"El extraño exilio de Rómulo Emiliani"
Publicado 2001/07/18 23:00:00
- Delfia Cortéz
El prestigioso y notable sacerdote panameño Monseñor Rómulo Emiliani, gestor e impulsor de los novedosos programas contra la marginalidad social, hambre y pobreza extrema, a través de los cuales ha podido rescatar de los páramos de la miseria a casi 15 mil niños darienitas de ambos sexos, o sea el 37 % de la población total provincial que alcanza 40 mil habitantes; infantes salidos todos de miles de hogares humildes y paupérrimos, se ha visto obligado de repente a refugiarse en un desacostumbrado y extraño exilio, lo que me lleva hasta aseverar, que el padre Emiliani, a quien sólo conozco por la proyección de sus caritativas cruzadas, pues no le conozco personalmente, vive, gestiona, escribe y hasta brinda entrevistas, desde un inmerecido clandestinaje.
En reciente entrevista desde un país desconocido, vía telefónica con el comunicador social de TV4, Lic. Alvaro Alvarado, el Monseñor expresó, no con su acostumbrada serenidad, "Por órdenes de Roma -entendimos el Vaticano- me encuentro en la situación actual, nuestros gobernantes se oponen a organizar una fuerza pública que sea capaz de hacer respetar nuestra integridad territorial y soberanía,... el gobierno no actúa por el temor de que le señalen por un aparente retorno del militarismo,... Un país soberano es aquél capaz de autodefenderse; si no podemos hacerlo, entonces no somos un verdadero país... Es cierto que he recibido algunas amenazas, sin embargo ¡nada ha ocurrido!..."
En la meditación obligada, como natural saldo de la entrevista, la que aunque breve fue difundida en dos ediciones de dicho noticiero, la cual este canal de televisión ha rehusado repetir, he arribado a las siguientes conclusiones: Existen dos tesis sobre las posible causas que provocaron este sorprendente destierro del prestigioso sacerdote, las cuales están fijas en la mayoría de las mentes de la ciudadanía, principalmente entre los 40 mil darienitas y los miles de contribuyentes de fondos y bienes, los que subsidian sus programas de auxilio social hacia la niñez de aquélla región. La primera, para garantizar su seguridad física y además precaución, ante las amenazas y posibles represalias de guerrilleros colombianos. Y la segunda causa, consiste en la "irritabilidad" y enojo de nuestros gobernantes, a consecuencias de las frecuentes clarinadas de alarma lanzadas con mucho coraje por el Monseñor, las que denunciaban la presencia de subversivos extranjeros en zafarrancho de combate, violentando flagrantemente nuestro orgullo soberano, recurriendo nuestro gobierno a la medida extrema de solicitar a "Roma", ¡la conveniencia de alejar de Panamá, a nuestro paisano Rómulo Emiliani!
En el marco del trance planteado donde se encuentra inmerso este religioso, debo expresar de manera objetiva y respetuosa, que los derechos humanos del padre Emiliani, ¡se están violando! ante la actitud indiferente e impasible de muchos funcionarios que, entre ellos, de algunos causa muchísima extrañeza. Como además, sea cualquier de las dos causas que haya forzado a su obligado exilio, el Gobierno Nacional con su actitud clásica del "avestruz", está aceptando que es impotente e incapaz de garantizar la seguridad física de todos los darienitas, incluyendo al padre Emiliani, como lo indica el artículo 17 de nuestra Carta Magna, que entre sus líneas expresa diáfanamente... "Las autoridades de la República están instituidas para proteger en su vida, honra y bienes a los nacionales donde quiera que se encuentren y a los extranjeros que estén bajo su jurisdicción..."
Por consiguiente, podríamos concluir denunciando que resulta paradójico e irónico, que por la incapacidad del Estado en defender a sus gobernados, se solucione con este absurdo destierro. En la otra vertiente de esta insólita situación de negligencia administrativa e incumplimiento constitucional, agreguemos el perjuicio causado a 15 mil niños darienitas, los que de súbito han perdido el contacto físico y espiritual con su conductor y tutor. Finalmente vale preguntarle a la conciencia de los amables lectores,... ¿merece o no un promotor social religioso de semejante jerarquía humanitaria, el que alberga, alimenta, brinda salud y educación al 37 % de la población olvidada darienita, una protección especial para su vida y desplazamientos misioneros?
En reciente entrevista desde un país desconocido, vía telefónica con el comunicador social de TV4, Lic. Alvaro Alvarado, el Monseñor expresó, no con su acostumbrada serenidad, "Por órdenes de Roma -entendimos el Vaticano- me encuentro en la situación actual, nuestros gobernantes se oponen a organizar una fuerza pública que sea capaz de hacer respetar nuestra integridad territorial y soberanía,... el gobierno no actúa por el temor de que le señalen por un aparente retorno del militarismo,... Un país soberano es aquél capaz de autodefenderse; si no podemos hacerlo, entonces no somos un verdadero país... Es cierto que he recibido algunas amenazas, sin embargo ¡nada ha ocurrido!..."
En la meditación obligada, como natural saldo de la entrevista, la que aunque breve fue difundida en dos ediciones de dicho noticiero, la cual este canal de televisión ha rehusado repetir, he arribado a las siguientes conclusiones: Existen dos tesis sobre las posible causas que provocaron este sorprendente destierro del prestigioso sacerdote, las cuales están fijas en la mayoría de las mentes de la ciudadanía, principalmente entre los 40 mil darienitas y los miles de contribuyentes de fondos y bienes, los que subsidian sus programas de auxilio social hacia la niñez de aquélla región. La primera, para garantizar su seguridad física y además precaución, ante las amenazas y posibles represalias de guerrilleros colombianos. Y la segunda causa, consiste en la "irritabilidad" y enojo de nuestros gobernantes, a consecuencias de las frecuentes clarinadas de alarma lanzadas con mucho coraje por el Monseñor, las que denunciaban la presencia de subversivos extranjeros en zafarrancho de combate, violentando flagrantemente nuestro orgullo soberano, recurriendo nuestro gobierno a la medida extrema de solicitar a "Roma", ¡la conveniencia de alejar de Panamá, a nuestro paisano Rómulo Emiliani!
En el marco del trance planteado donde se encuentra inmerso este religioso, debo expresar de manera objetiva y respetuosa, que los derechos humanos del padre Emiliani, ¡se están violando! ante la actitud indiferente e impasible de muchos funcionarios que, entre ellos, de algunos causa muchísima extrañeza. Como además, sea cualquier de las dos causas que haya forzado a su obligado exilio, el Gobierno Nacional con su actitud clásica del "avestruz", está aceptando que es impotente e incapaz de garantizar la seguridad física de todos los darienitas, incluyendo al padre Emiliani, como lo indica el artículo 17 de nuestra Carta Magna, que entre sus líneas expresa diáfanamente... "Las autoridades de la República están instituidas para proteger en su vida, honra y bienes a los nacionales donde quiera que se encuentren y a los extranjeros que estén bajo su jurisdicción..."
Por consiguiente, podríamos concluir denunciando que resulta paradójico e irónico, que por la incapacidad del Estado en defender a sus gobernados, se solucione con este absurdo destierro. En la otra vertiente de esta insólita situación de negligencia administrativa e incumplimiento constitucional, agreguemos el perjuicio causado a 15 mil niños darienitas, los que de súbito han perdido el contacto físico y espiritual con su conductor y tutor. Finalmente vale preguntarle a la conciencia de los amables lectores,... ¿merece o no un promotor social religioso de semejante jerarquía humanitaria, el que alberga, alimenta, brinda salud y educación al 37 % de la población olvidada darienita, una protección especial para su vida y desplazamientos misioneros?

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