Quien calla, otorga
Publicado 1999/05/02 23:00:00
- Jaime A. Chávez rivera
Qué se puede esperar de un individuo, empresa, u organización, que, habiendo cometido un delito, de pronto éste es expuesto ante el público por medio de la prensa y la radio con gran riesgo de que se vuelva escándalo.
Esa persona, empresa u organización, tendría tres opciones: (1) responder con violencia demandando al denunciante por calumnia e injuria, o sea contraatacando, (2) tratar de negociar con los denunciantes para ver si se callan y dejan que el asunto se muera "por falta de oxígeno", o (3) callarse la boca e ignorar totalmente todo lo que se diga con la esperanza de que el denunciante se aburra y abandone la lucha al no encontrar eco a sus palabras.
Que esta actitud, equivalente a esconder la cabeza en la arena, en realidad demuestra claramente la culpabilidad de los actores, parece tenerles sin cuidado.
Entretanto, el público, al notar que no se volvió a hablar del tema, piensa que el denunciante debe ser un excéntrico que no sabe lo que dice y al cual "nadie le hace caso". Si el proyecto donde se practicó el delito está muy cerca de concluirse y el "socio" es una empresa extranjera se irá eventualmente del país mientras que el culpable, si es parte del gobierno, está a punto de terminar su gestión.
Pero esa actitud no les va a servir de nada, la denuncia que hice sigue vigente y mucha gente la tiene presente. Me refiero al negociado con ICA, cuando el Estado le entregó a esta firma terrenos que valen cientos de millones de dólares que no tenía necesidad de entregar pues no era condición de la licitación ni correspondía que el Estado hiciera desembolso ni donación alguna. La carretera debía pagarse exclusivamente con los peajes.
Además, como cualquiera que sepa sumar y restar puede darse cuenta, con vender esos terrenos solamente, o sea sin siquiera recurrir al relleno, y sin tener que dar prebendas y ventajas a nadie, el Estado hubiera tenido más que suficiente para construir la carretera y jamás tener que cobrarle a la población.
El Presidente de la República dijo, con meridiana claridad, a todos los medios que ninguna de las dos carreteras, ni la Norte ni la Sur, le iba a costar nada al Estado, pues ambas se iban a pagar con peajes. Pero entre esa declaración y la firma del contrato, alguien cambió la baraja y acomodó las cartas y las cifras a su conveniencia, de modo que, sin empacho alguno, se procedió a regalar enormes terrenos a una entidad extranjera.
Pero no fue propiamente un regalo, porque en realidad, ICA se prestó al juego para beneficiar a quienes le consiguieron el contrato, entre los cuales no está ausente quien los trajo al país, en primer lugar, ni quien con sus informes facilitó los irreparables daños ecológicos que todos conocen y que la Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana ha estado denunciando todos estos meses.
El chanchullo es evidente: las cifras lo demuestran. Lo demuestra también la negativa del MOP y otras autoridades a entregar documentos a los que por ley tengo derecho, recurriendo a evasivas y excusas absurdas. El silencio de los acusados no hace más que confirmar su culpabilidad. Una vez más, el refrán tenía razón: "Quien calla, otorga".
Esa persona, empresa u organización, tendría tres opciones: (1) responder con violencia demandando al denunciante por calumnia e injuria, o sea contraatacando, (2) tratar de negociar con los denunciantes para ver si se callan y dejan que el asunto se muera "por falta de oxígeno", o (3) callarse la boca e ignorar totalmente todo lo que se diga con la esperanza de que el denunciante se aburra y abandone la lucha al no encontrar eco a sus palabras.
Que esta actitud, equivalente a esconder la cabeza en la arena, en realidad demuestra claramente la culpabilidad de los actores, parece tenerles sin cuidado.
Entretanto, el público, al notar que no se volvió a hablar del tema, piensa que el denunciante debe ser un excéntrico que no sabe lo que dice y al cual "nadie le hace caso". Si el proyecto donde se practicó el delito está muy cerca de concluirse y el "socio" es una empresa extranjera se irá eventualmente del país mientras que el culpable, si es parte del gobierno, está a punto de terminar su gestión.
Pero esa actitud no les va a servir de nada, la denuncia que hice sigue vigente y mucha gente la tiene presente. Me refiero al negociado con ICA, cuando el Estado le entregó a esta firma terrenos que valen cientos de millones de dólares que no tenía necesidad de entregar pues no era condición de la licitación ni correspondía que el Estado hiciera desembolso ni donación alguna. La carretera debía pagarse exclusivamente con los peajes.
Además, como cualquiera que sepa sumar y restar puede darse cuenta, con vender esos terrenos solamente, o sea sin siquiera recurrir al relleno, y sin tener que dar prebendas y ventajas a nadie, el Estado hubiera tenido más que suficiente para construir la carretera y jamás tener que cobrarle a la población.
El Presidente de la República dijo, con meridiana claridad, a todos los medios que ninguna de las dos carreteras, ni la Norte ni la Sur, le iba a costar nada al Estado, pues ambas se iban a pagar con peajes. Pero entre esa declaración y la firma del contrato, alguien cambió la baraja y acomodó las cartas y las cifras a su conveniencia, de modo que, sin empacho alguno, se procedió a regalar enormes terrenos a una entidad extranjera.
Pero no fue propiamente un regalo, porque en realidad, ICA se prestó al juego para beneficiar a quienes le consiguieron el contrato, entre los cuales no está ausente quien los trajo al país, en primer lugar, ni quien con sus informes facilitó los irreparables daños ecológicos que todos conocen y que la Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana ha estado denunciando todos estos meses.
El chanchullo es evidente: las cifras lo demuestran. Lo demuestra también la negativa del MOP y otras autoridades a entregar documentos a los que por ley tengo derecho, recurriendo a evasivas y excusas absurdas. El silencio de los acusados no hace más que confirmar su culpabilidad. Una vez más, el refrán tenía razón: "Quien calla, otorga".
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