El Canal es nuestro
Publicado 2000/04/13 23:00:00
El país más poderoso del mundo cumplió lo pactado. El medio día del 31 de diciembre de 1999, Panamá asume plena jurisdicción del Canal tal como fue estipulado en los Tratados Torrijos-Carter en 1977.
La construcción del Canal por Estados Unidos se llevó a efecto gracias a maniobras de tipo político y militar como lo fue la acción de ese país al colocar estratégicamente barcos de guerra frente a las costas de Colón en el lado Atlántico y cerca de la ciudad de Panamá en el lado Pacífico, lo cual efectivamente impidió la llegada de tropas colombianas que venían a sofocar el movimiento separatista del 3 de noviembre de 1903, que de no ser así, otra hubiera sido la historia. Este apoyo militar fue uno de los factores más importantes para lograr la separación de Panamá de Colombia ese año, lo que dejaría expedito el camino a los Estados Unidos para que pudiera terminar la construcción de la portentosa obra iniciada por los franceses y que desde un principio le sirvió al país norteño a sus intereses militares más que a los comerciales.
Ahora el Canal es nuestro. Panamá tiene bajo su control lo que ha venido a convertirse en uno de sus patrimonios inalienables más valiosos.
El Canal debe operar de manera segura, continua, eficiente y rentable. La palabra clave es Rentable; es decir que debe producir beneficios a su dueño que ahora es Panamá.
El desarrollo económico de nuestra nación está íntimamente ligado al Canal a su modernización y ampliación lo que manejado con gran creatividad conjuntamente con el sector marítimo, las áreas revertidas, el sector turismo y el fondo fiduciario, entre otros deben ser los motores que impulsan el desarrollo de nuestra República.
Es obvio que los peajes y actividades conexas en el canal siempre fueron manipuladas por los Estados Unidos con el ánimo de subvencionar a su marina mercante, que junto a Japón y China son los mayores usuarios de la vía. A los peajes del Canal raras veces se le hace aumento y por mucho tiempo se les mantiene intencionalmente bajos.
En la actualidad los peajes fluctúan entre B/.1.43 y B/.2.57 por tonelada dependiendo de que el barco sea de pasajeros, de carga o de guerra.
Se debate actualmente la elaboración de un Plan de Desarrollo, Social y Económico, en el cual por alguna razón no se menciona claramente que papel jugarían los recursos que genera el Canal y sus actividades conexas, a la economía del país dentro de esa estrategia que intenta impulsar el desarrollo.
Vemos impávidos cómo los países productores de petróleo manipulan y especulan con los precios de su recurso mineral en ciclos de pocos años.
Todavía no se han desarrollado plenamente fuentes alternas de energía que puedan competir en precio con el petróleo y sus derivados.
Afortunadamente los altos precios que se han dado últimamente no han afectado significativamente el tráfico por el canal. El hecho de que los países productores de petróleo en un año triplicaran el precio del barril de crudo de B/.12.00 a B/.36.00 son aprovechados por países como los Estados Unidos que en ese momento ponen a funcionar miles de pozos de petróleo que se encontraban inactivos debido a que los precios estaban relativamente bajos, lo que indica que ellos no pierden la oportunidad de beneficiarse en cualquier medida de lo que puedan sacar de sus recursos.
Pareciera que en Panamá es tabú el hablar de alza de precios de los peajes del canal por temor a que los dueños de las flotas mercantes se opongan a ello o que causen una sensible disminución de los cruces de barcos por el Canal. Hoy por hoy la opción que tendrían estos barcos, sería la de usar otras rutas y medios más costosos.
Otros países están luchando para competir en alguna forma con el Canal de Panamá; Nicaragua es un ejemplo, este país hasta ha obtenido apoyo de los Estados Unidos para llevar adelante estudios de factibilidad en este sentido. Tarde o temprano esta competencia se dará y el resultado por la presión sería la de peajes más bajos. Ahora es el momento para tomar decisiones en cuanto a beneficiarnos al máximo de este tremendo recurso, que no debe seguir beneficiando a las flotas mercantes de países industrializados.
La ampliación y modernización del Canal, además, del establecimiento de puertos multimodales cuestan miles de millones de balboas, hasta la fecha esos países no han mostrado mayor interés en invertir en ese tipo de obra lo que indica que Panamá debe resolver el problema a corto plazo.
El desarrollo de un país como Panamá con cerca de 2.8 millones de habitantes y donde según las estadísticas tenemos más de un millón de habitantes que se encuentran dentro de los niveles de pobreza, depende en gran medida de la inteligente elaboración de una estrategia para su desarrollo social y económico que sea coherente y consciente, que incluya lo que a ciencia cierta será el aporte de la vía acuática a la economía del país ahora que el Canal es nuestro.
La construcción del Canal por Estados Unidos se llevó a efecto gracias a maniobras de tipo político y militar como lo fue la acción de ese país al colocar estratégicamente barcos de guerra frente a las costas de Colón en el lado Atlántico y cerca de la ciudad de Panamá en el lado Pacífico, lo cual efectivamente impidió la llegada de tropas colombianas que venían a sofocar el movimiento separatista del 3 de noviembre de 1903, que de no ser así, otra hubiera sido la historia. Este apoyo militar fue uno de los factores más importantes para lograr la separación de Panamá de Colombia ese año, lo que dejaría expedito el camino a los Estados Unidos para que pudiera terminar la construcción de la portentosa obra iniciada por los franceses y que desde un principio le sirvió al país norteño a sus intereses militares más que a los comerciales.
Ahora el Canal es nuestro. Panamá tiene bajo su control lo que ha venido a convertirse en uno de sus patrimonios inalienables más valiosos.
El Canal debe operar de manera segura, continua, eficiente y rentable. La palabra clave es Rentable; es decir que debe producir beneficios a su dueño que ahora es Panamá.
El desarrollo económico de nuestra nación está íntimamente ligado al Canal a su modernización y ampliación lo que manejado con gran creatividad conjuntamente con el sector marítimo, las áreas revertidas, el sector turismo y el fondo fiduciario, entre otros deben ser los motores que impulsan el desarrollo de nuestra República.
Es obvio que los peajes y actividades conexas en el canal siempre fueron manipuladas por los Estados Unidos con el ánimo de subvencionar a su marina mercante, que junto a Japón y China son los mayores usuarios de la vía. A los peajes del Canal raras veces se le hace aumento y por mucho tiempo se les mantiene intencionalmente bajos.
En la actualidad los peajes fluctúan entre B/.1.43 y B/.2.57 por tonelada dependiendo de que el barco sea de pasajeros, de carga o de guerra.
Se debate actualmente la elaboración de un Plan de Desarrollo, Social y Económico, en el cual por alguna razón no se menciona claramente que papel jugarían los recursos que genera el Canal y sus actividades conexas, a la economía del país dentro de esa estrategia que intenta impulsar el desarrollo.
Vemos impávidos cómo los países productores de petróleo manipulan y especulan con los precios de su recurso mineral en ciclos de pocos años.
Todavía no se han desarrollado plenamente fuentes alternas de energía que puedan competir en precio con el petróleo y sus derivados.
Afortunadamente los altos precios que se han dado últimamente no han afectado significativamente el tráfico por el canal. El hecho de que los países productores de petróleo en un año triplicaran el precio del barril de crudo de B/.12.00 a B/.36.00 son aprovechados por países como los Estados Unidos que en ese momento ponen a funcionar miles de pozos de petróleo que se encontraban inactivos debido a que los precios estaban relativamente bajos, lo que indica que ellos no pierden la oportunidad de beneficiarse en cualquier medida de lo que puedan sacar de sus recursos.
Pareciera que en Panamá es tabú el hablar de alza de precios de los peajes del canal por temor a que los dueños de las flotas mercantes se opongan a ello o que causen una sensible disminución de los cruces de barcos por el Canal. Hoy por hoy la opción que tendrían estos barcos, sería la de usar otras rutas y medios más costosos.
Otros países están luchando para competir en alguna forma con el Canal de Panamá; Nicaragua es un ejemplo, este país hasta ha obtenido apoyo de los Estados Unidos para llevar adelante estudios de factibilidad en este sentido. Tarde o temprano esta competencia se dará y el resultado por la presión sería la de peajes más bajos. Ahora es el momento para tomar decisiones en cuanto a beneficiarnos al máximo de este tremendo recurso, que no debe seguir beneficiando a las flotas mercantes de países industrializados.
La ampliación y modernización del Canal, además, del establecimiento de puertos multimodales cuestan miles de millones de balboas, hasta la fecha esos países no han mostrado mayor interés en invertir en ese tipo de obra lo que indica que Panamá debe resolver el problema a corto plazo.
El desarrollo de un país como Panamá con cerca de 2.8 millones de habitantes y donde según las estadísticas tenemos más de un millón de habitantes que se encuentran dentro de los niveles de pobreza, depende en gran medida de la inteligente elaboración de una estrategia para su desarrollo social y económico que sea coherente y consciente, que incluya lo que a ciencia cierta será el aporte de la vía acuática a la economía del país ahora que el Canal es nuestro.
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