Hospital Santo Tomás, ¿un caballo de Troya?
Publicado 2000/10/19 23:00:00
Hace más o menos unos tres años, un grupo de médicos funcionarios del Hospital Santo Tomás (HST), liderados por los jefes de Servicios, nos agitamos y llamamos la atención de las autoridades de salud del gobierno pasado, con el fin de solicitar mejoras de las condiciones de trabajo y reparaciones de nuestro desvencijado hospital. Ofrecimos como solución, la vieja idea de crear un patronato como el de nuestro vecino, el Hospital del Niño, que ha dado buenos resultados. Así nos libraríamos de los vaivenes de la política partidista y daríamos a nuestro hospital, un alto grado de independencia administrativa y económica para resolver nuestros crónicos problemas. En ningún momento, recuerdo yo, escuché de los demás colegas, solicitar la construcción de nuevas edificaciones, torres, anexos o como se les llame, con el fin de resolver los problemas que nos aquejaban y aquejan. De repente, en una de esas varias reuniones y visitas que nos hicieron el ex presidente Pérez Balladares y las autoridades de salud, salió como solución, por arte de magia y sacado de la manga, el as de las nuevas construcciones. Desde ese momento comenzó a hablarse de la danza de 63 millones de dólares que se pedirían prestados y se inició la ejecución de estudios y la confección de planos. Es, por lo menos, la quinta vez que conozco que esto sucede desde que estudié y comencé a trabajar en este hospital.
Naturalmente, como se acercaban las elecciones, y el deseo e intención de reelección del ex presidente eran muy grandes, algunos como yo, pensamos que se trataba sólo de actos que formaban parte de la campaña política y no le prestamos mayor importancia al asunto.
Durante ese período nos reunimos con doña Mireya Moscoso buscando una solución para lo que anhelábamos y obtuvimos la promesa formal que, de resultar electa, recibiríamos todo su apoyo para lograr la aprobación de la Ley del Patronato del Hospital Santo Tomás, así como los recursos económicos que se necesitaban con urgencia. La primera promesa ha sido cumplida y por ello nos regocijamos y aplaudimos por la culminación de este largo anhelo que, creemos firmemente, puede ser la salvación del Hospital. Pero la segunda, aunque se ordenó una partida de 10 millones de dólares prorescate del HST, hasta la fecha no hemos tenido noticias de todos sus resultados, a pesar de que hace varios meses, nuestras autoridades hospitalarias nos pusieron hacer las tradicionales "cartitas al Niño Dios" en lo referente a las necesidades de materiales, equipos, especificaciones, costos, etc.
Por otra parte, el Patronato que tomó posesión del mando, comenzó un período que consideramos de transición, donde se está organizando y estructurando el mismo.
Sorpresivamente veo que el Sr. Ministro de Salud, quien a su vez es presidente del Patronato, anunció que a partir del 28 de agosto de este año se abrirían a licitación pública, las nuevas construcciones del HST. A la fecha ya han sido adjudicadas y casadas con un paquete de equipamiento tipo "purgante" (por aquello de que no hay otra alternativa que tomárselo).
Mi estimado, Sr. Ministro, usted, basados en las encuestas llevadas hasta ahora, es el que mejor librado ha salido en popularidad y desempeño según la percepción de los encuestados. Sin embargo, déjeme decirle algo para que medite con detenimiento sobre las decisiones que ha tomado y que se avecinan. Como está claro, el proyecto de las nuevas construcciones en la antigua y congestionada área del HST, se lo dejó el gobierno anterior y, hasta donde mis averiguaciones me han llevado, su planificación y diseño no han sido ampliamente consultados, ni antes ni ahora. Sobre todo con los que habitamos y trabajamos diariamente en él. Esto lo pude comprobar en abril próximo pasado, cuando asistí como Jefe de Servicio a.i., a una reunión convocada por los arquitectos herederos de los planos y tuve que hacer graves objeciones sobre el mismo en lo referente a nuestra especialidad, la cardiología. También observé las quejas, por cierto muy pertinentes, de los demás colegas representantes de otras especialidades. Desde entonces, no he tenido noticias si estas recomendaciones se tomarían en cuenta, o no.
Pienso que este proyecto puede ser un "regalo griego" para usted o para nosotros, el pueblo panameño. Detengámonos a pensar algunas cosas: tendremos primero que destruir, aún sin la aprobación de la Comisión Asesora del Patrimonio Histórico, estas vetustas y formidables edificaciones, hechas del mejor concreto de la época, con la consiguiente cantidad de escombros, ruidos, congestión de tránsito, maquinarias, incomodidades para los usuarios, paralizaciones de servicios, improvisaciones, contaminaciones, etc.. Otro punto de análisis, es el tiempo que durará la construcción para ver sus frutos. Esta llevará, por la magnitud de la misma, muy probablemente más de 5 años. Eso si no se corrigen a tiempo los errores observados en los planos, los cuales aparecerán como "las extras", cosa que ya ocurrió con la construcción en la Sala de Imagenología, que por equivocaciones, su entrega se retrasó durante más de un año.
Sinceramente debemos ser transparentes con este proyecto. Recordemos que el HST es un tema muy sensible y emotivo para el pueblo panameño. Esta es una deuda que tendrán que pagar, hasta nuestros biznietos.
Le hago esta pregunta, señor ministro: ¿Hay algún estudio de indicadores de salud que justifique la necesidad de levantar este proyecto que congestiona más al hospital, en todas forma y sentido?. En un área de 3 Kms a la redonda, hay, por lo menos, 5 grandes hospitales, tanto estatales como privados.
Realmente, doctor Terán, nosotros no pedimos esta construcción millonaria; queríamos un patronato y ya lo tenemos. Quisiera creer que en este momento estamos en un período de transición y de estructuración, que una vez alcanzados, analizaremos los problemas que tenemos y llegaremos a tomar una decisiones correctas y sin precipitaciones, respecto a qué es lo mejor que debemos hacer con este proyecto.
Estoy convencido, por los años de trabajo en este hospital, que el problema fundamental es su administración y falta de recursos económicos suficientes, que lo llevan a vivir en un estado de crisis ondulante y por ello, no se puede progresar ni estar a tono con los adelantos modernos.
No creo que debamos agregar un cascarón nuevo a los que ya nos dejaron, sin tener cómo ni con qué equiparlos, ya que ello nos llevará a elevar al cuadrado, los problemas básicos. Hay un proverbio que me gusta recordar y que dice así: "De buenas intenciones está empedrado el camino del infierno".
Naturalmente, como se acercaban las elecciones, y el deseo e intención de reelección del ex presidente eran muy grandes, algunos como yo, pensamos que se trataba sólo de actos que formaban parte de la campaña política y no le prestamos mayor importancia al asunto.
Durante ese período nos reunimos con doña Mireya Moscoso buscando una solución para lo que anhelábamos y obtuvimos la promesa formal que, de resultar electa, recibiríamos todo su apoyo para lograr la aprobación de la Ley del Patronato del Hospital Santo Tomás, así como los recursos económicos que se necesitaban con urgencia. La primera promesa ha sido cumplida y por ello nos regocijamos y aplaudimos por la culminación de este largo anhelo que, creemos firmemente, puede ser la salvación del Hospital. Pero la segunda, aunque se ordenó una partida de 10 millones de dólares prorescate del HST, hasta la fecha no hemos tenido noticias de todos sus resultados, a pesar de que hace varios meses, nuestras autoridades hospitalarias nos pusieron hacer las tradicionales "cartitas al Niño Dios" en lo referente a las necesidades de materiales, equipos, especificaciones, costos, etc.
Por otra parte, el Patronato que tomó posesión del mando, comenzó un período que consideramos de transición, donde se está organizando y estructurando el mismo.
Sorpresivamente veo que el Sr. Ministro de Salud, quien a su vez es presidente del Patronato, anunció que a partir del 28 de agosto de este año se abrirían a licitación pública, las nuevas construcciones del HST. A la fecha ya han sido adjudicadas y casadas con un paquete de equipamiento tipo "purgante" (por aquello de que no hay otra alternativa que tomárselo).
Mi estimado, Sr. Ministro, usted, basados en las encuestas llevadas hasta ahora, es el que mejor librado ha salido en popularidad y desempeño según la percepción de los encuestados. Sin embargo, déjeme decirle algo para que medite con detenimiento sobre las decisiones que ha tomado y que se avecinan. Como está claro, el proyecto de las nuevas construcciones en la antigua y congestionada área del HST, se lo dejó el gobierno anterior y, hasta donde mis averiguaciones me han llevado, su planificación y diseño no han sido ampliamente consultados, ni antes ni ahora. Sobre todo con los que habitamos y trabajamos diariamente en él. Esto lo pude comprobar en abril próximo pasado, cuando asistí como Jefe de Servicio a.i., a una reunión convocada por los arquitectos herederos de los planos y tuve que hacer graves objeciones sobre el mismo en lo referente a nuestra especialidad, la cardiología. También observé las quejas, por cierto muy pertinentes, de los demás colegas representantes de otras especialidades. Desde entonces, no he tenido noticias si estas recomendaciones se tomarían en cuenta, o no.
Pienso que este proyecto puede ser un "regalo griego" para usted o para nosotros, el pueblo panameño. Detengámonos a pensar algunas cosas: tendremos primero que destruir, aún sin la aprobación de la Comisión Asesora del Patrimonio Histórico, estas vetustas y formidables edificaciones, hechas del mejor concreto de la época, con la consiguiente cantidad de escombros, ruidos, congestión de tránsito, maquinarias, incomodidades para los usuarios, paralizaciones de servicios, improvisaciones, contaminaciones, etc.. Otro punto de análisis, es el tiempo que durará la construcción para ver sus frutos. Esta llevará, por la magnitud de la misma, muy probablemente más de 5 años. Eso si no se corrigen a tiempo los errores observados en los planos, los cuales aparecerán como "las extras", cosa que ya ocurrió con la construcción en la Sala de Imagenología, que por equivocaciones, su entrega se retrasó durante más de un año.
Sinceramente debemos ser transparentes con este proyecto. Recordemos que el HST es un tema muy sensible y emotivo para el pueblo panameño. Esta es una deuda que tendrán que pagar, hasta nuestros biznietos.
Le hago esta pregunta, señor ministro: ¿Hay algún estudio de indicadores de salud que justifique la necesidad de levantar este proyecto que congestiona más al hospital, en todas forma y sentido?. En un área de 3 Kms a la redonda, hay, por lo menos, 5 grandes hospitales, tanto estatales como privados.
Realmente, doctor Terán, nosotros no pedimos esta construcción millonaria; queríamos un patronato y ya lo tenemos. Quisiera creer que en este momento estamos en un período de transición y de estructuración, que una vez alcanzados, analizaremos los problemas que tenemos y llegaremos a tomar una decisiones correctas y sin precipitaciones, respecto a qué es lo mejor que debemos hacer con este proyecto.
Estoy convencido, por los años de trabajo en este hospital, que el problema fundamental es su administración y falta de recursos económicos suficientes, que lo llevan a vivir en un estado de crisis ondulante y por ello, no se puede progresar ni estar a tono con los adelantos modernos.
No creo que debamos agregar un cascarón nuevo a los que ya nos dejaron, sin tener cómo ni con qué equiparlos, ya que ello nos llevará a elevar al cuadrado, los problemas básicos. Hay un proverbio que me gusta recordar y que dice así: "De buenas intenciones está empedrado el camino del infierno".
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