Los dragones y la educación

"AL SEÑOR YE le gustaban tanto los dragones que los tenía pintados o tallados por toda la casa. Cuando se enteró el verdadero dragón de los cielos, voló a la tierra y metió su cabeza por la puerta de la casa del señor Ye y su cola por una de las ventanas. Cuando el señor Ye lo vio, huyó asustado, y casi se volvió loco. Esto demuestra que el señor Ye, en realidad no amaba tanto a los dragones. Sólo le gustaba aquello que se le parecía pero en ningún caso el auténtico dragón". Shen Zi en Fábulas Antiguas de China.
La educación es el tema que todos hablan, como la gran apuesta nacional por el futuro; pero esto no quiere decir que todos la entendamos de la misma manera y con las mismas perspectivas. Es algo así como los dragones del Señor Ye. ¿De que educación hablamos? ¿Cómo deben estar fundamentados los cambios educativos? ¿Cuáles son los sentidos de la educación?
La educación es importante, pero no podemos absolutizarla y olvidarnos de otros ingredientes también fundamentales para el avance nacional, como la superación de modelos excluyentes e inequitativos de la economía, el fortalecimiento de la democracia formal y participativa, la sostenibilidad ambiental y otros. Tampoco debemos olvidar que la educación es un derecho humano, y que debe llegar a todas las personas dotadas de la creciente calidad necesaria.
El Informe Delors acertadamente nos da luces sobre la educación al exponer la necesidad de " trascender la visión puramente instrumental de la educación considerada como la vía necesaria para obtener resultados (dinero, carreras, etc.) y supone cambiar para considerar la función que tiene en su globalidad la educación". Y propone los cuatro pilares de la educación: Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y a aprender a ser. Veámoslos:
Aprender a conocer: Se trata de dominar los instrumentos del conocimiento, para vivir dignamente y aportar constructivamente a la sociedad. Hace énfasis en los métodos que se deben utilizar para conocer "porque no todos los métodos que se utilizan sirven para aprender a conocer" y asegura que, en el fondo, debe haber el placer de conocer, comprender y descubrir.
Aprender a hacer: Se trata de aprender para hacer cosas y prepararnos mejor para lograr una calidad de vida no solo nuestra, sino también en nuestro entorno. Las personas se forman para hacer un trabajo, aunque muchas veces no puedan ejercerlo. En lugar de conseguir una cualificación personal (habilidades), cada vez es más necesario adquirir competencias personales, como trabajar en grupo, tomar decisiones, relacionarse, crear sinergias, etc. En esto pesa la creatividad en el proceso.
Aprender a convivir y a trabajar en proyectos comunes: El Informe Delors asegura que éste es uno de los retos más importantes del siglo XXI. Nunca en la historia, la humanidad ha poseído tanto poder destructivo como actualmente. Ante tal situación, debemos aprender a descubrir progresivamente al otro; debemos ver que tenemos diferencias con los otros, pero sobre todo tenemos interdependencias, dependemos los unos de los otros. Y para descubrir al otro, debemos conocernos a nosotros mismos: cuando sepa quién soy yo, sabré plantearme la cuestión de la empatía, entenderé que el otro piense diferente de mí y que tiene razones tan justas como las mías para discrepar. El Informe propone que se favorezcan los trabajos en común, que se preste atención al individualismo -que no está en contra de la individualidad-, y que destaque la diversidad, como elemento necesario y creador. Las personas somos diferentes, pero iguales en derechos. Este pilar está muy influido por la actitud del maestro y por su relación con los alumnos.
Aprender a ser: Es el desarrollo total y máximo posible de cada persona. La educación integral de la que se viene hablando desde finales del siglo XIX y comienzos del XX, la que promueve el pensamiento autónomo.
Los pilares son fundamentales si los cuatro se visualizan integralmente ligándolos sinérgicamente entre sí. Muchas veces la educación a todos los niveles sólo enfatiza el conocer y el hacer, y olvida el convivir y ser. ¿Entonces qué tipo, qué clase de personas son producto de la maquinaria educativa?
También el aula es muchas veces jaula. Paulo Freire critica el establecimiento en la escuela de "relaciones de naturaleza fundamentalmente narrativa, discursiva, disertante (..) Narración o disertación que implica un sujeto -el que narra- y objetos pacientes -los educandos-. (..) el educador aparece como su agente indiscutible, como su sujeto real, cuya tarea indeclinable es "llenar" a los educandos con los contenidos do su narración". Es la llamada "educación bancaria", que concibe a los seres humanos como: "espectadores y no recreadores del mundo. (..) Esta concepción "bancaria" de la educación considera que el papel del educador es el de disciplinar "la entrada" de los contenidos y conocimientos del mundo de forma ordenada, participativa y coherente.
(raulleisr@hotmail.com)