El Plan Puebla-Panamá
Publicado 2004/09/15 23:00:00
- Web
El sueño en este proyecto del Plan Puebla-Panamá (PPP) es inmenso, sin embargo falta aterrizarlo.
Analizando un poco de la política exterior panameña, en especial, con la intención del país en buscar acercamiento con otras naciones en materia de libre comercio y negociaciones comerciales, nos encontramos con el tema del Plan Puebla-Panamá.
En Panamá es muy escasa la opinión de algunos sectores respecto a este proyecto que impulsa prácticamente el gobierno mexicano, a fin de buscar un acercamiento con las naciones de Centroamérica, y que es asunto de discusión y grandes críticas en nuestros hermanos países del istmo, específicamente para el grupo de los campesinos, aunque es conocido el sentimiento comunal por la unión centroamericana. Ejemplo de ello, es el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), aunque dicha unión en la práctica parece todavía difícil, pese a que ya mantenemos un tratado de libre comercio con El Salvador.
Sin embargo, consideramos que el principal obstáculo se encuentra en ese mismo sentimiento fraterno, en cuanto a que tiene una base de total igualdad que impide que cualquiera de nuestras naciones aparezca ante las otras con autoridad o prestigio de centro y capital.
Falta al sentimiento unionista, un centro de atracción, un eminente núcleo capital que organice con visible posición dirigente el movimiento informe de nuestra constelación.
Y eso pasa porque una larga tradición de emulaciones y recelos ha venido nivelando en igualdad a nuestras cinco naciones y pueblos, y porque, sobre ese sentimiento se ha impuesto otro, tan antiguo como nuestras nacionalidades, que es el de tener a Panamá como centro. Por ese motivo, hablamos siempre de "Centroamérica y Panamá", "El Caribe y Panamá", "Suramérica y Panamá".
De ahí el acercamiento que se busca con países del sur del continente, con el llamado Mercosur.
Por otro lado, es común observar que los países centroamericanos, excluyendo a Panamá, convergen prácticamente una cultura, almacenan las posibilidades y germinan los movimientos del gusto en el tiempo. Ejemplo de ello es el amor por el fútbol, la comida con frijoles y tortillas de maíz blanco.
La conquista de los españoles fue diferente en esos países respecto a la de Panamá, y mayor aún, el proyecto del Canal, entre otras características. No obstante, en materia política y de problemas socioeconómicos, son los mismos que Panamá, en cuanto al aumento de violencia, problemas de desempleo, corrupción y crisis de nuestras instituciones gubernamentales.
En este sentido, consideramos que la unión centroamericana es necesaria, pero será un paso preliminar, ya que en realidad somos "panameños", por el hecho que somos geográficamente centroamericanos, históricamente colombianos o suramericanos, y por nuestra idiosincrasia somos caribeños.
No sé cuál será la política extranjera que tome el Estado panameño respecto a este Plan Puebla-Panamá, que si bien nos deja escéptico, al mismo tiempo nos da gusto, ya que es una forma de intercambiar nuestra economía, como ya se ha iniciado con un tratado de libre comercio con El Salvador, aunque es saludable buscar otras oportunidades de inversión, como ya ha sido con Taiwan, y ahora en discusión con la potencia más grande del mundo.
El sueño en este proyecto del Plan Puebla-Panamá (PPP) es inmenso, sin embargo falta aterrizarlo. Se habla de grandes corredores de autopistas, ferrocarriles, gasoductos, líneas de alta tensión; de presas, agroindustria, turismo, de conectar norte y sur, este y oeste...
Se vale soñar; ¡ojalá seamos capaces de emprender la realización de la gran visión!
nanchy@hotmail.com
En Panamá es muy escasa la opinión de algunos sectores respecto a este proyecto que impulsa prácticamente el gobierno mexicano, a fin de buscar un acercamiento con las naciones de Centroamérica, y que es asunto de discusión y grandes críticas en nuestros hermanos países del istmo, específicamente para el grupo de los campesinos, aunque es conocido el sentimiento comunal por la unión centroamericana. Ejemplo de ello, es el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), aunque dicha unión en la práctica parece todavía difícil, pese a que ya mantenemos un tratado de libre comercio con El Salvador.
Sin embargo, consideramos que el principal obstáculo se encuentra en ese mismo sentimiento fraterno, en cuanto a que tiene una base de total igualdad que impide que cualquiera de nuestras naciones aparezca ante las otras con autoridad o prestigio de centro y capital.
Falta al sentimiento unionista, un centro de atracción, un eminente núcleo capital que organice con visible posición dirigente el movimiento informe de nuestra constelación.
Y eso pasa porque una larga tradición de emulaciones y recelos ha venido nivelando en igualdad a nuestras cinco naciones y pueblos, y porque, sobre ese sentimiento se ha impuesto otro, tan antiguo como nuestras nacionalidades, que es el de tener a Panamá como centro. Por ese motivo, hablamos siempre de "Centroamérica y Panamá", "El Caribe y Panamá", "Suramérica y Panamá".
De ahí el acercamiento que se busca con países del sur del continente, con el llamado Mercosur.
Por otro lado, es común observar que los países centroamericanos, excluyendo a Panamá, convergen prácticamente una cultura, almacenan las posibilidades y germinan los movimientos del gusto en el tiempo. Ejemplo de ello es el amor por el fútbol, la comida con frijoles y tortillas de maíz blanco.
La conquista de los españoles fue diferente en esos países respecto a la de Panamá, y mayor aún, el proyecto del Canal, entre otras características. No obstante, en materia política y de problemas socioeconómicos, son los mismos que Panamá, en cuanto al aumento de violencia, problemas de desempleo, corrupción y crisis de nuestras instituciones gubernamentales.
En este sentido, consideramos que la unión centroamericana es necesaria, pero será un paso preliminar, ya que en realidad somos "panameños", por el hecho que somos geográficamente centroamericanos, históricamente colombianos o suramericanos, y por nuestra idiosincrasia somos caribeños.
No sé cuál será la política extranjera que tome el Estado panameño respecto a este Plan Puebla-Panamá, que si bien nos deja escéptico, al mismo tiempo nos da gusto, ya que es una forma de intercambiar nuestra economía, como ya se ha iniciado con un tratado de libre comercio con El Salvador, aunque es saludable buscar otras oportunidades de inversión, como ya ha sido con Taiwan, y ahora en discusión con la potencia más grande del mundo.
El sueño en este proyecto del Plan Puebla-Panamá (PPP) es inmenso, sin embargo falta aterrizarlo. Se habla de grandes corredores de autopistas, ferrocarriles, gasoductos, líneas de alta tensión; de presas, agroindustria, turismo, de conectar norte y sur, este y oeste...
Se vale soñar; ¡ojalá seamos capaces de emprender la realización de la gran visión!
nanchy@hotmail.com
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.