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¡Nunca más!
Juan B. Gómez - Publicado:
Vi una película que habla crudamente de la dictadura de José Stalin en Rusia.Aquél fue tal vez el período más desgraciado de la historia universal.Stalin ordenaba la muerte de millones de compatriotas con la mayor sangre fría.Desde que tomó el poder utilizaba el miedo para gobernar.Las grandes “ purgas” humanas hablaban de su ferocidad.Sometió tan bárbaramente a su pueblo, que éste no era un país de hombres sino de ciervos que vivían adorándolo por miedo a que lo mataran por cualquier tontería que les pareciera irrespetuosa a su persona.Su brazo derecho fue el jefe de policía y el servicio secreto, Laurenti Beria, Beria acompañó a Stalin hasta su muerte, en l953; luego fue ejecutado, se dice que por órdenes de Kruschef, porque se oponía a la desestalinización.La historia que vimos en el cine la narra una de sus víctimas.Era un pobre hombre que trabajaba, sumisamente, en el Kremlin proyectando las películas que gustaban al dictador.Era un hombre que temblaba de miedo cada vez que veía a Stalin, su Dios, o a Beria, el siniestro jefe de la policía.Y en una ocasión, para su desgracia, viajaba el miedoso funcionario con su esposa en un tren en el que viajaba también Beria.Y al feroz asesino le gustó la mujer del funcionario.Ese fue el origen de la tragedia.Los hombres de Beria fueron al camarote del pobre hombre, y le dijeron que su mujer debía ir con ellos, para un asunto privado de Beria.Y se la llevaron al camarote al asesino; y éste la obligó a tomar unos tragos con él, y ya ebria, la poseyó como le dio la gana… Después se la entregó a sus hombres para que también la poseyeran; mientras el miedoso funcionario la esperaba temblando… Pero no se la devolvieron: se quedaron con ella, y al marido lo regresaron a Moscú… El pusilánime regresó a su casa a esperarla.Y ella volvió, meses después, embarazada.¡Los dos daban gracias porque no los habían asesinado¡.La pobre mujer se suicidó colgándose de una viga y el hombre siguió adorando a Stalin, a Beria y a toda su corte… De verdad que daba lástima y asco ver cómo se envileció el pueblo ruso durante la brutal y sanguinaria dictadura de Stalin.Pero cuando murió, ese mismo pueblo cayó en una histeria colectiva porque había muerto su Dios.Las escenas desgarradoras que se dieron durante su entierro (hubo más de mil muertos en el tumulto) se parecieron mucho, guardando las proporciones, a las que se produjeron durante el entierro del feroz dictador dominicano, Rafael Leonidas Trujillo… ¡Que Dios nos libre de volver a caer en manos de dictadores, que pusieron de rodillas a tantos panameños durante la dictadura¡...