El Canal y el recurso hídrico
Publicado 2001/12/03 00:00:00
- Redaccion
La vista escénica de la apertura de las cuatro compuertas de la Represa de Gatún que el lunes pasado estuvieron derramando 50,000 pies cúbicos de agua por segundo sobre los cauces de los ríos tributarios de la Cuenca del Chagres, fue una medida de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) para mantener el lago Gatún a su nivel máximo de 87.5 pies. Esta es una operación que se repite todos los años a medida que nuestras lluvias tropicales elevan al máximo la masa de agua que está previsto que funcionalmente mantengan el Lago Gatún y el Lago Alajuela sobre el nivel del mar. Es un problema hídrico que está en la esencia misma del presente y del futuro de la vía interoceánica.
Los asuntos que tocan, de cerca o de lejos, al tema de la ampliación del Canal, se presentan a la consideración de la ciudadanía por diferentes vías y ninguna de ellas es hasta ahora "oficial". A través de informaciones o declaraciones que se divulgan por los medios de comunicación, vamos percibiendo que en el tema de la ampliación del Canal hay un hilo que, a través de un laberinto de confusiones y desorientación, nos conduce necesariamente al plano de la administración y el mejor aprovechamiento de nuestros recursos naturales.
El fenómeno hídrico lleva a los especialistas en la materia a hacer preguntas como éstas: ¿Tiene la cuenca existente del Canal que alimenta los Lagos Gatún y Alajuela, la capacidad para suplir toda el agua requerida para el presente juego de esclusas y aún para hacer viable un tercer juego de esclusas? ¿Es necesaria la creación de una nueva cuenca occidental con tres nuevos lagos: Indio, Caño Sucio y Coclé del Norte?
En mi intento por encontrar respuestas a las preguntas formuladas, hago pie en opiniones expresadas por personas cuyos conocimientos y experiencia les brinda una autoridad por encima de toda impugnación. Entre estas personas, destaco al licenciado Fernando Manfredo, ex sub-administrador y administrador del Canal de Panamá, quien a solicitud nuestra, explica pedagógicamente la posibilidad de hacerle frente a la escorrentía promedio anual de la cuenca existente que actualmente se pierde en el mar.
El texto de la exposición que me proporcionó Manfredo, y que deseo compartir con los lectores de esta página de "Opinión" es el siguiente:
-El Lago Gatún fue la solución que permitió la construcción exitosa del Canal. Brindó la oportunidad de que barcos navegaran a través del istmo con mucha menos excavación de lo que hubiese requerido un canal a nivel del mar.
-El nivel nominal del Lago Gatún es de 85 pies sobre el nivel medio del mar. Sin embargo, puede almacenar agua para esclusajes y para consumo municipal entre los niveles 81.50" y 87.50". El volumen de embalse entre estos dos niveles es de unos 27,000 millones de pies cúbicos (MPC). El nivel del lago no puede subir de 87.5" porque ocurrirían inundaciones en las esclusas y posiblemente algunas represas y otras instalaciones. Tampoco puede bajar de 81.5" sin reducir el calado para la navegación. El Canal fue diseñado para que los barcos navegasen a través de la reserva de agua útil para las operaciones. (El Lago Alajuela, construido en los años 1930-33 agregó unos 20,000 MPC adicionales de reserva).
-Los 87 años de historia del Canal, nos han mostrado que la escorrentía anual promedio es aproximadamente 170,000 MPC. Sin embargo, este valor ha variado entre 74,000 MPC en el año de mínima precipitación (1997) y 301,000 MPC en el año de máxima precipitación (1935). Como resultado de esta gran variabilidad en el régimen de lluvia, en promedio se pierde 41% del agua disponible para el Canal, por falta de embalses para almacenarla.
-Desde la década de 1940 se ha contemplado la construcción de una represa para aislar el brazo Trinidad del Lago Gatún, del resto del Lago Gatún. Esta medida permitiría una mejor regulación del agua que se usa para la operación del Canal. En 1960-63 se realizaron estudios geológicos del área y se realizó un diseño preliminar de la propuesta Represa Trinidad y el resultante Lago Trinidad.
-La Represa Trinidad ofrece una importante ventaja para la operación del Canal: permite aumentar sustancialmente la reserva de agua dentro de la misma cuenca, al separar una parte importante del reservorio del cauce de navegación. Recientemente, se ha sugerido la incorporación de una estación de bombeo en la Represa Trinidad, convirtiéndose el proyecto en el llamado "Embalse Bombeado de Trinidad (EBT)". Esta modificación aumentaría la versatilidad del proyecto en gran medida. El nivel en el Embalse Trinidad pudiese fluctuar entre una elevación mínima de 75" y máxima de 110", ya que no se afectarían los niveles de cauce de navegación. Esto permitiría guardar un volumen de agua de casi 60,000 MPC. Por supuesto habría que utilizar el sistema de bombas para elevar el agua del Lago Gatún a los niveles superiores en el embalse Trinidad (de 87"5 a 110"). Similarmente, también habría que bombear para elevar agua de los niveles bajos del reservorio Trinidad (75" a 81.5") hacia el Lago Gatún. La primera condición sería típica al final de la época lluviosa; la segunda, al final de la época seca. Bajo este concepto, el EBT funcionaría como una especie de batería. Los excedentes de agua de un año húmedo, que físicamente no caben en el embalse del Lago Gatún, se almacenarían a mayor elevación en el Lago Trinidad, donde hay menos restricciones. No tiene que usarse para navegación, así que el nivel puede bajar de 81.5" y hasta los niveles descritos, no ocasiona problemas de inundación.
-Con el esquema descrito, se podría regular ese 41% de la escorrentía promedio anual de la cuenca existente que actualmente perdemos. Estaríamos entonces aprovechando por primera vez, todo el recurso hídrico que ofrece nuestra cuenca hidrográfica. Hasta aquí lo expuesto por Manfredo.
También un número plural de ingenieros de indiscutible idoneidad se han pronunciado sobre el tema de la creación de una nueva cuenca occidental. En opinión del ingeniero Tomás Drohan Ruíz, ex ingeniero jefe del Canal "puede conseguirse toda el agua que se necesita para un tercer juego de esclusas en la cuenca existente". Drohan alude a los informes del "Interoceanic Canal Studies" de 1970, que reconocen el potencial de las presas de Trinidad y de Alto Chagres (ambas dentro de la cuenca existente), como las opciones más viables para incrementar las reservas de agua para el canal. No hay -dice Drohan- necesidad de desplazar a humildes panameños a un alto costo humano, social, económico y ecológico." El juicio técnico del ingeniero Drohan contiene las afirmaciones que me permito enunciar:
-El problema no es falta de agua, es falta de capacidad para almacenarla. Con un metro de profundización del cauce de navegación y un embalse nuevo en la cuenca existente, se logra regular (almacenar) esta enorme cantidad de agua que actualmente se esta perdiendo. Si además se construyen las esclusas nuevas con opciones de almacenaje y reciclaje de agua dulce, se logra acomodar prácticamente cualquier demanda de agua previsible.
-La nueva cuenca occidental no es ahora, ni será en el futuro necesaria para la operación del Canal actual o un Canal expandido en el futuro. En conclusión Drohan sostiene que: "Almacenar el agua perdida en la cuenca existente brinda la misma cantidad que puede proveer la nueva cuenca occidental y esto se puede lograr con un ahorro de 800 millones de dólares en la eventual inversión. (Una inversión para optimizar los medios de almacenamiento del agua costaría 400 millones y el ordenamiento de la cuenca occidental requiere inversiones de 1200 millones.)"
En los conceptos de Fernando Manfredo y Tomás Drohan Ruíz hay suficiente claridad, suficientes luces para intentar responder sobre la necesidad de más agua para el funcionamiento del Canal. Tarde o temprano los panameños/as nos encontraremos frente a una consulta sobre estas cuestiones y no debemos hacerlo a ciegas.
En una crónica anterior, le dediqué a este problema algunos comentarios centrados en la exigencia constitucional que haría ineludible organizar un referéndum para que el pueblo panameño decida sobre las cuestiones de la ampliación del Canal. Percibo que hasta ahora no resulta fácil, para el ciudadano común, entender por qué las autoridades del canal no han empezado aún a hablar claramente.
Los asuntos que tocan, de cerca o de lejos, al tema de la ampliación del Canal, se presentan a la consideración de la ciudadanía por diferentes vías y ninguna de ellas es hasta ahora "oficial". A través de informaciones o declaraciones que se divulgan por los medios de comunicación, vamos percibiendo que en el tema de la ampliación del Canal hay un hilo que, a través de un laberinto de confusiones y desorientación, nos conduce necesariamente al plano de la administración y el mejor aprovechamiento de nuestros recursos naturales.
El fenómeno hídrico lleva a los especialistas en la materia a hacer preguntas como éstas: ¿Tiene la cuenca existente del Canal que alimenta los Lagos Gatún y Alajuela, la capacidad para suplir toda el agua requerida para el presente juego de esclusas y aún para hacer viable un tercer juego de esclusas? ¿Es necesaria la creación de una nueva cuenca occidental con tres nuevos lagos: Indio, Caño Sucio y Coclé del Norte?
En mi intento por encontrar respuestas a las preguntas formuladas, hago pie en opiniones expresadas por personas cuyos conocimientos y experiencia les brinda una autoridad por encima de toda impugnación. Entre estas personas, destaco al licenciado Fernando Manfredo, ex sub-administrador y administrador del Canal de Panamá, quien a solicitud nuestra, explica pedagógicamente la posibilidad de hacerle frente a la escorrentía promedio anual de la cuenca existente que actualmente se pierde en el mar.
El texto de la exposición que me proporcionó Manfredo, y que deseo compartir con los lectores de esta página de "Opinión" es el siguiente:
-El Lago Gatún fue la solución que permitió la construcción exitosa del Canal. Brindó la oportunidad de que barcos navegaran a través del istmo con mucha menos excavación de lo que hubiese requerido un canal a nivel del mar.
-El nivel nominal del Lago Gatún es de 85 pies sobre el nivel medio del mar. Sin embargo, puede almacenar agua para esclusajes y para consumo municipal entre los niveles 81.50" y 87.50". El volumen de embalse entre estos dos niveles es de unos 27,000 millones de pies cúbicos (MPC). El nivel del lago no puede subir de 87.5" porque ocurrirían inundaciones en las esclusas y posiblemente algunas represas y otras instalaciones. Tampoco puede bajar de 81.5" sin reducir el calado para la navegación. El Canal fue diseñado para que los barcos navegasen a través de la reserva de agua útil para las operaciones. (El Lago Alajuela, construido en los años 1930-33 agregó unos 20,000 MPC adicionales de reserva).
-Los 87 años de historia del Canal, nos han mostrado que la escorrentía anual promedio es aproximadamente 170,000 MPC. Sin embargo, este valor ha variado entre 74,000 MPC en el año de mínima precipitación (1997) y 301,000 MPC en el año de máxima precipitación (1935). Como resultado de esta gran variabilidad en el régimen de lluvia, en promedio se pierde 41% del agua disponible para el Canal, por falta de embalses para almacenarla.
-Desde la década de 1940 se ha contemplado la construcción de una represa para aislar el brazo Trinidad del Lago Gatún, del resto del Lago Gatún. Esta medida permitiría una mejor regulación del agua que se usa para la operación del Canal. En 1960-63 se realizaron estudios geológicos del área y se realizó un diseño preliminar de la propuesta Represa Trinidad y el resultante Lago Trinidad.
-La Represa Trinidad ofrece una importante ventaja para la operación del Canal: permite aumentar sustancialmente la reserva de agua dentro de la misma cuenca, al separar una parte importante del reservorio del cauce de navegación. Recientemente, se ha sugerido la incorporación de una estación de bombeo en la Represa Trinidad, convirtiéndose el proyecto en el llamado "Embalse Bombeado de Trinidad (EBT)". Esta modificación aumentaría la versatilidad del proyecto en gran medida. El nivel en el Embalse Trinidad pudiese fluctuar entre una elevación mínima de 75" y máxima de 110", ya que no se afectarían los niveles de cauce de navegación. Esto permitiría guardar un volumen de agua de casi 60,000 MPC. Por supuesto habría que utilizar el sistema de bombas para elevar el agua del Lago Gatún a los niveles superiores en el embalse Trinidad (de 87"5 a 110"). Similarmente, también habría que bombear para elevar agua de los niveles bajos del reservorio Trinidad (75" a 81.5") hacia el Lago Gatún. La primera condición sería típica al final de la época lluviosa; la segunda, al final de la época seca. Bajo este concepto, el EBT funcionaría como una especie de batería. Los excedentes de agua de un año húmedo, que físicamente no caben en el embalse del Lago Gatún, se almacenarían a mayor elevación en el Lago Trinidad, donde hay menos restricciones. No tiene que usarse para navegación, así que el nivel puede bajar de 81.5" y hasta los niveles descritos, no ocasiona problemas de inundación.
-Con el esquema descrito, se podría regular ese 41% de la escorrentía promedio anual de la cuenca existente que actualmente perdemos. Estaríamos entonces aprovechando por primera vez, todo el recurso hídrico que ofrece nuestra cuenca hidrográfica. Hasta aquí lo expuesto por Manfredo.
También un número plural de ingenieros de indiscutible idoneidad se han pronunciado sobre el tema de la creación de una nueva cuenca occidental. En opinión del ingeniero Tomás Drohan Ruíz, ex ingeniero jefe del Canal "puede conseguirse toda el agua que se necesita para un tercer juego de esclusas en la cuenca existente". Drohan alude a los informes del "Interoceanic Canal Studies" de 1970, que reconocen el potencial de las presas de Trinidad y de Alto Chagres (ambas dentro de la cuenca existente), como las opciones más viables para incrementar las reservas de agua para el canal. No hay -dice Drohan- necesidad de desplazar a humildes panameños a un alto costo humano, social, económico y ecológico." El juicio técnico del ingeniero Drohan contiene las afirmaciones que me permito enunciar:
-El problema no es falta de agua, es falta de capacidad para almacenarla. Con un metro de profundización del cauce de navegación y un embalse nuevo en la cuenca existente, se logra regular (almacenar) esta enorme cantidad de agua que actualmente se esta perdiendo. Si además se construyen las esclusas nuevas con opciones de almacenaje y reciclaje de agua dulce, se logra acomodar prácticamente cualquier demanda de agua previsible.
-La nueva cuenca occidental no es ahora, ni será en el futuro necesaria para la operación del Canal actual o un Canal expandido en el futuro. En conclusión Drohan sostiene que: "Almacenar el agua perdida en la cuenca existente brinda la misma cantidad que puede proveer la nueva cuenca occidental y esto se puede lograr con un ahorro de 800 millones de dólares en la eventual inversión. (Una inversión para optimizar los medios de almacenamiento del agua costaría 400 millones y el ordenamiento de la cuenca occidental requiere inversiones de 1200 millones.)"
En los conceptos de Fernando Manfredo y Tomás Drohan Ruíz hay suficiente claridad, suficientes luces para intentar responder sobre la necesidad de más agua para el funcionamiento del Canal. Tarde o temprano los panameños/as nos encontraremos frente a una consulta sobre estas cuestiones y no debemos hacerlo a ciegas.
En una crónica anterior, le dediqué a este problema algunos comentarios centrados en la exigencia constitucional que haría ineludible organizar un referéndum para que el pueblo panameño decida sobre las cuestiones de la ampliación del Canal. Percibo que hasta ahora no resulta fácil, para el ciudadano común, entender por qué las autoridades del canal no han empezado aún a hablar claramente.
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