Detener la estupidez
- Juan B. Gómez
En las últimas semanas, las autoridades del tranquilo pueblo de Boquete, quisieron reverdecer los laureles cuartelarios de la dictadura. Y, abusando de los derechos de la familia MacIntyer- Tedman, entraron a su finca, sin ningún documento legal que los autorizara a realizar trabajos tan brutales y descabellados, que cualquier persona sensata rechazaría. Y la salvaje agresión personal que hicieron a la joven señora Carmencita Tedman, que se oponía a la estúpida intervención contra su finca.
Hechos como esos desacreditan a las autoridades de ese tranquilo distrito, y al mismo gobierno del señor Martinelli, que hasta estos momentos no ha dicho nada para corregir los abusos municipales, que le dan a su gobierno un carácter dictatorial que en nada lo favorece.
Unas semanas antes de que se produjeran las inundaciones que hicieron trizas parte del muro de contención (más de 10 millones de dólares), pasaron por Boquete, Robert Vander Veert, doctor en Hidrología, y Jonathan Cohen, con 5 doctorados en Geología; y los dos coincidieron en que no debían canalizar la cuenca alta del río Caldera y sus afluentes; y advirtieron lo que ocurriría cuando vinieran las grandes corrientes y deslaves de esos ríos; que al contrario de lo que hicieron, debían haber protegido la cuenca alta del río Caldera y no permitir construcciones en las áreas aledañas a sus afluentes.
El Dr. Jonathan Cohen dijo: que le “asustaba la estupidez” que habían hecho en el río al canalizarlo y los trabajos del muro de contención. Que era “absurdo” pensar que ese muro iba a detener la fuerza natural de un río de montaña, y que, obviamente, esos trabajos habían sido realizados por “ingenieros sin competencia científica”..
En l970 publicó, el Dr. Laurence J. Peter y el escritor Raymond Hull, “El Principio de Peter”, que parecía una edición nueva y aumentada de “Historia de la estupidez humana”, publicada varias décadas antes por el escritor Paul Tabori.
En “El Principio”, los escritores afirman que, con raras excepciones, “los hombres manejan chapuceramente sus asuntos. Por todas partes veo incompetencia pujante, incompetencia triunfante”. “He visto un puente de dos mil metros de longitud desplomarse y caer al mar porque, pese a repetidas revisiones y verificaciones, alguien había frangollado (hecho de prisa y mal) el plano de un pilar sustentador”.
“He visto a urbanistas supervisar el desarrollo de una ciudad en la zona de crecidas de un gran río, donde es seguro que se verá sometida a inundaciones periódicas”.
Cuando leía estas últimas frases, me dio la impresión de que ellos estaban viendo lo que está ocurriendo en estos momentos en Boquete. ¿Cómo detener la estupidez?, vuelvo a preguntar.
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