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A la droga dile Presente
Rafael Carles - Publicado:
Todos sabemos que uno de los flagelos que azota a nuestra sociedad es el relacionado a las adicciones, que cruza transversalmente a toda la población.No se trata únicamente de casos famosos, lejanos a la vida cotidiana de la gente común.Por el contrario, la realidad nos pone a diario frente a pruebas concretas de su cercanía.Me refiero de modo preferencial a la adicción a las drogas (sin olvidar el alcoholismo, el tabaquismo, la ludopatía, la glotonería y la lujuria), problema de carácter mundial que también afecta a Panamá.Hay muchas formas de abordar el tema.La política, el derecho, la medicina, la sociología y la psicología son enfoques indispensables para encarar el asunto.Creo que son visiones necesariamente complementarias de una realidad compleja.Pero para el Gobierno y las demás autoridades no son suficientes.No deben serlo.Porque aquí se entra de lleno en los valores que hacen a una comunidad.La respuesta no provendrá exclusivamente de los aportes de los especialistas sino que también requiere una amplia movilización y participación social.Si el problema afecta a todos, la búsqueda de las soluciones también debe hacerlo.Las familias tienen mucho que decir.Tenemos que recuperar la conciencia de su rol vital en nuestra sociedad si queremos desarrollarnos.Pero también resulta esencial la participación de las instancias gubernamentales vinculadas con el tema y la interrelación con el sistema educativo en todos sus niveles.Debemos actuar con estrategias de prevención desde una educación sostenida por la experiencia y la participación de la gente y así generar una cultura que pueda traducirse en leyes y esfuerzos acordes.No debemos perder de vista que la dependencia a las drogas es un tema profundamente relacionado con el sentido de la vida.Como ciudadanos tenemos que hacer frente a la realidad; no hay lugar para la indiferencia o las posiciones cómodas.En este tema no se puede esperar de los políticos soluciones mágicas.Por mejor diseñados que estén los planes y las acciones gubernamentales, sus beneficios se relativizan cuando se encuentran frente al muro del desinterés de una parte de la población para la cual el problema no le pertenece.O también cuando aparecen soluciones “facilistas", más efectistas que efectivas, lanzadas sin la menor responsabilidad.Menos sirven las posiciones apocalípticas que auguran el agravamiento de la situación.Hay que rescatar lo mucho que se está haciendo bien y potenciarlo.Lo peor que se puede hacer en esta materia es sembrar la resignación.De este modo, sólo le diremos a quienes están haciendo el esfuerzo de luchar que su tarea es inútil, cuando la realidad nos señala que su ejemplo es imprescindible.Hay que multiplicar el número de personas que se involucran.No hay que restar.Tenemos buenas herramientas disponibles.El deporte es una de ellas.Los panameños tenemos una tendencia a la práctica deportiva y una pasión muy particular por nuestros ídolos en las distintas disciplinas.Los valores que encarna calan hondo entre nosotros: la competencia sana, el deseo de superarse, la disciplina necesaria para alcanzar el éxito, el esfuerzo individual y colectivo, son algunos de ellos.Por este camino también podemos encontrar aportes sustanciales.Porque lo primordial es comprender que el terreno para luchar contra las adicciones no es el represivo sino el de los valores.Esto implica una acción sistemática orientada a restablecer en la sociedad, ante todo en los jóvenes, la vigencia de valores relacionados con una vida distinta y nueva, segura de lo que quiere y que por eso mismo rechaza ese instrumento de fuga y desesperación que es el consumo de drogas.Todos podemos contribuir pero primero necesitamos construir alternativas atractivas, profundas, llenas de vida, poniendo en valor todo lo positivo que nos rodea y lo bueno que queremos alcanzar.Por eso di presente y súmate al esfuerzo de hacer un país libre de drogas.Empresario.