Panamá
La vida cobra cuentas sola
- Ing. Helmut De Puy
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- Ciudadano Construyendo futuro
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Hay personas que nacen, crecen y mueren sin haber entendido jamás el propósito de estar vivos. Pasan por este mundo no para construir, sino para destruir. No para amar, sino para odiar. Y, lo más trágico, es que terminan creyendo que esa forma de vivir les da poder.
Son aquellos que intentan apagar la luz de otros, simplemente porque les molesta. Que en vez de abrazar, empujan. Que si pueden hacer daño, lo hacen. Porque es lo único que saben hacer.
Los he visto de cerca. Personas que con frialdad calculada intentan arrodillarte, silenciarte, quebrarte. Y cuando no lo logran, recurren a lo más bajo: dañar a tus seres queridos, usar inocentes como armas, manipular, ensuciar tu nombre… todo con tal de sentirse superiores por un segundo más.
Pero la vida es sabia. Y aunque no siempre vemos justicia inmediata, al final la cuenta llega. A veces en forma de soledad. Otras, en forma de enfermedad. A veces, simplemente en la forma más dura de todas, el olvido. Porque hay quienes mueren y son recordados con amor, y hay quienes se van y nadie los extraña.
No escribo estas líneas con odio. Lo que siento no es rencor. Es una mezcla de lástima y alivio. Lástima por el tiempo y la energía que algunas personas desperdician haciendo daño. Y alivio porque, al final, el bien siempre resiste, y quienes siembran oscuridad terminan devorados por su propia sombra.
La lección para quienes leen esto es clara: el camino de la maldad es una condena anticipada. No construyas tu vida sobre el rencor. No uses tu poder para humillar. No envenenes tu alma por alimentar un ego. Porque por más que lo intentes, nunca lograrás arrodillar a quien vive con la frente en alto.
Y aunque no lo veas, la vida tarde o temprano cobra cada cuenta. Porque cada día que pasa sin decisiones acertadas, es un día más que retrocedemos.
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