Milosevic, su muerte y sus funerales
Publicado 2006/03/23 00:00:00
La repentina muerte de Slobodan Milosevic, que ascendió vertiginosamente al poder de la República Serbia en 1989 y fue defenestrado mediante el voto en el 2000, es una desgracia para la justicia penal internacional, que lo mantuvo detenido por espacio de cuatro años en una prisión en Holanda, sin poder concluir el juicio por crímenes de lesa humanidad que se le imputaron por actos cometidos durante las cuatro guerras de los Balcanes que tuvieron lugar en los años noventa.
El ex mandatario serbio fue encontrado sin vida en su celda luego de sufrir un ataque cardiaco, pero las causas de la muerte están aún bajo investigación, pues Milosevic era tratado por presión alta y los medicamentos que le habían sido prescritos no le habían surtido los efectos esperados por los médicos. Según las investigaciones que ya se han adelantado, Milosevic tomaba secreta e ilícitamente otro medicamento para impedir que su estado de salud se normalizara y de ese modo mantener una coartada que justificara su petición de ser trasladado a Moscú para un tratamiento médico especial.
Las autoridades del Tribunal Penal Internacional se negaron y Milosevic denunció a los facultativos del organismo internacional de no ofrecerle un tratamiento eficaz ex profeso.
Al final todo parece indicar que Milosevic murió como resultado de su propia estratagema para mantenerse enfermo, lo que no ha impedido que en su tierra natal se celebren funerales privados -no de Estado- y algunas personas lo veneren como un héroe nacional. Al escapar del veredicto final de la justicia, Milosevic permanecerá como un tema de discordia en la historia política de su país, con lo que quedarán irresueltas algunas tensiones ideológicas que tanto daño hicieron a los Balcanes y a otras regiones del mundo, y amenazan con seguir haciendo estragos en el presente.
El ex mandatario serbio fue encontrado sin vida en su celda luego de sufrir un ataque cardiaco, pero las causas de la muerte están aún bajo investigación, pues Milosevic era tratado por presión alta y los medicamentos que le habían sido prescritos no le habían surtido los efectos esperados por los médicos. Según las investigaciones que ya se han adelantado, Milosevic tomaba secreta e ilícitamente otro medicamento para impedir que su estado de salud se normalizara y de ese modo mantener una coartada que justificara su petición de ser trasladado a Moscú para un tratamiento médico especial.
Las autoridades del Tribunal Penal Internacional se negaron y Milosevic denunció a los facultativos del organismo internacional de no ofrecerle un tratamiento eficaz ex profeso.
Al final todo parece indicar que Milosevic murió como resultado de su propia estratagema para mantenerse enfermo, lo que no ha impedido que en su tierra natal se celebren funerales privados -no de Estado- y algunas personas lo veneren como un héroe nacional. Al escapar del veredicto final de la justicia, Milosevic permanecerá como un tema de discordia en la historia política de su país, con lo que quedarán irresueltas algunas tensiones ideológicas que tanto daño hicieron a los Balcanes y a otras regiones del mundo, y amenazan con seguir haciendo estragos en el presente.
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