El Humor de Borges

Hace poco regresé de Buenos Aires; y le traje al amigo Guillermo Sánchez Borbón un libro sobre Jorge Luis Borges, porque sé que es uno de sus autores predilectos. "El Humor de Borges", se titula; y su autor: Roberto Alifano.
Yo he leído algo sobre el genial escritor argentino, pero creo que este biógrafo es el que más se acerca al Borges íntimo, que todavía está por descubrir. Aquí habla Borges como nunca lo había oído hablar. Imaginé al biógrafo, Roberto Alifano, como al fanático de Goethe, Aeckerman, que se fue a vivir a Weimar, los últimos siete años antes de morir Goethe, para recoger en vivo las conversaciones que el genio mantuvo con todos sus interlocutores. O tal vez recordé a Platón, siguiéndole los pasos a Sócrates por todas partes en la vieja Atenas.
En esta obra conmueve la sinceridad de Borges. Alifano asegura que él jamás se tomó en serio, "para él la vida era un juego", que inclusive manejó lo dramático de su existencia (era ciego) con un escepticismo que se le hacía menos dolorosa. "Nunca intentó ser gracioso pero los diálogos con él eran por lo común una fiesta llena de ocurrencias". Ante la insistencia de alguien que le pedía un curriculum, se lo dio de la manera más escueta: "Jorge Luis Borges, nacido en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899. Ex profesor de la Universidad de Austin. Autor de algunos libros de poesía, cuentos y ensayos". ¡Esto fue todo lo que dijo de sí mismo el más grande de los escritores argentinos!
Al parecer, Borges no perdonaba a nadie. Un día le contó a Alifano que él conoció al poeta Pedro Miguel Obligado; y que "era un hombre raro, poco tratable". Lo recordó con una anécdota un tanto escatológica. Decía Borges, que Obligado llegaba todos los días a una conocida librería de Buenos Aires, a las cinco de la tarde, y se encerraba en el baño con un voluminoso libro de arte; allí pasaba mucho tiempo; y cuando otra persona quería entrar al baño, lo encontraba ocupado, y si golpeaba la puerta se oía desde adentro: "Un momento, tenga paciencia, soy Pedro Miguel Obligado". Borges comentaba: "¿No le parece raro eso a usted?".
Aparentemente entre Borges y Ernesto Sábato (autor de El Túnel y Sobre Héroes y Tumbas) hubo siempre una relación cordial, no obstante, cuenta Alifano, que un día llegó a casa de Borges, y éste le dijo: "Pero, Alifano, que pena que usted llega tarde; recién acaba de marcharse un periodista norteamericano que vino a hacerme una entrevista. Me dijo: "Usted es el segundo escritor que voy a entrevistar; ayer estuve con el primer escritor argentino: Ernesto Sótano. Supongo que lo conoce, ¿verdad?"
"Yo me di cuenta de quién se trataba y le respondí: "Pero, claro, por supuesto, señor. Es un autor que escribe sobre túneles, tumbas y cosas así. ¡ Cómo no voy a conocer a Ernesto Sótano!
De la famosa novela Madame Bovary, de Gustavo Flaubert, dijo: "Me parece una novela insoportable".
Pero no demoremos más lo que dijo de Perón y de Evita: "Yo sigo creyendo que Perón estaba loco, completamente loco; él y su mujer también...(Evita) fue peor, quizá que su marido. Hablaba de los descamisados, de sus pobrecitos trabajadores y se compraba tapados de piel que costaban una fortuna. Fue una mujer que saqueó el Tesoro Nacional; bueno, ella y su marido. Y además era una persona intolerante; estar en desacuerdo con ella era un delito y se estaba expuesto a la tortura. A mi me dijeron que hizo torturar a gente inocente. Mi madre, mi hermana, Victoria Ocampo y otras damas fueron puestas presas por oponerse a Perón; cantaron el Himno Nacional en la calle Florida y las metieron en la cárcel".
Alifano le pregunta por sus comidas preferidas, si le gusta el asado, y sobre éste le dice: "La parrillada me parece una inmundicia. Una inmundicia y una falta de decoro; mira que comer tripa gorda, chinchulines, riñones, testículos, entrañas... Una vez le conté a mi madre que había estado en un asado y había achuras, y ella me dijo: "No se te habrá ocurrido probar esa porquería que comían los esclavos, ¿no?". Al parecer, en el campo, cuando se carneaba una vaca, las achuras se les daba a los peones..."
Del poema Martín Fierro, que el poeta Leopoldo Lugones convirtió en un modelo, dijo que "es un desertor, un forajido, una especie de malevo sentimental, que ya configura y se adelanta al peor sentimentalismo argentino, a la peor blandura. Y yo creo que es muy triste que nuestro héroe sea un personaje así. Yo creo que es un libro que ha ejercido una mala influencia sobre este país; sobre todo si se le considera un libro ejemplar... A mí me parece que es muy triste que sea tomado como modelo".
Pero, terminemos viendo lo que opinaba Borges de la política y de los políticos. Alifano le pregunta por quién va a votar en las próximas elecciones; y Borges le responde: "Mas bien yo diría contra quién voy a votar. Votaré contra los militares, contra los peronistas, pero no sé por quién... sinceramente no sé por quién voy a votar. Si pudiera votaría en contra de todos los políticos... (los políticos) no son hombres éticos; son hombres que han contraído el hábito de mentir, el hábito de sobornar, el hábito de sonreír todo el tiempo, el hábito de quedar bien con todo el mundo..." "La política no me importa. De joven yo fui, como todo el mundo, socialista; fui también nacionalista. Al peronismo lo detesté... Yo me considero un anarquista individualista, un discípulo inofensivo de Herbert Spencer, un anciano melancólico y resignado".
Y una última palabra, otra vez para Guillermo Sánchez: Espero que esta obra sobre el humor de Borges, te guste y te haga reír bastante.