La proactividad
- Celeste Amaro opinion@epasa.com
Existe un espacio importante entre los estímulos que recibimos y las respuestas que damos, y dentro de ese espacio, es donde yace el potencial que llevamos dentro para responder o reaccionar.

El término proactividad últimamente se usa con mucha frecuencia en distintos ámbitos y el mismo hace referencia a una actitud presente en algunas personas, que no permiten que las situaciones difíciles los superen; que toman la iniciativa sobre su propia vida y trabajan en función de aquello que creen puede ayudarlos a estar mejor. Pero la proactividad no se limita a una toma de decisiones o a iniciar un proyecto, implica hacerse cargo de que algo hay que hacer para que los objetivos se concreten y buscar el cómo, el dónde y el por qué. Las personas proactivas tienen la confianza de creer que es posible salir adelante luchando con energía positiva e influyen en otras personas con el ejemplo.
Con los años el concepto de proactividad ha pasado a formar parte del desarrollo personal, como una de las estrategias más importantes de la ética y el carácter, ya que es la actitud, que tienen algunas personas que logran controlar su conducta de una manera activa y asertiva, y con esto desarrollan su creatividad en pos de mejorar sus condiciones de vida, y también la vida de quienes están a su alrededor. Indudablemente quien ante un problema o conflicto en vez de reaccionar mal y negativamente, casi resignándose como si no hubiesen soluciones posibles, asume una actitud positiva, buscará soluciones aún donde no las haya, esa persona sin dudas estará más próxima al éxito y a la superación personal que aquellos que se encuentran en el polo opuesto. Estas personas son valoradas especialmente en el mundo empresarial, donde son deseadas por que se sabe que podrán llevar adelante las crisis y formarán equipos de alto desempeño. Y así llevándolo al ámbito más común, pero no menos importante, ser un padre o una pareja proactiva establecerá relaciones que desarrollen el criterio y la autonomía de los miembros de la familia, lo que es ideal para transferir la actitud positiva y la formación de un carácter dado a la resilencia (capacidad para superar obstáculos) en cualquier situación.
Existe un espacio importante entre los estímulos que recibimos y las respuestas que damos, y dentro de ese espacio, es donde yace el potencial que llevamos dentro para responder o reaccionar.
Y hay tres capacidades principales que nos pueden dar el poder de ser proactivos ante cualquier situación, estos son:
Autoconocimiento: La comprensión de que tienes opciones para escoger entre el estímulo que recibes y la reacción que tomas. Si alguien te insulta, puedes escoger la opción de no sentir ira.
Consciencia: La habilidad de consultar con tu brújula interior para decidir qué es lo mejor para ti. Puedes tomar decisiones con base en tus principios, sin importar si es lo correcto desde el punto de vista de otros.
Imaginación Creativa: La habilidad de visualizar respuestas alternativas. Usando tu imaginación, puedes generar y evaluar diferentes opciones. Esto lo logras tomándote tiempo para analizar.
Al ser y actuar de modo proactivo, positivo, optimista, con fe, y confiando en ti, emprenderás con ingenio y persistencia acciones creativas e innovadoras que arrastran a muchos a sobreponerse con energía... y así logran diseñar e implementar soluciones novedosas a problemas viejos y nuevos, no obstante la carestía y la escasez: mientras que reactivos, negativos y pesimistas solo ven amenazas terribles y debilidades paralizantes, los proactivos ven y aprovechan grandes oportunidades y detectan y ponen al valer enormes fortalezas antes no identificadas...
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