Panamá
El reto para seguir siendo Panamá
- Rodrigo Chiari Álvarez
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Tras haber concluido un proceso electoral accidentado, nos queda primero, hacer una seria reflexión en torno hacia donde vamos.
Tras haber concluido un proceso electoral accidentado, nos queda primero, hacer una seria reflexión en torno hacia donde vamos. Pero más aun, debemos sanar las heridas. Hay que comenzar el proceso como una sola nación. Panamá es un pueblo noble. Aquí no hay gente mala. No se trancan calles por joder. Si hubo posición a la mina, no es porque tengamos vocación de pobres. ser pobre, pero porque se desea que se hagan las cosas como deben ser.
Pero si necesitamos una brújula y de una hoja de ruta que guíe el camino a seguir. La comunidad internacional tiene la vista puesta en el istmo. La caída estrepitosa de nuestro grado de inversión no es casualidad. Trajo un alto costo consigo. La economía criolla requiere de una seria transfusión de credibilidad, igual que la necesitan todos los liderazgos. No solo el político partidista, sino también la dirigencia empresarial y sindical, la estudiantil y magisterial y otras tantas. Quizá una dosis de amor patrio ayudaría para enderezar este entuerto.
El poder popular escogió a quien dirigirá los designios durante el siguiente quinquenio. Tal vez no fue por una mayoría abrumadora, por lo que al nuevo mandatario le queda la labor de conciliar al resto de la población, ganándose su confianza. No es tarea fácil, ya que el escepticismo y las diferencias partidistas prevalecen. Seguimos siendo un país de "quítate tú, pa poneme yo". Porque no deponer el orgullo del perdedor revanchista y dejar las diferencias a un lado. El presidente electo nos necesita a todos, porque la nación lo requiere.
Observe el entusiasmo con el que todos se abocaron alas urnas recientemente. Vi en sus ojos la esperanza de un mejor Panamá. Tenemos la responsabilidad de convertir el descontento y frustración de los panameños y panameñas, en una linda sonrisa. En una que atraiga turistas, una con la que viaje a bordo del metro hacia la escuela o trabajo, una que demuestre el orgullo de ser ciudadano de este terruño nacional. No es fácil olvidar, pero es posible perdonar y salir hacia adelante, con la frente en alta. Si se requiere enmendar errores serios, dejemos que sea la justicia la que tome las riendas, ya que ella le compete, pero bajo estricto derecho.
No se trata de corregir las cosas utilizando parches. Seamos serios. Nadie desea seguir viviendo la pesadilla de los últimos años. Debemos rectificar. La institucionalidad debe ser el norte político. La solidaridad el camino de lo social. El fortalecimiento de la economía debe estar acompañado de una restructuración del sistema educativo. Debe ser uno de excelencia. La inversión no se atrae, ni se logra mediante la coacción ni las prebendas. El Estado requiere de la tributación responsable a fin de operar eficientemente y brindar aquellos servicios que le competen. Ni la improvisación, ni el populismo pueden tener cabida dentro de la fórmula.
Identifiquemos aquellos sectores de la economía, que generan empleo digno y riqueza, simultáneamente. Solo para mencionar algunos: la actividad marítima, como un todo, la agroindustria, el comercio internacional, el desarrollo de infraestructuras de soporte, las industrias creativas (economía naranja), la tecnología de innovación y el turismo.
¿Podemos confiar en que José Raúl Mulino ejercerá un buen mandato? Yo aposte a él. Pero más que nada, a su talento administrativo público. Pero no podrá hacerlo solo. Nosrequiere a todos. Nuestro apoyo es indispensable. Lo que sigue a continuación es una tarea de todos, dentro de nuestras propias capacidades, siendo o no, parte del engranaje gubernamental.
Recordemos que el Estado no es una fábrica de empleo. Es un facilitador. De allí, que los programas de emprendimiento jugaran un papel importante. Estoy casi seguro de que se contaran con incentivos y medidas que no comprometan la economía y las finanzas públicas.
Quizás no se crearán medio millón de plazas de trabajo, pero todas aquellas que sean generadas darán la oportunidad de mejorar la calidad de vida, de forma colectiva.
Panamá no será Singapur, pero es Panamá, con sus defectos y virtudes. Después de casi una década de ausencia, retorne provisionalmente, quizás como el hijo prodigo, ya que siento he fallado en no haber contribuido mas en hacer de este un mejor país. Pero no pierdo la
esperanza y vislumbro días mejores para todos. Y no es solo la labor de Mulino. Una golondrina no hace verano. Ustedes, amigas y amigos lectores, saben hacer lo correcto. No se defrauden a sí mismos. El reto es trabajar unidos por Panamá. ¡Hagámoslo juntos!
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