Horadando la piedra del turismo istmeño
- Jaime Figueroa Navarro
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Durante nuestras frecuentes conversaciones con inversionistas y visitantes, sale a relucir la pieza faltante del rompecabezas del turismo istmeño. Esa terca falta del enfoque en calidad y detalles que caracteriza nuestras decisiones al momento de implementar proyectos y programas, productos de letárgicas mentes que proceden, "si o si" con bosquejos que en principio parecen sensibles pero carentes del profundo análisis requerido para su perfeccionamiento.
Caso en mano, en nuestra columna anterior presentamos el ejemplo del enlace del Metro de Panamá con el aeropuerto de Tocumen. A lo opuesto de los más importantes aeródromos de jerarquía mundial, las liliputienses mentes que moldearon el proyecto dejaron en el tintero la conexión directa entre la estación y las terminales del aeropuerto.
Diría uno "caray algo tan sencillo y evidente" se ha tornado en un meollo pleno de excusas y sin reparo por parte de las sordas y calladas autoridades. Para aquellos lectores que no han tomado el Metro, que resulta el más moderno de la región, hacia nuestro aeropuerto insignia, "Hub of the Americas", fraguado por las hábiles directrices de Copa Airlines, quien le ha transformado en el enlace más importante de la región estimando superar la cifra estimada de 20 millones de pasajeros anuales para 2025, la estación de metro no está directamente conectada al aeropuerto, ultimando a unos 100 metros de las terminales. Al salir de la estación hay que descender a nivel calle y tomar un autobús gratuito a varios metros de distancia para el transporte al aeródromo.
Los creadores de tal torpeza obviamente no estudiaron las conexiones de líneas de trenes o metros en los más importantes aeropuertos del orbe, mucho menos se pusieron en los zapatos de los usuarios. Los aeropuertos más importantes del mundo gozan de conexión directa hacia las terminales, agilizando el tráfico y la comodidad de sus usuarios.
En un mundo donde los tranques vehiculares se tornan cada día más fétidos la conexión del riel hacia el centro de las ciudades no es solamente más ágil y económica, sino la más práctica. En nuestro caso en particular, la gran mayoría del tráfico del Metro hacia el aeropuerto consta de colaboradores, uno que otro turista.
Primeramente, porque no cuenta con la debida publicidad. No hay letreros en el aeropuerto que eduquen al visitante sobre esta opción. Seguidamente, con la posibilidad de lluvias o en su defecto, si no se moja el visitante, suda y hierve bajo nuestro sol de mediodía bajo el actual procedimiento. Finalmente, pierde nuestro turismo porque muchos pasajeros que reposan en las frígidas salas del aeropuerto mientras esperan sus conexiones, en algunos casos de varias horas, pierden la oportunidad de conocer el destino o de ir de compras, por falta de una opción expedita y económica que le incite a su exploración.
En una reciente escala de 7 horas en el aeropuerto Charles de Gaulle en París opté por tomar el metro RER directo a la ciudad y en menos de 30 minutos, a un costo de 10 euros me encontraba en pleno centro, disfrutando de su glamur y gastronomía, en vez de repasar la biblia en un recoveco del aeródromo. ¿Por qué no aquí? Si lográsemos incentivar a un 15% de los pasajeros en tránsito en Tocumen a hacer lo mismo, duplicaríamos nuestro número de visitantes anuales, adicionalmente, estimulando al turista a regresar nuevamente. ¿Qué estamos esperando?
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