Panamá
En búsqueda de la filosofía
ste utensilio nos alienta a seguir caminando, usándolo como muleta para nuestro inconsciente. Una linterna que alumbra parte del camino que tenemos delante, asegurándonos el próximo paso.
- Alonso Correa
- /
- [email protected]
- /
- - Actualizado: 16/3/2022 - 12:00 am
Hay frases que, como una bala cruzando el pecho, abren en tu cabeza un nuevo camino. Oraciones que, sin querer, crean conexiones imperecederas en los valles de la conciencia. Es la vertiente más humana de todas nuestras interacciones, compartir nuestras ideas y transformar con ellas el tejido estructural de otro homínido. Traspasar el tiempo con un pensamiento; asesinar al infinito con el conocimiento. Pero no se puede crear oro de la nada, se requiere primero materia con la que diseñar los juicios. Ahí es donde entra una ciencia omitida, pero muy necesaria, la filosofía. Una materia olvidada, desfasada e inútil. O eso es lo que se cree.
La frase a la que me refiero se la oí a un profesor que, sin darle mayor importancia al asunto, la dijo para subrayar otro tema del que ya no me acuerdo, "filosofía es asombrarse de la vida". La comentó de manera baladí para continuar con la lectura, pero aún sigue rondando mi cabeza esa delicada explicación de algo que es mucho más de lo que se piensa y menos de lo que se cree, la filosofía. Porque es esa inoportuna idea de prepotencia, altanería y condescendencia creada a partir de los neoignorantes que decidieron colgarse la medalla de filósofos, los responsables del declive en la atención a esta herramienta vital, lo que ha hecho alejarse a millones de esta ciencia, casi artística.
Este utensilio nos alienta a seguir caminando, usándolo como muleta para nuestro inconsciente. Una linterna que alumbra parte del camino que tenemos delante, asegurándonos el próximo paso. Filosofía es encontrar magia en una flor de azahar, ilusionarse con las plumas del sol y con los besos de Eolo. Es la ciencia más humana, porque cuestiona la humanidad misma usando la misma herramienta que nos hace ser y que se cuestiona a sí misma. Nos permite ver detrás de la cortina de la realidad y rozar con las yemas de los dedos los engranajes de los sueños.
Llegamos a este mundo ciegos, sordos y desnudos. Somos el último eslabón de una larga cadena de muerte que nos rodea. Así mismo como necesitamos cobijo, resguardo y cuidado para poder desarrollar la capacidad de sobrevivir de forma física, las cuestiones incorpóreas requieren cuidado y alimento para sacarnos del pozo de la oscuridad. Y ahora, en la era del conocimiento, estamos bendecidos porque tenemos la capacidad de poder olfatear la respuesta con solo intentarlo, las preguntas que aparecen en la parte trasera de nuestros párpados acerca de los temas que nos intrigan tienen ya un rastro de migas para que sigamos y hallemos la respuesta en nuestro interior.
Y una vez que se entiende que esta disciplina va más allá de un grupo de intelectualoides en trajes y hippies reprimidos con camisetas del Che, una vez que dejemos de lado el miedo a pensar acerca de lo que nos rodea no dejando nada por sentado, cuando empezamos a conmovernos por las pequeñas acciones, cuando nos extrañen los movimientos que suceden a nuestro alrededor y le demos una oportunidad a buscar el porqué de los latidos de nuestro corazón, entenderemos la verdadera esencia de la filosofía.
Porque es muy sencillo decir que todo es como es y sentarse a esperar la muerte sin ver por el retrovisor del tiempo. Porque es más fácil no salir del cascarón y morir ahogado por el miedo. Pero una vez que el cristal revienta por el peso de la curiosidad es imposible volver a quedarse quieto, porque la vida asombra y la silla se vuelve incómoda. El primer paso siempre es el más difícil, pero no hay viaje que empiece sin él.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.