La equidad legal más allá de los intereses políticos
La imagen de un país que parece finca personal de los gobernantes, no solo ahuyenta la inversión extranjera, sino que también limita el potencial de crecimiento
La equidad legal más allá de los intereses políticos
En una sociedad democrática, la imparcialidad y el respeto a la ley son pilares fundamentales para el desarrollo y la estabilidad, sin embargo, en Panamá, la percepción de que las leyes se aplican de manera selectiva y a lo que le conviene a los gobernantes de turno, ha sembrado la semilla de la desconfianza tanto entre los ciudadanos nacionales, como en los posibles inversores extranjeros. Esta preocupante situación no solo socava la credibilidad del sistema legal, sino que también obstaculiza el crecimiento económico y la confianza en la gobernanza del país.
Es innegable que la desigualdad en la aplicación de la ley ha generado un clima de incertidumbre en Panamá. Los casos en los que figuras públicas o personas influyentes parecen eludir las consecuencias legales han socavado la confianza de los ciudadanos en la justicia. Cuando se percibe que las leyes solo se aplican a ciertos individuos o cuando resulta conveniente para los intereses políticos, la ciudadanía pierde fe en el sistema judicial y el estado de derecho en su conjunto.
Este patrón de desigualdad también tiene consecuencias negativas para la inversión extranjera. Los inversores, sean nacionales o extranjeros, buscan estabilidad y seguridad jurídica en los países donde deciden colocar su capital. Si la impresión es que las leyes en Panamá son flexibles y pueden ser manipuladas según los caprichos de los gobernantes de turno, es natural que los inversores duden en comprometer sus recursos en un entorno tan volátil.
La imagen de un país que parece una "finca personal" de los gobernantes, no solo ahuyenta la inversión extranjera, sino que también limita el potencial de crecimiento interno. Cuando las leyes se perciben como herramientas para consolidar el poder político o para favorecer a ciertos grupos, la desigualdad y la corrupción pueden florecer, lo que en última instancia afecta la calidad de vida de los ciudadanos.
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Para revertir esta preocupante tendencia es esencial fortalecer la independencia y la transparencia del sistema legal en Panamá. Esto implica garantizar que las leyes se apliquen de manera equitativa, sin importar la posición social o el poder de influencia de los individuos involucrados. Asimismo, se requiere una mayor rendición de cuentas por parte de los líderes políticos y una reforma que fomente la participación ciudadana en la toma de decisiones y en la supervisión de las instituciones.
En resumen, la falta de equidad en la aplicación de las leyes en Panamá es un problema que va más allá de los intereses políticos inmediatos. Genera desconfianza, erosiona la credibilidad del sistema legal y desalienta la inversión extranjera. Para construir un futuro sólido y próspero, es crucial que el país se enfoque en establecer un sistema legal transparente e imparcial que brinde confianza tanto a los ciudadanos como a los inversores.