Graciela Dixon, magistrada presidenta
Publicado 2005/10/10 23:00:00
La elección de Graciela Dixon como presidenta de la Corte Suprema para el período que inicia en enero de 2006 y culmina en diciembre de 2007 es importante no sólo por las innegables cualidades de la magistrada, sino por el grupo que la apoya y el contexto de transformaciones institucionales que deberán tener lugar en el próximo bienio en el sector justicia.
Dixon proviene del movimiento estudiantil de izquierda de los años 70 y ha sido una destacada luchadora social perteneciente a la etnia negra. Conquista la máxima posición de la judicatura panameña al iniciar los dos últimos años del período de diez para el que fue designada en 1997 por el entonces Presidente de la República, Ernesto Pérez Balladares.
Para acceder al honroso sitial, Dixon contó con el voto de 5 de sus nueve colegas, es decir, con una mayoría justa que seguramente configurará los parámetros de sus acciones al frente del primer tribunal del país. La nueva mayoría está integrada de modo variopinto, pues a Dixon la apoyan el actual presidente de la corporación, José Andrés Troyano, designado para el cargo el mismo año que Dixon por Pérez Balladares y encargado de la presidencia hace escasamente un año, tras la salida forzosa de Pereira Burgos, elegido por el pleno en el 2003; el presidente del periodo anterior, Adán Arnulfo Arjona, nominado por Mireya Moscoso en 1999; Esmeralda Arosemena de Troitiño, nominada por Martín Torrijos en octubre del año pasado, en reemplazo de César Pereira Burgos, que alcanzó la edad de retiro siendo presidente del Tribunal; y Jorge Federico Lee, designado suplente por Pérez Balladares en 1995, y que asumió la magistratura con carácter permanente al fallecer el titular en diciembre del año pasado. Es deseable que la nueva presidenta de la Corte contribuya al fortalecimiento de la institucionalidad e impulse la reforma judicial acordada en el Pacto por la Justicia.
Dixon proviene del movimiento estudiantil de izquierda de los años 70 y ha sido una destacada luchadora social perteneciente a la etnia negra. Conquista la máxima posición de la judicatura panameña al iniciar los dos últimos años del período de diez para el que fue designada en 1997 por el entonces Presidente de la República, Ernesto Pérez Balladares.
Para acceder al honroso sitial, Dixon contó con el voto de 5 de sus nueve colegas, es decir, con una mayoría justa que seguramente configurará los parámetros de sus acciones al frente del primer tribunal del país. La nueva mayoría está integrada de modo variopinto, pues a Dixon la apoyan el actual presidente de la corporación, José Andrés Troyano, designado para el cargo el mismo año que Dixon por Pérez Balladares y encargado de la presidencia hace escasamente un año, tras la salida forzosa de Pereira Burgos, elegido por el pleno en el 2003; el presidente del periodo anterior, Adán Arnulfo Arjona, nominado por Mireya Moscoso en 1999; Esmeralda Arosemena de Troitiño, nominada por Martín Torrijos en octubre del año pasado, en reemplazo de César Pereira Burgos, que alcanzó la edad de retiro siendo presidente del Tribunal; y Jorge Federico Lee, designado suplente por Pérez Balladares en 1995, y que asumió la magistratura con carácter permanente al fallecer el titular en diciembre del año pasado. Es deseable que la nueva presidenta de la Corte contribuya al fortalecimiento de la institucionalidad e impulse la reforma judicial acordada en el Pacto por la Justicia.
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