Pensar vence la discapacidad
- Elodia Muñoz (opinion@epasa.com)
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Como obsequio de un amigo español, llegó a mi poder en audiodescripción la película: La Teoría del Todo, estrenada en febrero de 2015, dirigida por ...
Como obsequio de un amigo español, llegó a mi poder en audiodescripción la película: La Teoría del Todo, estrenada en febrero de 2015, dirigida por ...
Como obsequio de un amigo español, llegó a mi poder en audiodescripción la película: La Teoría del Todo, estrenada en febrero de 2015, dirigida por el cineasta y documentalista británico James Marsh. El eje central de este film nos relata las vivencias de Jane Wilden Hawking, la que por veinticinco años compartió su vida con el astrofísico Stephen William Hawking, respetado por la clase intelectual y científica del mundo como el genio de las ciencias.
Hoy no me referiré a los actores ni al director de esta película, puesto que no es el objetivo de este artículo, pero sí a la celebridad del personaje y las razones que garantizó la recaudación de $81 800 000.
Stephen Hawking, agnóstico por condición, en tiempo real es un cosmógrafo con discapacidad, con una vasta bibliografía de su autoría, no comparto su filosofía sobre la creación, debido a que no creo que el universo está gobernado por las leyes de la ciencia, admirándole su poder de superación, su valiente lucha contra la enfermedad motoneuronal relacionada con la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que ha ido agravando su estado con el paso de los años, hasta dejarlo casi completamente paralizado. Hawking es un ejemplo de lucha y dignidad, demuestra al mundo que su condición discapacitante es la motivación y confianza para sobrevivir formando parte de un gran avance científico que revoluciona la manera en que pensamos sobre el universo.
Regresemos a este prestigioso británico, ha sido galardonado con reconocimientos, premios y distinciones en múltiples eventos, incapaz de moverse por sí mismo, con una traqueotomía que lo dejó sin voz. Con la contracción voluntaria de una de sus mejillas, compone palabras y frases en su sintetizador electrónico para comunicarse, movilizándose en una silla de ruedas, controlada con toda la tecnología de última generación, lo que confirma que la igualdad de condiciones a la que tanto aspiramos las personas con discapacidad por estos andurriales del mundo, el éxito, prestigio y oportunidades de las que disfruta Hawking, van en paralelo a la disponibilidad de las herramientas y todo el avance tecnológico posible, revelando a las claras que la persona con discapacidad, a pesar de la condición restrictiva por un accidente o enfermedad, logra trabajar, casarse, estudiar, en fin, se puede vivir plenamente.
Por último, aprendamos a tomar a Stephen Hawking como un parámetro no solo de inteligencia, sino también de lucha y fuerza de voluntad. Por experiencia, la discapacidad no es un hecho deseable. No es fácil llevar la enfermedad en la propia piel, por lo que resulta para cualquiera una experiencia escalofriante, frustrante, llena de rabia, de derrota, sin embargo, la dureza de la realidad es lo que nos permite valorar las tres facetas del ser humano: salud, trabajo y amor y en consecuencia, analizar la vida de forma distinta, alejándonos de la trivialidad, superficialidad y tal cual puntualiza Stephen Hawking, el poder es querer, mientras haya vida hay esperanza.

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