Análisis
El nuevo premio Nobel de economía: luces y sombras
Estamos frente a un enfoque de la economía que supera a la visión neoclásica –neoliberal tradicional, dándole más realidad al análisis económico-. Este es su aporte al conocimiento. Sin embargo, también tiene, a nuestro juicio, una importante debilidad, al no profundizar en cómo la naturaleza de las relaciones sociales de producción y las instituciones tienen un papel central en el comportamiento económico...
- Juan Jované
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- - Publicado: 18/10/2017 - 12:00 am
El más reciente Premio Nobel en Ciencia Económica ha sido adjudicado a Richard H. Thaler, profesor de la Universidad de Chicago, por lo que el Comité encargado de seleccionarlo considera su "papel crucial en el desarrollo de la economía del comportamiento durante las últimas cuatro décadas". Esto lo convierte, junto a Daniel Kaheman, George Akerloff y Robert Shiller, en un nuevo galardonado, gracias a la práctica de esta visión de la economía, en la que la integración entre la economía y la sicología juegan un papel central.
El enfoque de la economía del comportamiento se distingue claramente del tradicional enfoque neoclásico de la economía, el cual utiliza en sus análisis la idea de que los seres humanos constituyen agentes superracionales, todas cuyas acciones están guiadas exclusivamente a maximizar el bienestar individual. Para esto, además de considerar a los seres humanos como estrictamente egoístas, se introduce una serie de supuestos sumamente restrictivos que postulan la existencia de agentes con las siguientes características: insaciables (siempre consideran que más es mejor que menos); dotados de preferencias exógenas que no deben ser explicadas; conocedores de toda la información referentes a los bienes y servicios, así como de las restricciones que enfrentan; con la capacidad de ordenar claramente y consistentemente sus preferencias y de realizar los complicados procesos cognitivos necesarios para maximizar su propio bienestar.
La economía de comportamiento, buscando un enfoque más realista sobre los seres humanos, no solo acepta la presencia de la llamada "racionalidad acotada" propuesta por Herbert Simon (premio Nobel de economía en 1978), sino que trata de mostrar, usando métodos experimentales, la presencia de comportamientos en el plano de la economía que se alejan del canon de la racionalidad perfecta. Este es, entre otros, el caso de la teoría de Thaler, conocida como la "contabilidad mental", la que postula que los individuos toman decisiones basados en cuentas separadas que existen en sus mentes. Esto significa, por ejemplo, que las personas no utilicen sus ahorros personales a largo plazo para comprar bienes o servicios, pese a que por esto tengan que utilizar préstamos con intereses muy superiores a los que genera dicho ahorro.
A lo anterior se debe añadir que, bajo ciertos parámetros, el enfoque de la economía del comportamiento acepta que en las decisiones y acciones de los agentes económicos algunos factores sociales tienen un peso significativo. Este es el caso del sentido de equidad ("fairness"), el cual juega un papel en la resistencia de los trabajadores a recibir un salario inferior a cierto nivel sin que esto signifique una baja en la productividad.
Estamos frente a un enfoque de la economía que supera a la visión neoclásica –neoliberal tradicional, dándole más realidad al análisis económico-. Este es su aporte al conocimiento. Sin embargo, también tiene, a nuestro juicio, una importante debilidad, al no profundizar en cómo la naturaleza de las relaciones sociales de producción y las instituciones tienen un papel central en el comportamiento económico, incluyendo el que tiene que ver con la idea de la equidad, la que resulta ser distinta para diversos sectores de la sociedad.
Economista
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