En la cuarentena
Galvanizando cambios
... ojeo a mi hermano Alfredo, profesor de sociología, informalmente ataviado impartiendo webinars (palabra que no formaba parte de su vocabulario formal hasta hace poco) a decenas de estudiantes universitarios desde la frescura de su balcón bellavistino.
- Jaime Figueroa Navarro
- /
- - Publicado: 27/6/2020 - 12:00 am
Los meses de encierro por la pandemia están transformando nuestro entorno radicalmente.
¿Quién iría a pensar, por ejemplo, que la educación virtual se convertiría en modus operandi?
Emprendiendo su sexta década pedagógica, ojeo a mi hermano Alfredo, profesor de sociología, informalmente ataviado impartiendo webinars (palabra que no formaba parte de su vocabulario formal hasta hace poco) a decenas de estudiantes universitarios desde la frescura de su balcón bellavistino.
Convidado por Florida State University, a la par, participo frecuentemente en interesantes disertaciones y conferencias gratuitas sobre importantes temáticas de actual relevancia, con la participación virtual de eruditos desde Panamá y allende.
Ya todo se puede, no hay piedritas dentro de los zapatos del andar del homo Sapiens en cuarentena.
En mi crónica anterior narraba mi novel emprendimiento en la cocina. Eso era cosa de mujeres antes, o mamá, abuelita o la empleada. Lo único que uno iba a hacer a la cocina era escrutar la nevera en búsqueda de una fruta o bocadillo.
Aprovecho el tiempo, que ahora tengo de sobra, para preparar suculentos platos que recién aprendo a pronunciar.
También está cambiando nuestra percepción de liderazgo. Aquello de "inmiscuirse en la política" estaba destinado a algunos vendedores de brebajes y curas para todos los males, oscuros personajes marcados para el manejo de la cosa pública.
Vislumbramos cómo en Estados Unidos, el personaje más inepto, tenedor de un ruin historial moral, ocupa la primera magistratura, apalabrando grandeza, la construcción de un muro financiado por México y el estiaje del pantano de la corrupción en Washington.
Elegido por una minoría (Hillary Clinton obtuvo 2,868,686 millones de votos más) Donald Trump ha denegado y continúa desestimando lo que vulgarmente denomina el virus chino.
Aun así, tristemente es posible su reelección, a pesar que las encuestas reflejen lo contrario.
No en vano el rotativo galo Le Monde describe el nivel de inteligencia del votante promedio norteamericano como levemente superior al bovino.
Por poco infarta el ciudadano Michael Flor, de 70 años, al recibir una factura por más de un millón de dólares posterior a su tratamiento por COVID-19 en el centro hospitalario Swedish Medical Center, cercano a Seattle.
El corte de 181 páginas, sumando $1,122,501.04, pormenoriza la incompetencia del sistema hospitalario americano y la urgente necesidad de su metamorfosis al mundo de países civilizados donde los servicios médicos no conducen a los individuos a la bancarrota.
No vayamos muy lejos. En cadena nacional, teatro de lo absurdo, el miércoles en la noche reaparece alegremente posterior, a siete semanas de ausencia, nuestro flamante primer mandatario, relevando a la ministra de Salud, Dra. Rosario Turner, la figura más creíble de su gabinete, cuando ese mismo día fallecían 20 ciudadanos víctimas de COVID-19. No se cubrieron temas de genuino interés nacional como la reactivación de la economía, incentivos a las empresas ni ayuda a los ciudadanos. ¡Mon Dieu!
Ciertamente, desconectados de la realidad nacional, mientras se activa una cuenta de recolección de fondos para sufragar la multa de $50 mil al Partido gobernante, Revolucionario Democrático, por infringir las normas de salud durante la reunión el jueves pasado en el restaurante Jimmy's.
Asentando el dedo en la pusilánime llaga, su secretario general, Pedro Miguel González, anunció que no se divulgará el nombre de los donantes.
Cinismo elevado a la quinta potencia.
Nos obliga el encierro a un análisis profundo y escueto de la realidad política nacional, tanto aquí como en otros lares.
En lo que nos atañe, nuestro experimento democrático ha aflorado pesadilla tras pesadilla.
Los partidos no funcionan como representantes de diversas filosofías sino más bien catervas de corruptos pandilleros.
Posterior a la dureza de la lección, si es que existe un mañana pospandemia, se debe galvanizar el cambio hacia el adecentamiento del manejo de la cosa pública.
Líder empresarial.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.