En defensa del sindicalismo (Parte I)
- Carlos Ayala Montero
Hoy que se discute la validez del sindicalismo, es apropiado puntualizar lo siguiente: Un sindicato es una organización de trabajadores (o de empleadores según la OIT), de cualquier clase, que busca organizar, representar y defender a sus miembros. Es un interlocutor natural y necesario del sector empleador porque impide o reduce las injusticias en la relación de trabajo; canaliza los reclamos y promueve la redistribución de la riqueza; es esencialmente un instrumento de paz social y no de confrontación pues si no existieran, la violencia social haría imposible las relaciones de trabajo. Así fue desde sus orígenes en el siglo XVII, hasta nuestros días (por cierto, los primeros sindicalistas fueron los comerciantes del medioevo).
Más de 300 millones de trabajadores conforman los sindicatos en el mundo; la tasa media de afiliación es cerca del 20%; en América Latina es de aproximadamente 23%. En Argentina es de 52% y en Cuba del 98%. En Panamá es de 11%.
La estructura sindical mundial, regional y nacional se basa en la elección de sus dirigentes. Allí nadie es impuesto aunque a veces la lucha por la dirección es difícil. En Panamá los dirigentes se reeligen porque la mayoría de los miembros del sindicato no quieren ser objeto de la persecución que sufren los dirigentes; en los sindicatos controlados por los empleadores (amarillos) no se promueven cambios de dirigentes, obviamente. A los líderes sindicales nadie les quiere dar trabajo, por eso deben continuar en la dirección sindical o retirarse sin seguridad económica alguna.
Los sindicatos panameños existen desde 1855 y lograron conquistas importantes como las vacaciones anuales; jornada de 8 horas; el salario mínimo legal; estabilidad laboral; facilitan becas a su miembros; promueven el deporte; la convivencia social; la solidaridad; apoyo en calamidades, etc. En 2007 se firmaron 68 convenciones colectivas promovidas por sindicatos, que beneficiaron a casi 22,000 trabajadores; 56 de ellas se negociaron fuera de MITRADEL, sin traumas ni enfrentamientos insuperables. En ese año se presentaron 157 reclamos colectivos ante MITRADEL, lo que demuestra una actividad sindical consistente. No es secreto que los afiliados a los sindicatos reciben salarios superiores al mínimo legal debido a la negociación colectiva. Con 350 sindicatos presentes en todas las ramas de la actividad económica, la gestión sindical es plenamente vigente, aunque pudiera ser más efectiva si no se le saboteara.
Dirigentes como Luis Anderson; Pablo Arosemena; Domingo Barría; Angel Gómez; Marta Matamoros; Norma Cano entre otros, hicieron grandes aportes al desarrollo nacional en la lucha por la recuperación de nuestra soberanía y en la defensa nacional e internacional de los derechos de los y las trabajadoras. No se puede desconocer el aporte del sindicalismo al país, intentando desacreditar a su dirigencia, que sin ser perfecta ha enfrentado todos los embates del enemigo neoliberal, con estoicismo, con valentía y sobre todo con profunda convicción histórica que sólo si desaparece la injusticia social desaparecerán los sindicatos. Hay que promover en vez de perseguir al sindicalismo, tal como reza el Código de Trabajo panameño.
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