Jean Auguste Dominique Ingres
- Guillermo Márquez B.
(1870-1867) Este famoso pintor francés que alcanzó a vivir hasta los 80 años de edad, produjo en el curso de su vida 2,000 cuadros, pero, tan sólo en los Estados Unidos hay 4,000. Ello demuestra cuán extendida en el mundo está la práctica de falsificaciones que se venden como auténticas. Casos como esos abundan con los Picasso, Trujillo, Corot y tantos otros. Por ello es preciso ser muy cauteloso en la compra de cuadros de pintores ya famosos y más aún si se trata de obras de siglos lejanos.
Al igual que varios pintores que logran bonanza económica, él también invertía dinero en la compra de buenos cuadros, y tenía muy buena colección.
Un día se le presentó un vendedor ofreciéndole una cabeza de mujer, diciéndole que esa era obra del famoso Velásquez. Asombrado, repreguntó: -"¿De veras?"-. El otro le respondió: -"La he cortado de un cuadro grande con lo demás a medio hacer, pero esta cabeza ya está terminada".
Sorpresivamente, en vez de inquirir dónde y cómo pudo él lograr ese hallazgo, le dijo a gritos que había cometido una infamia al mutilar una obra de arte, y sobre todo, de un pintor como Velásquez, y que lo denunciaría a la policía. El sujeto salió huyendo despavorido sin regresar jamás. Ingres comentaba, posteriormente, que no sabía si la obra era en realidad de Velásquez, pero que era muy buena y sólo le había costado unos cuantos gritos.
Ingres fue contemporáneo de su compatriota Henri Beyle Stendhal. Al pintor le gustaba mucho la música. Sus favoritos eran Beethoven y Bach, y le molestaba que alguien no compartiera sus gustos. Conversando de música con él, Stendhal le dijo que a Beethoven le faltaba melodía. Tras despedirse el escritor, Ingres le ordenó a su criado que si en algún momento aquél volvía por su casa le dijera que no estaba, y que para él nunca estaría.
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