Grupos estudiantiles: Luchas o doble discurso
- César Valdés Paredes (cesarvaldesp@gmail.com)
La participación estudiantil en la historia panameña fue mucho más intensa en el pasado que en el presente. Sus protestas marcaron los hitos más sobresalientes en las jornadas de diciembre de 1947, mayo de 1958, enero de 1964 y diciembre de 1989.
Este último periodo donde murieron dos destacados e importantes dirigentes estudiantiles: el profesor de Filosofía e Historia, Floyd Britton y el estudiante de Filosofía e Historia, Jorge Camacho.
Con las muertes de estos compañeros y otras muchísimas más, este Régimen Militar denominado “Dictadura con Cariño” persiguió, encarceló, hirió y mató a cientos de estudiantes universitarios.
Pero hoy día aflora un movimiento estudiantil universitario con un doble discurso, se hace sentir en las calles por sus luchas ante el abuso, la imposición, la persecución, la poca libertad de expresión, pero a lo interno son ellos los que callan y apadrinan todas las imposiciones y persecuciones que le dan a muchos profesores y estudiantes dentro de la universidad por disentir del Rector.
La falta real de autonomía frente a las autoridades universitarias, el mal llamado “consenso universitario” que yo definiría como “pacto universitario” de la mayoría de los grupos frente a la figura del Rector.
Esto se da como forma de intercambio de reparto de espacios políticos de poder (nombramientos, centros de copiados, etc.), la falta de debate de ideas, tolerancia y respeto entre los grupos, formación política e ideológica de algunos de sus militantes; análisis de la coyuntura y de la realidad en algunos momentos hacen de los actuales grupos estudiantiles universitarios débiles, fragmentados y hasta aislados de las masas estudiantiles por momentos.
El ser crítico y autocrítico implica una posición pública de mejorar o arreglar las cosas, mientras el disidente o traidor toma una posición de silencio y ataque solapado.
El militante universitario debe ser ejemplo en lo académico, lo político y lo personal. No puede ser ejemplo en una cosa y en otra no. Debe buscar siempre lo mejor.
Debe caracterizarse por su seriedad, honestidad, verticalidad, ética, compromiso, trabajo, esfuerzo, y dedicación en las tareas diarias del salón y en la militancia universitaria. Y cuando sea señalado o atacado podrá más que con palabras sino con ejemplos, demostrar su calidad como persona y estudiante universitario dentro y fuera de la Universidad.
La sabiduría, la visión, la proyección y el análisis reflexivo nos permitirá cambiar para el bien de la Universidad.
Somos parte de esa vanguardia de cambio y reforma que necesita el país en los difíciles tiempos de crisis que vivimos y el cambio y la reforma debe partir de nosotros mismos, a lo interno para cambiar lo externo.
Redoblemos esfuerzos y acciones y continuemos en la lucha por la construcción de la Universidad científica, cultural, académica, renovadora y crítica que nos legó el Dr. Octavio Méndez Pereira “Maestro de Juventudes” y en la lucha por la construcción de la sociedad sin explotados ni explotadores con justicia social, igualdad y libertad.
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