sea letra muerta por la indolencia y pusilanimidad de aquellos a quienes corresponde actuar.
Sería oportuno que el señor Presidente de la República acuda y sacuda a algunos de sus colaboradores.
Hasta que estos pasos no se tomen decisivamente, la competitividad panameña no mejorará sus niveles, no importa qué reformas a nivel macroeconómico sean realizadas.
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