De cholos, ricos y mojigatos
- Silvio Guerra Morales
No creo, justifico ni tutelo los ataques que se hagan a una persona de parte de otra instrumentando para ello la diatriba, la ofensa personal o la indisposición. Son impropios a la caballerosidad y elegancia en el trato humano. Es indigna toda ofensa al ser. Por ello, la Biblia y la retórica censuran el argumento ad hominen: ataque al sujeto.
Preambulares esas palabras para rechazar los ataques de Balbina hacia Martinelli y los de Martinelli a Balbina; o los que se dan entre Martinelli y Varela, y viceversa. En esto los panameños todavía tenemos que superar muchas mezquindades y alcanzar madurez.
Se ha pretendido atacar a Martinelli de loco, esquizofrénico, disparatado; a Balbina de izquierdista o comunista; a Varela de bisoño e inexperto, en fin. Estos son ataques ad hominem. Insisto: ataques a la persona. El argumento objetivo, de seguro, que brindaría mejores elementos para el debate político.
Veamos: Los que inicialmente enarbolaron el ataque de "Chola comunista" en contra de Balbina ya abandonaron el necio e inmaduro ataque, se dieron cuenta que por "ahí no iba la cosa". Ahora los ataques han pasado a otro nivel: asimilarla prácticamente a una incapaz. Contradice este ataque el hecho de contar en su extensa hoja de vida, como alta funcionaria del Estado -Ex Diputada, ex Ministra, etc.-, méritos de sobra que acreditan mucha competencia, mucho trabajo y siempre esmero a favor de los más necesitados del país.
El haber declarado 2.8 millones ante un notario y decir que se ha enriquecido como funcionaria, es un ataque injusto. Bien podríamos decir que a ello hay que anteponer consideraciones especiales al consagrado servicio a la Patria por casi una treintena de años. ¿O es que los ricos en este país tienen derecho a ser cada día más ricos y los pobres más pobres? ¿O es que una hija del pueblo o un cholo no pueden tener dineros ganados al fragor del trabajo, el esmerado ahorro, estudio y el sacrificio personal?
No quiero pensar que en esta país de Victoriano, de Justo Arosemena, Arnulfo Arias y de Torrijos, sólo por mencionar algunos personajes, pero también de los más humildes de la Patria, las ideas de progreso y de desarrollo sean sólo para los de ojitos verdes y de piel blanca. ¿O es que el pecado de Balbina es ser, lo que muchos, cientos de miles y de miles de panameños, somos en verdad: "!Cholos¡". Los cholos somos la mayoría de la Patria. Pues, aunque incomode, valga decirlo, los cholos somos los que, en la generalidad de los casos, hacemos Patria.
Un ataque objetivo, libre de la subjetividad: el proyecto Martinelli nada tiene de cholería. Es un proyecto que se incuba y fragua en el nido mismo de los tradicionales oligarcas que antes de 1969 tenían el país de la Patria Boba. Después de 1969 se resintieron con el ascenso de la cholería a los niveles del respeto, el desarrollo y en la igualdad de oportunidades. ¿A eso se refieren los defensores del proyecto Martinelli cuando dicen: 40 años de lo mismo?
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