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El desarrollo moral
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Lawrence Kohlberg, profesor de Harvard, continuó las ideas de Piaget y dedicó su vida al estudio del desarrollo moral desde la infancia hasta la edad adulta.Kohlberg identificó tres niveles sucesivos.En un primer nivel, el valor moral reside en eventos externos más que en personas y normas.Aquí la orientación moral es regida por la obediencia y el castigo, y el respeto al prójimo se basa en el poder o en el prestigio.En el segundo nivel se acata el orden existente buscando responder a las expectativas de los demás.Es aquí donde se refuerza la orientación moral a cumplir con el deber y mantener el orden social, de conformidad a estereotipos impuestos por la mayoría.Y en el último nivel el valor moral reside en compartir normas, derechos y obligaciones.Aquí comienza también a expresarse una orientación legal, se respetan las leyes y el deber se basa en el respeto de lo ajeno.Bajo este esquema de niveles para ayudar el entendimiento del razonamiento del ser humano en torno a la moralidad, el número de investigaciones en el campo de la psicología moral ha crecido enormemente en los últimos años.Entre los temas que más se han estudiado y más preocupan se encuentran aquellos relacionados con la violencia, que, en parte, se podría entender como una desviación del desarrollo moral o una detención en los primeros niveles.En realidad, el tema de la justicia no se puede separar del tema de la paz; la violencia no sólo es injusta, sino que hace peligrar la concordia debida entre las personas y los pueblos.Algunos piensan que al desarrollo moral, el de las reglas y deberes, es preciso sumar el desarrollo de las acciones pacíficas, el de la armonía y amistad.Una educación para la paz debería convertirse en temas prioritarios, no sólo en las urbes convulsionadas por la violencia y la anarquía, sino en todos los rincones del país.Felizmente, muchas escuelas y colegios promueven una educación solidaria donde la justicia y la paz se dan la mano en la formación de la personalidad.No obstante, en nuestra casa máxima de estudios, la renombrada Universidad de Panamá, que se ha caracterizado en los últimos años más por los tranques y las manifestaciones de violencia que por el número y calidad de graduados que incursionan en la fuerza laboral, debería dictar un curso de moralidad para que se matriculen desde el rector hasta los representantes de los más minúsculos grupos estudiantiles, porque todo indica por sus actos que ni siquiera han llegado al primer nivel del desarrollo moral.La Universidad de Panamá debe ofrecer a las nuevas generaciones nuevos caminos de esperanza.La educación para la paz es uno de ellos.