Irán y Corea del Norte, una sola amenaza

Estados Unidos (EE.UU.) impulsó en el 2003 una iniciativa de Seguridad contra la Proliferación de armas nucleares, químicas y bacteriológicas. Hoy, Corea del Norte no sólo mostró a occidente que burló el tratado en forma unilateral, sino que su producción sigue siendo una amenaza para su vecino sureño y el mundo entero. La respuesta de Corea del Sur y EE.UU. puso en estado de alta alerta a sus tropas ante la amenaza de Kim Jong II, de que atacará al Sur si sus barcos son interceptados bajo sospecha de transportar armas de destrucción masiva.

Julián Schvindlerman, un sociólogo conocedor del tema hizo un parangón entre las dos amenazas que podrían desequilibrar la paz mundial; resaltó que “lo más importante en este caso es la condición de Corea del Norte; un estado ateo, comunista, con una teocracia como lo es Irán, los dos tienen en común muchas cosas como lo es una cosmovisión profundamente anti occidental, anti democrática, de hecho antijudía y anti cristiana”. Es decir, ambos países ven en las armas nucleares, por razones muy distintas, elementos que les da una potencia, un orgullo nacional y una contención ante el occidente. El reto para el Consejo de Seguridad de la ONU, así como para Barack Obama es delicado y riesgoso; el presidente estadounidense prefiere dialogar con Irán; sin embargo, estos Estados no siempre utilizan el diálogo con los fines nobles que occidente los quiere utilizar.

EE.UU. tendrá que enfrentar una serie de desafíos muy importantes; algunos críticos califican la administración Obama como “ingenua” al creer que va a poder doblegar los intereses estratégicos de los iraníes o norcoreanos a través de la persuasión racional. La otra opción es que la administración Obama sea sumamente inteligente y emplee una movida diplomática, donde demuestre al mundo la imposibilidad de dialogar con Irán para abrir el camino a una legitimidad de una fuerza militar o una convivencia diplomática más efectiva.

El peligro es latente; al tener armamento nuclear en manos de los norcoreanos, basta que se sientan amenazados en su existencia para que aprieten el botón rojo y causar un desastre mayúsculo global. Este puede ser el motivo de que Estados Unidos está insistiendo tanto en contener diplomáticamente a Corea del Norte.