Flagelo.
Hambre que no cesa, crimen de lesa humanidad
Hace unas semanas, Unicef lanzó una alarma mundial: en el Sahel podían morir de hambre un millón y medio de personas de las que
Hace unas semanas, Unicef lanzó una alarma mundial:
en el Sahel podían morir de hambre un millón y medio de personas de las que un millón serían niños y niñas. El pasado verano ya murieron 50,000 personas en el Cuerno de África también por una hambruna que países ricos ignoraron.
Según la ONU, en 2010, las personas que pasaban hambre en el mundo eran el 14% de la población mundial; un porcentaje escandaloso que no se reduce desde 1995. ¿Superpoblación y carestía? No. La producción de alimentos se ha triplicado en el último medio siglo, en tanto que la población solo se ha duplicado. No faltan alimentos. Pero el hambre no se reduce. Crece.
Cuando la ONU declaró la hambruna del Cuerno de África, una sequía azotaba esa región y ello conllevó el aumento de precio de los alimentos. Pero no solo la sequía fue responsable del hambre. En Acción contra el Hambre afirman que “la sequía puede ser factor desencadenante de hambruna, pero no la causa de fondo”. En marzo de 2011, los precios de cereales habían aumentado 70% respecto al año anterior por las políticas neoliberales de países ricos, Banco Mundial y FMI.
Presionaron a los países pobres para cambiar su modelo agrícola y cultivar productos agrícolas para la exportación. Así ahogaron la agricultura para alimentar al país y convirtieron los alimentos exportables en productos financieros.
Olivier De Schutter, relator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación, acusa a los especuladores financieros y a los de tierras como responsables de que no acabe el hambre. Sequía y variaciones de oferta y demanda no explican la volatilidad de precios de los alimentos. Pero la burbuja especulativa de los alimentos, sí. ¿Cómo explicar que los productos lácteos aumentaran un 157% en 2007 para caer considerablemente en 2008 sin causa objetiva aparente? Pura especulación financiera.
Comerciantes locales con poder económico acaparan alimentos y los retiran del mercado, en la espera de que suban los precios para vender. Según Acción contra el Hambre, así ocurre, por ejemplo, en Nigeria y Níger. Nigeria compra a Níger gran parte de producción agrícola y espera a que Níger agote sus reservas. Entonces vende a Níger los alimentos que le compró, pero más caros.
Los aumentos de precio de alimentos poco tienen que ver con la oferta y la demanda y mucho con la especulación.
En tanto que el derecho a la alimentación no sea prioritario con todas sus consecuencias en las políticas de los Gobiernos, habrá hambre. ccs@solidarios.org.es
Periodista y escritor.
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