Conozca usted cómo se relacionan la crisis del petróleo y el lenguaje
- Demetrio Fábrega
Sabido es que las actividades mentales más elevadas del ser humano, cuando se ha desarrollado bien y no llegó con ninguna tara al mundo, incluyen la imaginación, el análisis, el discernimiento y la capacidad de resolver problemas, lo último, por cierto, con una fórmula o un método o un procedimiento o un acto que no le han enseñado. Si el problema y la solución han sido aprendidos, su nivel no estará muy lejos de los orangutanes que distinguen colores, sonidos y situaciones en que un gesto o un movimiento deciden la recompensa.
Ahora bien, las facultades mencionadas al principio, están vinculadas íntimamente al desarrollo de la facultad del lenguaje. El desconocimiento de la palabra que designa un aspecto de una realidad impide conocer, identificar y hacer frente a ese aspecto de la realidad. Está demostrado científicamente que la realidad nos pertenece intelectualmente tan sólo en la medida en que podamos designarla con palabras.
Ver que, en el gobierno actual, los problemas ni se prevén ni se resuelven por completo me ha obligado a hacer este comentario, porque a mí también me afecta la amenaza de violencia que hoy día implica salir a la calle, y también, de un modo u otro, me afectan las huelgas y las manifestaciones de descontentos. Por eso escribo la siguiente advertencia con el compromiso de escribir enseguida sobre el transporte, la gasolina y el diésel, la criminalidad, la corrupción y la creciente irracionalización de nuestra sociedad.
El hombre capaz de hacer un análisis cartesiano de una realidad, y proyectar en un sentido u otro esa realidad para captar todas sus aristas y sus proyecciones posibles, no se basa en lecciones aprendidas en universidades ni en las revistas especializadas. La solución efectiva del problema surge del juego del análisis cartesiano, la iluminación de la imaginación y el juicio racional. Aquí conviene recordar que "el sentido común es el menos común de los sentidos".
Me pregunto entonces si la incapacidad de prever y resolver los problemas no se debe a una incapacidad absoluta para el análisis cartesiano y a una carencia total de la imaginación que incluso Sancho Panza, al frente del gobierno de su imaginaria ínsula, supo aplicar para resolver problemas y situaciones salomónicamente.
En mi próxima contribución, vea cómo habría reaccionado un Salomón o un Sancho, ahora y aquí.
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