El trabajo dignifica al hombre, Sr. Presidente
Publicado 2005/02/24 00:00:00
Cuando la economía no puede generar suficiente empleos para todos los que son capaces... la producción de bienes y servicios se pierde inmensurablemente.
LA ÚNICA fuente legítima de que dispone un individuo honesto es su capacidad de trabajo, y en función de éste, su capacidad de ahorro. La capacidad de generar ingresos mediante el trabajo es una condición propia de las personas, y es el vehículo de su realización.
Un trabajo realizado con diligencia y entusiasmo, por simple que sea, produce un efecto positivo en la persona misma y en el grupo laboral en donde se desarrolla. El tener trabajo es una de las cosas más grandes que puede ocurrirle a un individuo. Más aún, el trabajar en lo que le guste, ¡es lo mejor que puede a alguien sucederle!
El trabajo es el esfuerzo aplicado, es aquello a lo cual consagramos nuestras energías para lograr algo útil.
En ese sentido, el trabajo no es tan sólo la tarea con la cual nos ganamos el sustento, sino aquello que hacemos de nuestra vida. Aristóteles señalaba: "La felicidad reside en la actividad tanto física como mental". Reside en hacer cosas de las que pueda uno enorgullecerse, y de las que, por lo tanto, disfrute realizándolas.
Las mayores alegrías de la vida no son las que se apartan de nuestro trabajo, sino las que se avienen con dicha labor. Los que se pierden la alegría del trabajo, de la labor bien realizada, pierden una parte muy importante del disfrute de su vida.
El desempleo tiene costos económicos: cuando es superior de la tasa natural normal genera grandes costos económicos y sociales.
El costo económico fundamental del desempleo es la pérdida de la producción. Cuando la economía no puede generar suficiente empleos para todos los que son capaces y están dispuestos a trabajar, la producción potencial de bienes y servicios se pierde inmensurablemente. Y los costos no económicos, un fuerte desempleo es algo más que una enfermedad económica, es una catástrofe social; ya que la desocupación significa pérdida de las habilidades, de respeto propio, derrumbe moral, criminalidad, desintegración familiar y malestar sociopolítico.
Es inmenso el significado del trabajo para el desarrollo del hombre, Engels escribía: "El trabajo es la condición básica y fundamental de toda vida humana y lo es de tal grado que hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre". Por supuesto que el trabajo dignifica al hombre, ya que a través de éste nos sentimos útiles, podemos alimentar a nuestras familias, pagar nuestras casas, ropa, salud, educación, transporte, y esparcimiento. Pero vivimos en un país triste de personas agobiadas porque no tienen para comer, pagar sus casas (muchos las están perdiendo) y mucho menos para pagar las tarifas elevadas de luz, teléfono y gasolina.
Hasta el momento no vemos soluciones. Los que están bien, sólo dicen: "Esperen, esto se va a arreglar", y mientras tanto, la crisis está empeorando.
El gobierno es el principal garante de promover la estabilidad social y por ende, el empleo, dándonos señales claras y reales de que la situación mejorará, que los culpables de robo serán castigado, que se implementará la carrera administrativa, y que todas las posiciones deben ser evaluadas y ocupadas por idóneos y no por familiares, amigotes, queridas, queridos y por compromisos.
Lo que esperamos de un gobierno llamado " Patria Nueva", es que emplee a cada uno según su capacidad e idoneidad.
Por supuesto que uno podría "hacerse rico" traficando droga, siendo corrupto, robando o estafando el dinero de otros, con lo cual se lograría el objetivo de acumular dinero. Pero si se procediera de esa forma, la persona se expone a consecuencias muy graves que pueden finalmente causarle un daño irreparable (la cárcel, la muerte o el repudio de la sociedad). Estas formas de acumular dinero no cumplen el objetivo de ayudar al desarrollo personal, y por lo tanto, no parecen ser el camino más recomendable.
Por suerte tenemos un presidente joven, de quien esperamos quiera ser líder y estadista (que aún no lo es), si nos demuestra sus dones de solidaridad, gente, justo, que tiene sentimientos, que cumplen con lo que prometieron en campaña y desprendimiento por las grandes mayorías. De lo contrario, hasta aquí llegará su carrera política, pues hasta ahora la historia nos ha demostrado que todos hacen lo posible para no reelegirse y salen, odiados y repudiados.
El consejo más sabio es estudiar, ya que con suerte, en algunos casos, permite acceder a empleos mejor remunerados (en países como el nuestro donde impera la corrupción, tráfico de influencia, indolencia, falta de solidaridad y de justicia) pero, sobre todo, abre una puerta a la cultura.
A mayor inquietud intelectual y acceso a campos modernos del conocimiento, el estudio, el trabajo y el ahorro están al alcance de todos.
Lo que se requiere es orar (pedirle al Señor), perseverar y no dejarnos engañar. Gracias a Dios, siempre hay alguien que nos ayudará.
([email protected])
Un trabajo realizado con diligencia y entusiasmo, por simple que sea, produce un efecto positivo en la persona misma y en el grupo laboral en donde se desarrolla. El tener trabajo es una de las cosas más grandes que puede ocurrirle a un individuo. Más aún, el trabajar en lo que le guste, ¡es lo mejor que puede a alguien sucederle!
El trabajo es el esfuerzo aplicado, es aquello a lo cual consagramos nuestras energías para lograr algo útil.
En ese sentido, el trabajo no es tan sólo la tarea con la cual nos ganamos el sustento, sino aquello que hacemos de nuestra vida. Aristóteles señalaba: "La felicidad reside en la actividad tanto física como mental". Reside en hacer cosas de las que pueda uno enorgullecerse, y de las que, por lo tanto, disfrute realizándolas.
Las mayores alegrías de la vida no son las que se apartan de nuestro trabajo, sino las que se avienen con dicha labor. Los que se pierden la alegría del trabajo, de la labor bien realizada, pierden una parte muy importante del disfrute de su vida.
El desempleo tiene costos económicos: cuando es superior de la tasa natural normal genera grandes costos económicos y sociales.
El costo económico fundamental del desempleo es la pérdida de la producción. Cuando la economía no puede generar suficiente empleos para todos los que son capaces y están dispuestos a trabajar, la producción potencial de bienes y servicios se pierde inmensurablemente. Y los costos no económicos, un fuerte desempleo es algo más que una enfermedad económica, es una catástrofe social; ya que la desocupación significa pérdida de las habilidades, de respeto propio, derrumbe moral, criminalidad, desintegración familiar y malestar sociopolítico.
Es inmenso el significado del trabajo para el desarrollo del hombre, Engels escribía: "El trabajo es la condición básica y fundamental de toda vida humana y lo es de tal grado que hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre". Por supuesto que el trabajo dignifica al hombre, ya que a través de éste nos sentimos útiles, podemos alimentar a nuestras familias, pagar nuestras casas, ropa, salud, educación, transporte, y esparcimiento. Pero vivimos en un país triste de personas agobiadas porque no tienen para comer, pagar sus casas (muchos las están perdiendo) y mucho menos para pagar las tarifas elevadas de luz, teléfono y gasolina.
Hasta el momento no vemos soluciones. Los que están bien, sólo dicen: "Esperen, esto se va a arreglar", y mientras tanto, la crisis está empeorando.
El gobierno es el principal garante de promover la estabilidad social y por ende, el empleo, dándonos señales claras y reales de que la situación mejorará, que los culpables de robo serán castigado, que se implementará la carrera administrativa, y que todas las posiciones deben ser evaluadas y ocupadas por idóneos y no por familiares, amigotes, queridas, queridos y por compromisos.
Lo que esperamos de un gobierno llamado " Patria Nueva", es que emplee a cada uno según su capacidad e idoneidad.
Por supuesto que uno podría "hacerse rico" traficando droga, siendo corrupto, robando o estafando el dinero de otros, con lo cual se lograría el objetivo de acumular dinero. Pero si se procediera de esa forma, la persona se expone a consecuencias muy graves que pueden finalmente causarle un daño irreparable (la cárcel, la muerte o el repudio de la sociedad). Estas formas de acumular dinero no cumplen el objetivo de ayudar al desarrollo personal, y por lo tanto, no parecen ser el camino más recomendable.
Por suerte tenemos un presidente joven, de quien esperamos quiera ser líder y estadista (que aún no lo es), si nos demuestra sus dones de solidaridad, gente, justo, que tiene sentimientos, que cumplen con lo que prometieron en campaña y desprendimiento por las grandes mayorías. De lo contrario, hasta aquí llegará su carrera política, pues hasta ahora la historia nos ha demostrado que todos hacen lo posible para no reelegirse y salen, odiados y repudiados.
El consejo más sabio es estudiar, ya que con suerte, en algunos casos, permite acceder a empleos mejor remunerados (en países como el nuestro donde impera la corrupción, tráfico de influencia, indolencia, falta de solidaridad y de justicia) pero, sobre todo, abre una puerta a la cultura.
A mayor inquietud intelectual y acceso a campos modernos del conocimiento, el estudio, el trabajo y el ahorro están al alcance de todos.
Lo que se requiere es orar (pedirle al Señor), perseverar y no dejarnos engañar. Gracias a Dios, siempre hay alguien que nos ayudará.
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