¡No a la comida chatarra!
- Rafael Carles
Es hora de formular una estrategia nacional que frene el consumo de comida chatarra y la proliferación de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y ciertas variedades de cáncer. Si al país pudiéramos examinarlo clínicamente, padecería de hipertensión, obesidad, insuficiencia renal, fatiga, colesterol alto, estreñimiento, hígado graso, acidez sanguínea y reflujo. Y no es de extrañar, si observan que el panameño prefiere las fritangas y su arroz pilado.
De cara a la celebración del Día del Consumidor el 15 de marzo, y que este año lo dedican al tema de "No a la comida chatarra", la sociedad civil debiera desarrollar una estrategia que impulse el consumo de comida sana y oriente sobre el tema de una nutrición saludable. Es esencial, para este propósito, promover la creación de empresas que fabrican y distribuyen productos saludables, exonerándolas del pago por certificados de salud, registros sanitarios e impuestos sobre la renta. La idea es que una empresa que fabrica o importa productos naturales reciba un tratamiento burocrático muy distinto a aquellas que venden sodas, chicles o salchichas.
Igualmente, hay que limitar la ingesta de azúcares y sal de toda procedencia. El azúcar y la sal son enemigos naturales del ser humano, y por lo tanto chatarras como la Coca Cola regular (contiene 18 gramos de azúcar) o papas fritas de cualquier establecimiento de comida rápida (contiene más de mil miligramos de sal) deben ubicarse en una categoría de productos que enferman.
Definitivamente, hay que prohibir toda la publicidad agresiva y tendenciosa que induzca al consumo de comida chatarras a niños, incluyendo la venta en escuelas, centros de diversión y lugares públicos donde se practique deportes. La comida chatarra pertenece a la misma categoría que el tabaco y el alcohol: ¡Es dañina y mata!
Otro pilar para una estrategia nacional contra la obesidad sería que todo restaurante informe sobre el contenido calórico de sus alimentos en sus menús. En una encuesta reciente, publicada el 25 de febrero pasado en el diario USA Today, se descubrió que publicar esta información en los menús tiene un alto impacto en la escogencia de los alimentos por parte de los consumidores. Hay que crear conciencia de que la obesidad ya es una epidemia mundial y ya está causando graves problemas en Panamá. Según la revista The Economist, ocupamos la posición # 4 entre los países con más gordos, con una población 28% de obesos y 36% de obesas, de manera que hay que tomar iniciativas para revertir esta situación.
Es muy sencillo, entre mejor alimentados, menos enfermos habrá en el país. Por tanto, sólo nos queda un camino: Promover la producción de alimentos sanos, comer saludablemente y boicotear la venta de comidas chatarras. ¡Es así de sencillo!
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