Por problemas de agenda
Publicado 2003/10/05 23:00:00
- MEREDITH SERRACIN
Buenos Aires. Durante los primeros cincuenta años del pasado siglo, Argentina era considerada una especie de paraíso terrenal. Los campos del centro y sur regularmente producían abundantes cosechas de trigo y maíz, así como opulentas vacas que se exportaban a los mercados europeos. A comienzos del 2003, la situación es menos envidiable.
No obstante, parece salido de una novela que de pronto el presidente argentino, Néstor Kirchner, tuviera que suspender la visita que tenía prevista hacer entre el martes y el viernes próximos a Italia y a Alemania porque temía que acreedores privados de la deuda argentina pudieran iniciar acciones legales para confiscar el avión oficial ‘Tango 01’, en reclamo de una compensación por la reducción del 75 por ciento aplicada sobre los títulos en su haber.
Así lo informó el respetado periódico bonaerense La Nación citando ‘altas fuentes del Gobierno’, que pidieron reserva de sus nombres, ya que el argumento oficial que se había dado, para explicar la decisión, era que Kirchner tenía problemas de agenda. Pero la verdad se resume en el sabio proverbio francés, cherchez la femme.
Como un gesto componedor con las autoridades germanas, la primera dama, Cristina Fernández, visitará el próximo viernes la ciudad de Hamburgo para participar del cierre de una exposición industrial en la que podría compartir una recepción de gala con el canciller Gerard Schroeder.
Según explicaron sus colaboradores directos, Fernández volará en una aerolínea privada para evitar que se produzcan conflictos con los bienes argentinos en suelo extranjero.
Permanecerá, además, en tierra alemana por apenas un día, lo que reduciría las eventuales probabilidades de enfrentar conflictos con manifestantes. La decisión de no hacer los viajes fue adoptada por el jefe del Estado tras conocer el resultado de una serie de averiguaciones.
La Argentina había iniciado gestiones -por medio de la Cancillería- para saber si era posible que pudiera producirse un eventual embargo del avión presidencial Tango 01. La respuesta que recibieron en Berlín los diplomáticos designados por el canciller Rafael Bielsa para sondear las aguas fue afirmativa. Según una alta fuente gubernamental, la contestación fue “algo cruda, pero en buenos términos”.
“Nos dijeron que era muy posible que la justicia interviniera a pedido de los acreedores, y que en ese caso no se podría hacer nada para evitarlo”, dijo el funcionario, de contacto permanente con el Presidente. La confirmación de que los verdaderos motivos de la suspensión de ambas visitas fue para evitar conflictos tras la propuesta de la quita del 75% de los bonos en default sólo se produjo ayer. Pero, en rigor, el rumor había tomado cuerpo una semana atrás, durante el viaje de Kirchner a Nueva York, y tras el anuncio en Dubai del ministro de Economía, Roberto Lavagna, del recorte sobre los títulos de la deuda. En aquellos días ya se especulaba en la Casa Rosada con el hecho de que la visita a Italia y a Alemania podía suspenderse. El temor de que en alguno de esos países pudieran embargar el Tango 01 era un secreto a voces, pero nadie se animaba a reconocerlo.
La explicación brindada ahora en el círculo áulico de Kirchner resulta comprensible cuando se dimensiona el nivel de conflicto que podría provocar por estos días una visita presidencial a estos dos países, donde reside una importante cantidad de tenedores de bonos de la deuda argentina. Sucede que son los ciudadanos alemanes e italianos quienes están más disgustados con la quita que se aplicó a esas acreencias.
La cantidad de tenedores privados de la deuda argentina supera las 400 mil personas en Italia y las 50 mil en Alemania. La situación en ambos países europeos está caldeada. Los italianos que poseen bonos de la deuda pública argentina exigieron días atrás el pago total del capital invertido. La organización que los representa, denominada Task Force Argentina (TFA), rechazó de plano el pago de sólo el 25% de su monto. La TFA representa a 460,000 italianos que poseen bonos del Estado argentino por 14.900 millones de dólares. La situación en Alemania es similar.
Según los editores de La Nación, la historia del avión presidencial Tango 01 tiene vuelo propio. No es la primera vez, recuerdan, que la aeronave es fuente de una controversia pública. El avión fue adquirido a un costo de 66 millones de dólares por Carlos Menem en 1992, a mediados su primera gestión. Al poco tiempo se transformó en un símbolo de su administración, tanto por la suntuosidad de sus instalaciones como por el uso que el entonces primer mandatario le daba.
Menem—de quien una alguna vez decían que fue el más popular de los políticos argentinos y de quien hoy casi nadie se atreve a hablar-solía hacer muchos viajes protocolares por el mundo a bordo del Tango 01 acompañado por una gran comitiva, que en reiteradas oportunidades incluía amistades personales y figuras del espectáculo. Justamente, para satisfacer sus necesidades en el aire, el expresidente había hecho instalar ciertas comodidades fuera de lo común.
Por ejemplo, en el baño de la suite presidencial ordenó colocar un sillón de peluquería de cuero marrón claro -que aún está allí-, con el escudo de la República Argentina en dorado, en el que era asistido por su estilista personal, Tony Cuozzo.
El tema de la ampliación del Canal demanda un debate nacional. Es un tema que concierne a la República que quiere ser fiel a ella misma y compartir su destino con los que viven y vivirán en ella. Ese tema concierne a la nación panameña en su integridad, y es por tal razón que resulta irritante y aún desconcertante que a través de una especie de pedagogía de la indiferencia se nos esté diciendo que lo que concierne al Canal se refiere a una entidad ajena a la nación.
No obstante, parece salido de una novela que de pronto el presidente argentino, Néstor Kirchner, tuviera que suspender la visita que tenía prevista hacer entre el martes y el viernes próximos a Italia y a Alemania porque temía que acreedores privados de la deuda argentina pudieran iniciar acciones legales para confiscar el avión oficial ‘Tango 01’, en reclamo de una compensación por la reducción del 75 por ciento aplicada sobre los títulos en su haber.
Así lo informó el respetado periódico bonaerense La Nación citando ‘altas fuentes del Gobierno’, que pidieron reserva de sus nombres, ya que el argumento oficial que se había dado, para explicar la decisión, era que Kirchner tenía problemas de agenda. Pero la verdad se resume en el sabio proverbio francés, cherchez la femme.
Como un gesto componedor con las autoridades germanas, la primera dama, Cristina Fernández, visitará el próximo viernes la ciudad de Hamburgo para participar del cierre de una exposición industrial en la que podría compartir una recepción de gala con el canciller Gerard Schroeder.
Según explicaron sus colaboradores directos, Fernández volará en una aerolínea privada para evitar que se produzcan conflictos con los bienes argentinos en suelo extranjero.
Permanecerá, además, en tierra alemana por apenas un día, lo que reduciría las eventuales probabilidades de enfrentar conflictos con manifestantes. La decisión de no hacer los viajes fue adoptada por el jefe del Estado tras conocer el resultado de una serie de averiguaciones.
La Argentina había iniciado gestiones -por medio de la Cancillería- para saber si era posible que pudiera producirse un eventual embargo del avión presidencial Tango 01. La respuesta que recibieron en Berlín los diplomáticos designados por el canciller Rafael Bielsa para sondear las aguas fue afirmativa. Según una alta fuente gubernamental, la contestación fue “algo cruda, pero en buenos términos”.
“Nos dijeron que era muy posible que la justicia interviniera a pedido de los acreedores, y que en ese caso no se podría hacer nada para evitarlo”, dijo el funcionario, de contacto permanente con el Presidente. La confirmación de que los verdaderos motivos de la suspensión de ambas visitas fue para evitar conflictos tras la propuesta de la quita del 75% de los bonos en default sólo se produjo ayer. Pero, en rigor, el rumor había tomado cuerpo una semana atrás, durante el viaje de Kirchner a Nueva York, y tras el anuncio en Dubai del ministro de Economía, Roberto Lavagna, del recorte sobre los títulos de la deuda. En aquellos días ya se especulaba en la Casa Rosada con el hecho de que la visita a Italia y a Alemania podía suspenderse. El temor de que en alguno de esos países pudieran embargar el Tango 01 era un secreto a voces, pero nadie se animaba a reconocerlo.
La explicación brindada ahora en el círculo áulico de Kirchner resulta comprensible cuando se dimensiona el nivel de conflicto que podría provocar por estos días una visita presidencial a estos dos países, donde reside una importante cantidad de tenedores de bonos de la deuda argentina. Sucede que son los ciudadanos alemanes e italianos quienes están más disgustados con la quita que se aplicó a esas acreencias.
La cantidad de tenedores privados de la deuda argentina supera las 400 mil personas en Italia y las 50 mil en Alemania. La situación en ambos países europeos está caldeada. Los italianos que poseen bonos de la deuda pública argentina exigieron días atrás el pago total del capital invertido. La organización que los representa, denominada Task Force Argentina (TFA), rechazó de plano el pago de sólo el 25% de su monto. La TFA representa a 460,000 italianos que poseen bonos del Estado argentino por 14.900 millones de dólares. La situación en Alemania es similar.
Según los editores de La Nación, la historia del avión presidencial Tango 01 tiene vuelo propio. No es la primera vez, recuerdan, que la aeronave es fuente de una controversia pública. El avión fue adquirido a un costo de 66 millones de dólares por Carlos Menem en 1992, a mediados su primera gestión. Al poco tiempo se transformó en un símbolo de su administración, tanto por la suntuosidad de sus instalaciones como por el uso que el entonces primer mandatario le daba.
Menem—de quien una alguna vez decían que fue el más popular de los políticos argentinos y de quien hoy casi nadie se atreve a hablar-solía hacer muchos viajes protocolares por el mundo a bordo del Tango 01 acompañado por una gran comitiva, que en reiteradas oportunidades incluía amistades personales y figuras del espectáculo. Justamente, para satisfacer sus necesidades en el aire, el expresidente había hecho instalar ciertas comodidades fuera de lo común.
Por ejemplo, en el baño de la suite presidencial ordenó colocar un sillón de peluquería de cuero marrón claro -que aún está allí-, con el escudo de la República Argentina en dorado, en el que era asistido por su estilista personal, Tony Cuozzo.
El tema de la ampliación del Canal demanda un debate nacional. Es un tema que concierne a la República que quiere ser fiel a ella misma y compartir su destino con los que viven y vivirán en ella. Ese tema concierne a la nación panameña en su integridad, y es por tal razón que resulta irritante y aún desconcertante que a través de una especie de pedagogía de la indiferencia se nos esté diciendo que lo que concierne al Canal se refiere a una entidad ajena a la nación.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.